¿Por qué insisto en esta relación?
por Maria Isabel Carapinha em STUM WORLDAtualizado em 01/06/2013 11:12:54
Traducción de Teresa - [email protected]
Ten la absoluta seguridad de que una coincidencia trae un mensaje mucho mayor que una casualidad aleatoria. Ella siempre nos lleva hacia algo que anhelamos como respuesta.
Tu universo interno y externo están poderosamente ligados y todo lo que sucede dentro de ti sucede también fuera. Si en ese momento te encuentras leyendo este texto, puedes estar seguro de que hay un motivo para ello.
Las relaciones conturbadas son el comienzo de una frase que escuché el otro día y que me ha alertado mucho: somos la generación anti-depresivo y anti-ansiedad. Estos medicamentos presentan récords de ventas.
Las relaciones profesionales o afectivas enfermizas nos conducen a respuestas corporales que vienen en forma de enfermedades.
Otra advertencia importante se hace presente cuando pensamos que somos dependientes de un modo de vida exhaustivo. Las empresas llevan a los profesionales a excederse en sus límites como máquinas o computadoras.
Se nos paga para pensar, ejecutar y alcanzar metas pre-establecidas que no nos aportan ningún tipo de gratificación, sino tan sólo la garantía del empleo.
Durante muchos años he pertenecido al medio corporativo y entiendo que hay que establecer metas para la medición de los resultados, pero metas fuera de los límites sólo conducen al ser humano a dos conductas: depresión y síndrome del pánico.
Las relaciones afectivas también tienen el mismo impacto sobre todos nosotros. El hostigamiento diario, la exigencia sin fin de comportamientos no correspondidos y la eterna desconfianza hacia el otro nos llevan al agotamiento y a la enfermedad.
Tanto la depresión como el síndrome del pánico tienen un dolor original por detrás, que fue el exacto momento en que se formó el bloqueo energético, y tal situación se repetirá innumerables veces a lo largo de tu vida con el único propósito de hacer una historia diferente de la que fue su causa. Pero esto no se concretiza, pues el dolor original permanece vibrando en tu campo energético.
Por síndrome de pánico entendemos un trastorno de ansiedad extrema en el cual ocurren ataques repetitivos de miedo intenso de que algo malo suceda de forma inesperada; a veces, esos ataques repentinos parecen ataques cardíacos. En la gran mayoría de las personas los síntomas son los siguientes: sudores, escalofríos u oleadas de calor; miedo a morir, dolor en el pecho o malestar; taquicardia; miedo a perder el control o a una tragedia inminente; sensación de atragantarse; sentimiento de indiferencia; sensación de estar fuera de la realidad; náuseas o malestar estomacal; adormecimiento en manos, pies o rostro; sensación de falta de aire o ahogamiento y temblores.
Los ataques de pánico pueden alterar la rutina de la casa, de la empresa o de la escuela.
La depresión, en sentido patológico, registra la presencia de tristeza, de pesimismo, de baja autoestima, que aparecen con frecuencia y pueden venir al mismo tiempo. La depresión es una enfermedad; hay evidencias claras que muestran alteraciones químicas en el cerebro del individuo deprimido. Un dato alarmante dice que una de cada cinco personas en el mundo presentará ese problema en algún momento a lo largo de su vida. Los síntomas incluyen: sentimiento de miedo, inseguridad, desesperanza, desesperación, desamparo y vacío, desinterés, falta de motivación y apatía, humor depresivo o irritabilidad, ansiedad y angustia; incapacidad para sentir alegría y placer en actividades anteriormente consideradas agradables; falta de voluntad, indecisión, ideas frecuentes y desproporcionadas de culpa, sensación de falta de sentido en la vida, inutilidad, fracaso, la persona puede desear la muerte con frecuencia, interpretación distorsionada y negativa de la realidad, dificultad de concentración y fallos de memoria, pérdida o exceso de apetito, dolores o síntomas físicos no justificados por problemas de salud.
Es imprescindible el seguimiento médico, tanto en el diagnóstico como en el tratamiento, lo mismo en el síndrome de pánico que en la depresión, pero esto no puede ser eterno en tu vida. Un cambio en tus costumbres y el descubrimiento del bloqueo que ha desencadenado todo ese proceso son determinantes para tu curación.
La radiestesia por la Mesa Radiónica hace esta identificación y la eliminación de tal bloqueo original.
A menudo consumimos medicamentos no por una dependencia química, sino por un condicionamiento en el modo de vida exhaustivo que llevamos.
Ten la absoluta seguridad de que lo que te ocurre hoy es consecuencia del modo de vida que llevas.
Los parámetros que nos son impuestos, ya en el ámbito personal o bien en el empresarial, no acompañan el cambio estructural de nuestro cerebro.
Recientemente leí una frase que decía: Yo no consumo drogas, mi vida en sí ya es una droga.
En los tratamientos energéticos que hago en mi consultorio siempre exijo seguimiento médico, para que no haya ningún tipo de interferencia clínica.
Hace algunos años atendí a un chico que presentaba un cuadro clínico diagnosticado como depresión crónica, con una enorme cantidad de medicamentos asociados.
Inicié el tratamiento energético identificando los momentos en que tal proceso se había desencadenado o reforzado, y por detrás de cada identificación, el rechazo extremo por parte familiar se hacía frecuente. En la época de su gestación la madre lo había rechazado, o sea, fue un embarazo no deseado y, por tanto, a lo largo de su vida la repetición de situaciones de rechazo se manifestaba, lo cual reforzaba cada día más su falta de ganas de vivir.
Pasados algunos meses, la mejora gradual se hacía presente de tal forma que yo sentía deseos de filmar la evolución. Poco a poco su médico fue eliminando sus medicamentos y hoy con una vida diferente y realizada, él me dice siempre: lo más importante es permanecer alerta frente a lo que me hace daño… Y ahí queda mi pregunta: ¿no estarás pasando hoy por algún problema de este tipo? Ten la seguridad de que la solución está a tu alcance.
