Menu

¿Por qué criticamos a los demás?

por WebMaster em STUM WORLD
Atualizado em 16/02/2013 10:10:39


por Maria Silvia Orlovas - [email protected]

Traducción de Teresa - [email protected]

¿Te has fijado en cuán enraizada está esa costumbre negativa en el comportamiento humano? No hay quien no critique a los demás. Basta que alguno haga algo diferente de lo esperado, y ya salimos comentando, buscando fallos, cuestionando, como si todo tuviese que respetar una norma alocada que puede cambiar según nuestro punto de vista actual.

Muy triste, esa costumbre. Totalmente egoica y sin sentido. Digo sin sentido porque parte del principio de que tenemos el derecho de entrar en la vida ajena, no sólo con nuestros ojos, sino sometiéndola a juicio. Y, si por casualidad, nos encontramos de mal humor, en el momento en que miramos algo que nos desagrada, entonces el mundo está perdido, porque sin duda hablaremos muy mal de aquello que está a nuestro alrededor. Y eso es un vicio. Cuánto más criticamos, más derecho nos parece tener a hablar mal de los demás. Pero a fin de cuentas ¿por qué lo hacemos?

Percibo que algunos simplemente han aprendido esa forma de actuar y se dejan llevar por la costumbre, sin cuestionarse. Simplemente siguen la vida sin auto-observarse. Las más de las veces, son los mismos que se quejan de la soledad, de que no tienen amigos sinceros, de que sufren por no haber encontrado nunca a nadie que realmente les aceptase.
También están aquellos que, pese a que han abierto algo más el horizonte, siguen con las costumbres de familia. Hablan mal, critican, les parece feo todo lo que se diferencia de su propia creación. Buscan la zona de comodidad del mundo conocido, buscan amigos semejantes, repiten actividades desarrolladas por sus padres, se mantienen en los negocios de la familia les gusten o no las actividades que desarrollan. A veces esas personas se ponen tristes, depresivas y no se dan cuenta de que tienen deseos de cambiar, de hacer cosas distintas.

Por cierto, es muy frecuente tener miedo a lo nuevo, repudiar lo desconocido y criticar las cosas diferentes, lo cual incluye criticar a personas, costumbres e incluso culturas fuera de sus esquemas. Recuerdo que cuando fui a la India por primera vez me pareció extraño aquel lugar, las gentes, el olor, las imágenes, las ropas, el modo de comportarse. Fue una verdadera sobredosis de emociones. Creo que fue tan intensa la inmersión en aquel mundo diferente que se rompieron todos mis paradigmas de una sola vez, lo cual fue muy bueno. Porque si quisiera mantener por allá mi particular forma de vivir, me hubiera enfrentado a un millón de frustraciones. Hubiera perdido lindas oportunidades de conocer personas, probar sabores e incluso ver los paisajes, pues, ciertamente, mis ojos tuvieron que aceptar la pobreza, lugares sucios, personas extrañas, para apreciar el contexto.
Volví de ese primer viaje mucho más leve, comprendiendo mejor mi propia historia, porque eso de hacer críticas y emitir valoraciones puede ser todavía peor cuando dirigimos la atención hacia nosotros mismos.

Percibí que cuando las personas son muy críticas consigo mismas acaban abortando las propias ideas, ahogando sueños, no dándose la libertad de equivocarse. Quieren ser perfectas porque imaginan que el mundo a su alrededor está fijándose en sus pasos, midiendo sus actitudes, buscando defectos en todo cuanto hacen. Nuevamente el ego, que muestra su tiranía, intentando proteger a aquel que se considera un débil, un ser lleno de errores. Algo que remite a la forma en cómo se les crió, a complejos de inferioridad, falta de amor y tiranía sin precedentes.

Pero ¿será cierto que no tenemos opción, que hemos nacido así y tenemos que morir así? Todo lo contrario, considero que todos estamos invitados a transformar comportamientos negativos. Pienso que tenemos que observarnos, no como jueces implacables de nuestros comportamientos, sino como padres y madres amorosos de nosotros mismos. Porque ¡por el amor de Dios, ya está bien de echar la culpa a nuestros padres!

Considero que la mayoría de nosotros, que ya hemos caminado algo en la senda espiritual, sabemos que es preciso liberarnos de cómo nos han criado, olvidar los dolores de la niñez, comprender a aquellos que nos criaron, que pueden haberse equivocado con nosotros. Errores que ciertamente ya nos han hecho suficiente daño. Un daño que no debemos perpetuar ¿No es cierto?
Así, amigo lector, propongo que nos tratemos con más amor y atención.

Observa que no soy favorable a la indulgencia, en el sentido de dejar las cosas tal como están, o a hacer la vista gorda ante los defectos para ser más feliz. Incluso porque no creo en ese tipo de actitudes, pues no vamos a conseguir cerrar los ojos a todo cuanto está equivocado y nos perturba. Pero podemos ir modificando, poco a poco, nuestro modo de contemplar el mundo y a los demás. Podemos no permitirnos irritarnos con las cosas que nos desagradan. Podemos, incluso, prestar atención a nuestro estado de humor antes de soltar un comentario frío o desagradable sobre alguien.

Considero que si no tenemos nada positivo que decir, o si lo que digamos no va a cambiar en nada los hechos, debemos, sí, cuestionarnos antes de soltar el verbo. La reforma empieza dentro de nosotros. ¿Has pensado en que muchas cosas se te escapan? ¿Te has parado a pensar que por detrás de una sonrisa, de una lágrima, puede haber algún otro sentimiento o emoción que siquiera imaginas?

Tenemos que dejar de ser tan presuntuosos al suponer que sabemos lo que el otro está pensando. Presiento que si nos permitimos observar más, nos equivocaremos menos. Pero observar con amor, con el corazón abierto, poniéndonos en el lugar del otro. Haciendo el divino juego de la empatía.
Porque si no nos ponemos en el lugar del otro, jamás podremos pedir que alguien nos comprenda, ni que sienta un verdadero afecto por nosotros. Si no advertimos quién es el otro, ¿cómo podemos esperar que él advierta quiénes somos?

Criticar sólo nos aleja de los demás. Mirar las cosas negativas y encontrar los fallos es fácil; lo difícil es, aun viendo los fallos, encontrar la belleza.


estamos online   Facebook   E-mail   Whatsapp

Gostou?   Sim   Não  
starstarstarstarstar Avaliação: 5 | Votos: 1


clube WebMaster é o Apelido que identifica os artigos traduzidos dos Associados ao Clube STUM, bem como outros textos de conteúdo relevante.
Visite o Site do Autor

Saiba mais sobre você!
Descubra sobre STUM WORLD clicando aqui.

Deixe seus comentários:



Veja também

As opiniões expressas no artigo são de responsabilidade do autor. O Site não se responsabiliza por quaisquer prestações de serviços de terceiros.


 


Siga-nos:
                 


© Copyright 2000-2024 SomosTodosUM - O SEU SITE DE AUTOCONHECIMENTO. Todos os direitos reservados. Política de Privacidade - Site Parceiro do UOL Universa