¿Por qué abusan de nosotros?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 22/06/2013 06:24:18
por Maria Silvia Orlovas
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Traducción de Teresa
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Porque estamos pagando nuestras deudas... Parece obvia esa respuesta cuando pensamos en la ley de acción y reacción que rige el planeta, pero no lo es. Claro que hubo personas a quienes abandonamos o maltratamos en vidas pasadas y que ahora nos lo reclaman. Hay aciertos y cosas pendientes que tenemos que rescatar en esta vida, pero hemos de ponderar que también están las inclinaciones del alma. Los vicios de comportamiento que nos llevan siempre a repetir las mismas pautas.
Confieso que me ha llevado mucho tiempo aceptar esa idea de que creamos la realidad que nos rodea, porque aún estaba condicionada a la postura de víctima, y consideraba que los que hablaban de crear el destino, de atraer el bien o el mal, no sabían de mi sufrimiento. Me parecía que esas personas lo veían desde fuera, de forma superficial, y que la ley del karma era ciertamente implacable y única.
A lo largo de mi vida he ido aprendiendo muchas cosas con los maestros de la Fraternidad Blanca, y mi propia experiencia y tantas observaciones me han demostrado que, cuando menos, yo debería estar abierta a nuevas experiencias y conceptos.
Todo empezó cuando tuve algunas sorpresas buenas, cuando la historia lineal que yo era capaz de crear, sobre todo aquello que yo conocía, cambió con acontecimientos nuevos que llegaron de forma inesperada. Eso fue un aliento.
Aceptar lo nuevo es todo lo que queremos, pero no es fácil. Me he dado cuenta de que sufrimos por apego y, a menudo, por un deseo inconsciente de venganza.
Normalmente, aquel que es o ha sido víctima de abuso, se siente muy agraviado, lo cual es normal. También a menudo el que ha sufrido abuso, sea moral o físico, lo calla, no lo cuenta a nadie, siente vergüenza, rehúye la situación, la guarda en el inconsciente, o incluso la "olvida", porque no se da cuenta del sufrimiento.
Aprendí con los maestros ascendidos que cuando guardas algo en el inconsciente, creas el condicionamiento de intentar repetir las situaciones, las escenas, e incluso traes vida tras vida los mismos acontecimientos, para en algún momento tener fuerzas para conectarte al Yo divino y liberarte.
Es triste todo esto ¿verdad?
Porque la mayoría entre nosotros está muy alejada del Yo divino, e incluso se siente víctima de un padre verdugo, de un marido egoísta, de un hijo ingrato, ya que el abuso puede ser diario, un hábito constante en nuestra vida. Y convengamos en que no es nada fácil liberarse de esa programación porque no siempre logramos o podemos liberarnos de ciertas personas. No siempre podemos vivir en otra casa para librarnos de un padre cruel, o de un marido autoritario. Pero podemos y debemos cuidarnos, intentar crecer, estudiarnos en el proceso de auto-conocimiento. Y antes aún de perdonar al otro, que será un paso importante en esta liberación, perdonarnos por vivir todavía esa clase de experiencias dolorosas.
Aunque es difícil conseguir recorrer ese camino, sí es posible.
Error más grave sería no aceptar que la vida puede ser diferente. Y continuar tratando de controlar todas las experiencias, como hacen aquellos que han sufrido abusos, por temor a sufrir todavía más en caso de soltarse.
Cuando no aceptamos las oportunidades nuevas de la vida, cuando nos encerramos en ver sólo lo malo que ésta tiene, todo a nuestro alrededor también se cierra.
Por amor a nosotros mismos es preciso abrir la vida y por eso yo creo tanto en oraciones, en mantras, en recibir pases o Reiki, en las sanaciones espirituales. Porque con ello la energía empieza a cambiar y vamos descubriendo otras formas de reaccionar frente al mundo, que aún puede estar ofreciéndonos experiencias pesadas y desagradables. Pero vamos descubriendo que podemos evitar el sufrimiento, o al menos, no continuar de forma automática propagando el dolor. La toma de conciencia es el comienzo de la libertad kármica.
No hay mayor abuso que aferrarse a la condición de víctima, porque la visión que tenemos de nosotros mismos es muy poderosa. Cuando nos miramos como víctimas, seremos víctimas para siempre. Cuando logramos ver que estamos sufriendo, y que de hecho en esa situación actual somos víctimas, vale. Pero podemos ver también que es posible cambiar, podemos pensar de modo diferente en una próxima situación, no hay que ser víctimas para siempre.
Noto que es preciso que desarrollemos nuestros dones espirituales para aprender a ser menos controladores y más flexibles, ya que la realidad externa se mide por la fuerza de la mirada que viene de dentro de cada uno. Así, deseo que venzas el miedo a lo nuevo, y dejes de abusar de ti mismo restringiendo tus experiencias por temor al sufrimiento. Cúrate permitiéndote mirar más allá de tus horizontes.