Protección Energética
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 22/04/2014 10:31:12
por Gisela Luiza Campiglia - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Muchas personas se sirven de amuletos, con la intención de recabar protección contra energías nocivas. Utilizados por varias religiones y líneas esotéricas, los “objetos de poder” poseen diferentes formatos, pero con el mismo significado, la protección energética. La cruz de Jesús en el catolicismo, la estrella de David en el judaísmo, la piedra turmalina negra en la cristalología, la higa en la cultura popular, la ruda en la fitoenergética, etc. Los amuletos son herramientas de anclaje energético, que sólo funcionan según la creencia de quien los usa. En caso de que se regale a algún devoto evangélico un escapulario del candomblé, éste será visto como un objeto que viene del demonio. Así, no tendrá el efecto de protección, sino una influencia negativa en el campo emocional de la persona.
El uso del amuleto por aquel que cree en su poder, constituye un instrumento que activa la propia energía de protección ya existente en el individuo. Cuando no hay identificación entre lo que el amuleto simboliza y la persona que lo utiliza, la “magia” de la protección no se verifica.
El mal de ojo existe, se trata de una descarga de energía tóxica proyectada hacia alguien; puede ser a través de la envidia o de los celos. Pero solo hace daño a aquel que se encuentra energéticamente débil.
Una frase popular utilizada cuando la persona se siente protegida es: “¡Tengo el cuerpo cerrado, nada malo me alcanza!”. En realidad, la energía cerrada no existe, lo que ocurre es que el campo energético de la persona está fortalecido; así, no realiza intercambio de reciprocidad con energías de baja vibración.
Las diversas formas de buscar protección externamente son válidas, pero nos condicionan a una dependencia de objetos, personas o rituales. Tener autonomía, practicando la autoprotección, es lo mejor.
Existe todo el tiempo un intercambio de energías sutiles a nuestro alrededor. Donamos fluidos de buena y mala calidad, del mismo modo que los recibimos. Bloquear la captación de fluidos ruines, o incluso transformarlos cuando los absorbemos, es un proceso posible, pero que implica conocimiento y práctica.
Evitar el despilfarro de energía nos ayuda a fortalecer nuestro campo energético. Nuestra postura frente a los acontecimientos de la vida define el nivel de nuestro desgaste. Optar por no juzgar, por la paciencia, y por el mantenimiento de nuestro equilibrio emocional, impide que nuestra energía se disipe.
Toda vibración energética tiene polaridad, y se sintoniza con energías afines. Como nos enseñó el amado maestro Jesús: “¡Dime con quién andas y te diré quién eres!” Practicar la aceptación, el amor a uno mismo y al prójimo, buscar el desarrollo de la capacidad de perdonar, son posturas que hacen que la energía se mantenga positiva. Percibe en qué polaridad se encuentra tu energía, y si es necesario, haz algo para recuperar tu estado de armonía.
Meditar, rezar, llevar a cabo una práctica de bioenergía, aplicarse reiki uno mismo, son opciones que puedes realizar de forma independiente, retomando así tu estado de equilibrio. Elige una técnica con la cual te sientas identificado y ponla en práctica.
Haz tu protección energética manteniéndote en paz ante los desafíos del día a día.
