Profesor Sheriff
por Saul Brandalise Jr. em STUM WORLDAtualizado em 09/02/2010 13:29:58
Traducción de Teresa - [email protected]
El tiempo, en este momento, no importa. Si importase, yo diría que fue un segundo, tamaña fue la alegría, camaradería, amor, lealtad, amistad y, consiguientemente la satisfacción de haber convivido, en esta vida, con Sheriff.
Fue un ciclo de siete años completísimos y súper bien vivido. En realidad, ahora el tiempo tarda más en pasar… Sheriff se fue. Ya no vive en este planeta.
Para muchas personas no era más que un animal. Un Mini Pinscher, un can, un perro, al fin.
Para nosotros, era miembro efectivo de la familia. Jamás llevó collar o arnés. No era preciso. Él sabía comportarse, tenía disciplina y contenido en sus relaciones. No importaba si con humanos o con otros animales.
Cuando yo llegaba a casa, era el primero en esperarme. Luego charlaba conmigo, pues su comunicación era diferente de los habituales ladridos. Parecía querer comentarme sobre su día, lo que había hecho y cómo estaba todo en casa.
Desde ese momento en adelante era mi sombra…
Era mi leal compañero y por encima de todo nuestro guardián. Y fue exactamente por esto que se fue. Por guardar bravamente nuestro territorio… Un pastor alemán entró en nuestro patio y él fue a defendernos… Su lealtad era tan grande que se le olvidó su minúsculo tamaño.
Él se fue. Y el vacío se ha hecho presente.
Me quedé pensando, entre mis lágrimas y un profundo estado de hueco…
¿Qué será lo que tengo yo que aprender con esto?
He meditado mucho… He recitado muchos Mantras… Confieso que la indignación también se ha hecho presente. Pero poco a poco la templanza ha ido retornando…
- En primer lugar he aprendido que la lealtad es algo que no tiene precio y que no se compra en supermercados o farmacias. Es preciso sentirla; que venga de dentro a fuera y jamás de la cabeza para el bolsillo. Ser leal es una consecuencia de la actitud, del carácter y no del bolsillo.
- En segundo, que, por tener principios budistas en mi vida, yo estoy siendo egoísta. Quería a Sheriff siempre para mí. No tengo ese derecho. Sheriff se pertenece a sí mismo y a nadie más.
- Tercer punto: la saudade es un sentimiento egoísta. Quizá este haya sido, de todos los sentimientos que he tenido, con la pérdida de Sheriff, el más importante de asimilar. He aprendido que nosotros somos egoístas y que la saudade es una cosa que se siente cuando estamos vacíos en sentimientos. Total ausencia de contenido interno, y asimismo poseedores de una opaca y solo momentánea sabiduría. Me olvidé ver que él no sufrió para desencarnar. Olvidé analizar que él pasó exactamente un ciclo conmigo. Olvidé que era su hora y que yo no tenía derecho a impedirlo. Él tiene su camino, yo tengo el mío, tú tienes el tuyo. Pero su ausencia es más fuerte que mi capacidad, ahora, de comprender plenamente todo esto.
- Cuarto: que la vida tiene que ser vivida de forma intensa a cada segundo. No se puede dejar para mañana la demostración del cariño que se siente hoy. Todo tiene que ser exacto y verdadero. En esto Sheriff fue un fortunato. Jamás nuestra casa admitió que él se sintiese solamente un simple animal. Nunca hemos dejado de expresarle el amor que sentíamos. Estoy seguro de que, mientras vivió con nosotros, él se sentía feliz y valorado. No he dejado nada inacabado por hacer con Sheriff.
- Quinto: estoy vacío, hueco y sin ganas de volver para casa… Sé que eso no está bien. Sheriff me está enseñando, después de haberse ido, que la vida tiene que ser más entendida que simplemente vivida. Que nuestros valores tienen que ser aplicados exactamente en esta hora, cuando el suelo queda también hecho una burbuja…
- Sexto: que nuestras verdades siempre serán puestas a prueba. Y es en ese momento cuando hemos de demostrar todo nuestro conocimiento y preparación, superando el vacío con mucha cautela, calma y sobriedad.
Saber descifrar los signos que la vida nos presenta.
- Séptimo: he sido una persona afortunada. Sheriff fue EL TIPO. Convivir con él fue un privilegio que pocos en esta vida consiguen disfrutar. Él me enseñó que solo podrían considerarle perro las personas que no saben ver, comprender, leer y permitirse aprender con él.
- Octavo, que HA VALIDO LA PENA, aunque haya sido el sentimiento de tan solo un segundo, como expuse más arriba. Jamás tendré un animal con este nombre. Sheriff solo hubo Uno: Él.
Finalmente, confieso que tengo que aprender a dejar de ser egoísta y que fue el Profesor Sheriff el que me ha enseñado eso. La saudade es un sentimiento egoísta… Quien aplica la filosofía Budista en su vida sabe que eso no es correcto. Nuestra felicidad no está en el otro, sino en nosotros mismos.
Sheriff, sé que nos veremos.
Cuídate, amigo mío, ahora es por ti.
Beso en tu linda alma