¡¿Por qué las mujeres son infieles cada vez más?!?
por Rosana Braga em STUM WORLDAtualizado em 07/10/2007 11:09:40
Traducción de Teresa - [email protected]
Rosana Braga concedió esta entrevista al sitio web BOLSA DE MULHER (Bolso de Mujer), en octubre de 2005. Como el tema es cada vez más actual, la autora ha revisado las respuestas y publica aquí su opinión sobre el asunto.
¿Consideras que hoy día las mujeres están siendo más infieles y se sienten menos culpables cuando lo hacen?
Rosana Braga – Es perceptible el cambio de comportamiento en las mujeres, sin duda. La independencia económica ha sido el primer paso. Ahora, ellas parten para lo que creen ser una independencia emocional. No obstante, yo entiendo que esa nueva postura es mucho más una tentativa de “igualarse a los hombres”, en lo que se refiere a la libertad de tener relaciones extramatrimoniales. No sé si podríamos generalizar los sentimientos, pero realmente no me parece que lo hagan sin culpa, como si lo considerasen absolutamente normal. Tal vez tengan una especie de sensación de que eso está permitido, ya que los hombres siempre lo han hecho. Pero al mismo tiempo, saben que siempre han criticado esa postura en ellos. La competición, en este caso, ha venido hablando más alto que el corazón, ciertamente.
¿Qué es lo que lleva a una mujer a ser infiel?
Rosana Braga – Las justificativas pueden ser las más diversas, basadas en la insatisfacción con la relación, consecuencia del poco diálogo, la ausencia del marido, el cansancio de la rutina, las dificultades económicas, diferencias en los deseos sexuales, entre otras. Sin embargo, no creo que los motivos reales sean esos. El caso es que problemas los hay en todas las relaciones. Quedar con otra persona o no es opción personal. ¡Pese a los problemas, algunas mujeres realizan esa opción y otras, no!
¿Qué busca generalmente esa mujer en el otro?
Rosana Braga – Realmente pienso que ellas buscan algo que no están encontrando en sí mismas. Esto no es un enjuiciamiento, absolutamente. Es apenas una manera directa de analizar una situación en la que hay mentiras, miedos, inseguridad, vacío, falta de confianza, o sea, insatisfacciones no resueltas por ambas partes.
Así, lo que buscan las mujeres al entablar relaciones con otro es la sensación de felicidad que tanto deseamos, todos nosotros. La sensación de plenitud, de ser observadas, deseadas, queridas.
Pero desgraciadamente es raro que encuentren alguna de estas ‘preciosidades’, ya que existe una situación anterior como sombra. Lo que ellas dicen, muchas veces, es que buscan diversión, sexo, placer… pero he charlado con muchas de ellas y el vacío continúa latente, evidente. La tristeza no se ha solucionado. Todo es muy efímero, pasajero, fugaz.
¿Cuáles son las situaciones más propicias para que una mujer sea infiel? ¿Cómo suele conocer a ese otro hombre?
Rosana Braga – No se puede generalizar. Se dan muchas situaciones que pueden convertirse en propicias, pero la verdad es que solamente hay un motivo lo bastante fuerte para que la mujer decida ser infiel: su propia elección, su decisión, aunque inconscientemente.
Ella busca una satisfacción emocional que cree encontrará en esa relación paralela… ¡y por eso lo intenta! Ella conoce a ese otro hombre en cualquier lugar, cuando lo quiere conocer… No existen situaciones predeterminadas.
¿Es verdad que las mujeres disimulan mejor la infidelidad que los hombres?
Rosana Braga – Las mujeres son más cuidadosas y detallistas de modo general. Por eso, cuando viven una situación delicada y, en cierto modo, peligrosa, tienden a cuidar los pormenores con mucha cautela.
Si tenemos en cuenta, además, que los hombres son más despegados, podemos concluir que ellos descubren la traición de la esposa con más dificultad que ellas. Sin embargo, esto tampoco puede considerarse como una norma. Existen hombres muy sensibles, que perciben el menor cambio de comportamiento en sus mujeres y permanecen atentos. Estos, generalmente, proponen conversaciones, preguntan, cuestionan, en fin, intentan saber qué es lo que está pasando.
¿Qué suele hacer la mujer después de la infidelidad: intenta buscar un arreglo para la relación o cambia a su compañero por el otro?
Rosana Braga – En general, las mujeres todavía creen en el amor, desean tener un compañero fijo, sentirse amadas y asumir un compromiso cuando se envuelven emocionalmente. Por eso, lo más frecuente es que se den cuenta de que realmente tienen que adoptar una decisión. O intentarán salvar el matrimonio o terminarlo de vez. Pero también hay muchos casos en que la practicidad de la relación aporta comodidad y, por ello, esas mujeres prefieren mantener el matrimonio y la relación paralela, pero aun así no creo que eso sea sinónimo de felicidad, por más que ellas intenten demostrar que sí. Cambiar el compañero por el otro no es tan sencillo como pueda parecer, incluso porque es bastante frecuente que el otro también esté casado. O sea, hay dos historias que deshacer y eso trae confusiones y tristezas, bastante mayores de lo que pueda imaginarse, para todos.
¿La mujer que es infiel consigue separar el amor del sexo o esa es una postura típicamente masculina?
Rosana Braga – Diría que es culturalmente masculina, pero podemos considerar que en los últimos tiempos las mujeres se han venido esforzando bastante para comportarse de modo masculino. De cualquier forma, creo que tanto hombres como mujeres, cuando viven situaciones equívocas, relaciones paralelas, no consiguen sentirse satisfechos. Es como elegir un dulce en un escaparate, comerlo, pero mirando para el otro. Sin concentración, sin entrega, sin comprometimiento, sin elección de hecho. Es incompleto, no satisface. En resumen: amor sin sexo o sexo sin amor son igualmente parciales… y en una relación afectiva buscamos la totalidad.
Me gustaría añadir que no pretendo parecer moralista, púdica o tendenciosa. No creo en víctimas o villanos, ni en traicionados o traidores. Mucho menos aún en permisos que sean solamente para hombres o solamente para mujeres. La vida y el amor están más allá de esos conceptos y extremos. Son las elecciones que hacemos lo que determinará nuestro grado de felicidad y satisfacción, pero no podremos sentirnos felices mientras tales opciones estén basadas en mentiras, engaños, lágrimas y dolores. Necesitamos, sobre todo, valor para asumir lo que realmente deseamos y pagar su precio, sin trazar caminos furtivos para justificar nuestra falta de coraje. Porque, ciertamente, para algunas personas – ya sean hombres o mujeres – es bastante más fácil vivir una situación paralela que disponerse a sentarse, abrir el corazón, escuchar al compañero e intentar, sin trapacerías, sin defensas y sin tantas acusaciones, resolver la cuestión que está dejando espacio para fugas… Sé que no es fácil, pero si los dos se muestran dispuestos, ciertamente habrá crecimiento y amor, con independencia de lo que lleguen a decidir.