¿Por qué desisto fácilmente de lo que me propongo hacer?
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 21/09/2013 14:07:10
Traducción de Teresa - [email protected]
Las más de las veces, el proyecto, la idea de las cosas que habremos de conseguir nos llenan los ojos y el alma de tanta excitación. La energía puesta en movimiento cuando se desea realizar algo es siempre cautivante y ciertamente todos nosotros ya hemos pasado por eso en la vida varias y varias veces.
En el transcurso del proceso, sin embargo, no pocas veces parece que todo ese entusiasmo de la consecución se desmorona sin el menor aviso. De un momento a otro, nos perdemos del foco inicial en medio de tantas otras situaciones de la vida en las cuales nos vamos viendo envueltos. A veces también, bajo una mirada más cuidadosa, vemos que la consecución de nuestro proyecto puede requerir más estructuración de la que habíamos imaginado y, lo que es peor, llevará mucho más tiempo que el soportable por el vicioso inmediatismo que vivimos en nuestro día a día. Desistimos sin siquiera haber invertido gas suficiente. Vale, por tanto, la pena detenernos por un momento a pensar en toda esa disparidad que estamos viviendo.
Es un hecho que situaciones aparentemente mágicas e inusitadas se producen en la vida de todos, dando a menudo la impresión de que nuestros asuntos se solucionan de esa forma. En psicología, haciendo uso de términos junguianos, llamamos a este tipo de eventos situaciones de sincronismo, cuando una supuesta casualidad parece no ser tal. Muchos lo llaman ley de la atracción, etc., pero lo que vale aquí hoy no es decodificar por qué algunos deseos son rápidamente favorecidos hasta el punto de suponer que son de orden cuando menos trascendente; lo cierto es que no lo sabemos, lo suponemos. Pero lo que importa es no quedarnos imantados a lo mágico cuando queremos concretizar algo y mucho menos a una velocidad mayor que el tiempo normal para construir algo. Todos sabemos que la sociedad de hoy todo lo lleva por el orden de lo inmediato. La mayoría de nosotros siquiera pensamos que pueda haber mecanismos de años y años de construcción de conocimiento, para llegar, por ejemplo, al estado de vernos en tiempo real en la pantalla de un teléfono móvil, y así sucesivamente. Nos perdemos en nuestra propia historicidad y en el espacio temporal que los conocimientos de verdad necesitan y necesitaron para ser construidos y estructurados. Hoy somos la respuesta de esta suma, pero hemos invalidado el proceso.
Para conseguir llegar a algo nuevo, a realizar algún proyecto, sea cual fuere, invariablemente tendremos que pasar por el orden de los procesos de construcción, de conocimientos y de ampliación de los mismos hasta la etapa de concretización.
En terapia, el mismo mecanismo suele producirse de modo espléndido. No es posible auto-superarse, trascender situaciones difíciles de vida, mientras no revisites y reproceses tu espacio atemporal dentro de tu historial personal, social y cultural. Sólo partiendo de ahí podrás reconstituir una nueva realidad para ti mismo.
-¿Te has parado a pensar en ello?
La idea es que dejes abertura para sumergirte en la aventura de tu espacio-tiempo y aprender a surfear lo que venga, siempre con foco en tu objetivo personal de consecución. En cualquier aspecto de la vida que fuere.
Paciencia, foco, determinación y saber disfrutar aprendiendo durante el proceso. Salir de la tendencia del todo ya listo y literalmente aprovechar el camino.