Presente, Pasado y Futuro
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 21/02/2010 09:35:39
por Maísa Intelisano - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
El futuro aún no existe y, cuando llegue, dejará de ser futuro para ser presente. El pasado ya ha dejado de existir y, cuando existía, aún no era pasado, sino presente. El presente es, por tanto, el único momento que realmente existe para nosotros.
Lo que realmente cuenta es el momento presente. En el presente es donde debemos poner nuestra energía, nuestra atención, nuestra concentración. En el presente es donde hemos de invertir nuestra acción, pues en el presente es cuando podemos modificar las consecuencias del pasado y cambiar las perspectivas y posibilidades para el futuro.
Cada nuevo acontecimiento, cada cosa nueva que pasa en nuestra vida, es un nuevo momento presente, que ha de ser vivido y observado en toda su plenitud. Él es lo que debe ocupar nuestra vida en cada instante. En él es donde debemos buscar el sentido de nuestra vida. En él es donde debemos hacer lo mejor que podemos en todas las situaciones y experiencias en que nos envolvemos, pues todo lo que nos sucede tiene relación con lo que somos, todo cuanto hacemos tiene relación con aquello en que nos convertimos.
Vivir un momento de cada vez nos da la oportunidad de aprovechar mejor todo lo que nos sucede, de vivir más plenamente toda experiencia que se nos presente, de aprovechar más los pequeños aprendizajes embutidos en cada pequeña experiencia, en cada pequeño acontecimiento, en cada pequeño suceso, en cada sensación.
En verdad, nada es tan insignificante que no merezca nuestra atención. Y, al mismo tiempo, nada es tan importante que merezca absorbernos por completo. Lo más importante es el equilibrio en cada situación. Vivir el presente y en el presente, de modo que pasado y futuro permanezcan interconectados con él, pero no superpuestos. Vivenciar el hoy, manteniendo el ayer tan solo como referencia y el mañana solamente como objetivo. Recordar siempre que es imposible llegar bien al mañana sin pasar bien por el hoy y sin abandonar el ayer.
La repetición mental de acontecimientos pasados nos consume energías que son importantes para nuestra salud y nuestro buen desempeño en el aquí y ahora. De la misma forma, la expectativa por acontecimientos futuros crea tensiones y ansiedades que también nos roban energías esenciales para nuestra realización y felicidad en el presente.
Es preciso que nos convenzamos de que nuestra felicidad no se ha perdido en algún lugar del pasado, ni tampoco está escondida en algún rincón del futuro. Ella está aquí y ahora, ya es nuestra, pero no la vemos, tan absortos como estamos mirando mucho más adelante o mucho más atrás de nosotros mismos.
Cuando nos desconectamos de los acontecimientos pasados y futuros para vivenciar plenamente los momentos presentes que, independientemente de nuestra atención o voluntad, se producen en nuestra vida diaria, nuestra energía, enfocada en aquello que estamos viviendo en la realidad, nos proporciona mayor satisfacción y mayor riqueza de sentimientos, experiencias, ideas, aprendizaje y crecimiento, enriqueciendo además nuestro propio equipaje interior como seres divinos que somos, como espíritus, como parte del todo mayor. Y es en ese crecimiento y en esa comprensión de nosotros mismos, donde encontramos nuestra felicidad.
Cuando dejamos de enfocarnos en el presente, permitiendo que nuestras ideas y pensamientos se presenten de forma mecánica, sin que les prestemos atención, sin que vivamos cada acontecimiento de la forma más intensa posible, perdemos el contacto con nuestra parte más íntima y nuestra propia realidad. Dejamos de percibir lo que realmente queremos, deseamos, necesitamos y a lo que aspiramos. Dejamos de notar quiénes somos y cuán importantes somos en el contexto mayor y, al mismo tiempo, lo pequeños que somos ante el Todo Mayor.