¿Preocupado por el próximo año?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 07/01/2014 10:18:00
por Bernardino Nilton Nascimento
Traducción de Teresa - [email protected]
Cuanto más vivas sean las impresiones, mayores serán las oportunidades de que recordemos un acontecimiento. La intensidad de esa impresión depende, al mismo tiempo, de situaciones de orden positivo o negativo; esto ocurrirá según la importancia que cada uno dé a las circunstancias vividas en su día a día.
Por lo regular, si asistimos a una grave situación, podría instalarse en nuestra mente un recuerdo permanente. Estos trabajos de la memoria, a veces, son terribles para nuestra vida. Aquí el componente objetivo domina la situación, la viva emoción, provocada por los acontecimientos, y depende directamente de cómo vive cada cual sus momentos.
Es importante que tratemos de ver lo mejor entre los peores; hay siempre una enseñanza dentro de lo que consideramos lo peor. Cuando aprendemos a distinguir las enseñanzas, ya no viviremos más del recuerdo de los momentos de sufrimiento.
A veces, pequeños acontecimientos nos dejan un recuerdo, porque también ellos están ligados a una emoción. En esas condiciones, si tal acontecimiento se ha fijado es porque, dado nuestro estado emocional, no hemos aprendido todavía a interpretar la famosa frase: “Dios escribe derecho por renglones torcidos”.
Un año se va, el otro que viene, parece que repetimos siempre las mismas frases, parece que no hay verdaderamente nada que venga del corazón, porque el corazón es intuitivo y creativo. Jamás repetiría decenas de veces las mismas cosas.
¡“Feliz Año Nuevo” no se aplica a un enfermo terminal en el hospital! ¡Como tampoco cuadra en un funeral! Pero sin querer, la frase puede ser pronunciada, por la costumbre natural de la mente, y no del corazón…
Somos llevados, por tanto, a ligar la fijación al interés y a la atención, es decir a la relación entre las experiencias y las tendencias (positivas o negativas) y las orientaciones actuales que se instalan profundamente en nuestra conciencia. Retenemos lo que nos interesa, lo que está de acuerdo con nuestras preocupaciones, o con las preocupaciones más esenciales que marcarán para mejor o peor nuestra vida.
El pintor, determinado en su imaginación, vislumbra una figura donde solamente él ve algo bonito, que sin embargo el común de los mortales difícilmente verá. Podemos oír veinte veces el nombre de una persona, sin asociarlo a su número de teléfono. Repetidamente las tendencias inconscientes favorecen o desfavorecen la adquisición de los acontecimientos vividos.
Esto muestra cuán importantes son nuestros momentos y cómo debemos enfocarnos en cosas buenas, aprendiendo a leer los desvíos de la vida. En un análisis muy simple: “dime cuáles son tus recuerdos, y te diré quién eres”.
Un vínculo natural entre los elementos de las experiencias. Por fin, un extenso grupo de acontecimientos quedarán retenidos con mayor facilidad cuanto más naturalmente estén ligados entre sí. Tenemos que organizarnos naturalmente para facilitar nuestras definiciones.
Hacer valer en nuestras memorias los buenos momentos hace que se procesen, en nuestros recuerdos, situaciones y acontecimientos que hemos vivido con placer.
La manera con que la conciencia se prende al todo tiene gran importancia. Un todo de elementos perturbadores no dará un grato recuerdo. Debemos tener una visión por el todo, pero buscando siempre los buenos pensamientos, las buenas actitudes y acciones que no vengan a perjudicar la naturaleza del mañana.
Habiendo organizaciones de buenos pensamientos, la fijación de éstos se vuelve más fácil: donde no las hay, las preocupaciones por el mañana se hacen constantes. El poder de fijación, en iguales condiciones, es proporcional a la clareza, a la sencillez y a la precisión de los buenos pensamientos que nos traen la certidumbre de otro momento más, bien vivido y placentero. De momentos en momentos, se van las horas, los días, los meses y los años.
Esas observaciones han de ser generalizadas, valen igualmente para la memoria abstracta. Se retiene fácilmente lo que se comprende, lo que se puede conducir. Cuando un conjunto de acontecimientos, de los que serían deseables, nos hace recordar que somos una unidad lógica, forma un grupo bien estructurado hasta el punto de que la evocación de una sola persona acarreará fácilmente la evocación de las otras. Esto es posible y depende únicamente de cada uno de nosotros.
El esfuerzo por aprender consiste en hacer surgir, en la medida de lo posible, una vida mejor, más organizada. No hay vida mala para el que pone los buenos pensamientos y las buenas actitudes en primer lugar.
Entonces, si aprendemos a practicar y a procurar vivir los momentos con toda atención, con toda educación, con todo cariño y amor, tratando a nuestros semejantes de igual manera a como apreciamos un bello paisaje de la naturaleza, ya no albergaremos dudas sobre el próximo año.
BNN