Psicosis y vidas pasadas
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 12/03/2009 15:32:51
por Flávio Bastos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
El psicoanálisis, a través de su visión psicodinámica, nos informa sobre la existencia de tres grandes estructuras del inconsciente humano: las neurosis, las perversiones y las psicosis, siendo esta última un estado de confusión mental acompañada de delirios y alucinaciones, siendo las auditivas (oír voces) las más corrientes. La psicosis, por tanto, viene a ser un desmoronamiento del mundo simbólico y de su relación con la realidad consensual.
Sin embargo, como la tendencia actual es de una perspectiva interdisciplinaria en el sentido del tratamiento de las consideradas “enfermedades mentales”, el Dr. Mario Sergio Silveira, en entrevista concedida a Érika Silveira (Revista Cristã do Espiritismo - nº 27), a través de una óptica espiritual, define la psicosis como la “imposibilidad de construir una personalidad, un yo actual, en razón de la predominancia de las subpersonalidades anteriores, aún prendidas a dramas sucedidos en otros tiempos, incluyendo también a los demás copartícipes que no se han liberado mediante el beneficio que solamente el perdón podría proporcionar. De este modo, el ego, esa instancia psíquica responsable por la noción de identidad y por el criterio de realidad, no puede operar, toda vez que no se ha constituido, ha quedado como un “defecto” que llamamos “preclusión”. Como la vivencia de la realidad es función del estado de consciencia (postulado transpersonal), el ser queda a merced de la invasión de otras vivencias de realidad. Y entonces estamos en la experiencia psicótica”, concluye.
En relación a recursos médicos y espirituales para evitar o minimizar un cuadro psicótico, Mario Sergio nos recuerda “que la prevención primaria depende de la evolución moral de la humanidad”. Y, respecto de la importancia del ejercicio consciente de la maternidad y de la paternidad, completa: “Cuando padres más equilibrados reciben en familia a espíritus en desajuste, mayores son las oportunidades de recuperación, pues estos espíritus desajustados tienen más posibilidades de construir una nueva personalidad saludable”.
En el sentido de “minimizar” un cuadro psicótico, o sea, tratarlo mediante terapia, él entiende que el avance psicofarmacológico asociado a las antiguas y nuevas psicoterapias, al igual que la terapia ocupacional, las terapias complementarias, los centros espíritas y los centros de umbanda – en la dimensión espiritual – son opciones de profilaxis y tratamiento.
Sobre la psicosis tratada mediante una visión interdisciplinaria en el Hospital Espírita Bom Retiro de Curitiba, el Dr. Mario Sergio nos relata el caso de una niña de 14 años, con el diagnóstico de hebefrenia, que, según el psicoanálisis, es la pérdida del mundo objetivo o de todo interés, donde el ego no lleva a cabo actividad alguna con la finalidad de “defenderse”, donde recae en el pasado refugiándose en los tipos infantiles de receptividad pasiva, tal vez intrauterinos y de existencia más o menos vegetativa: “Ella había llegado al hospital muy postrada, afecto embotado, confusión mental, escuchando voces, presentando gran dificultad de contacto. Fue medicada con psicofármacos, estimulada a participar en actividades terapéuticas, sin embargo respondía poco. Su nombre fue incluido en el SAE – Servicio de Atendimiento Espiritual. En el grupo de desobsesión, fue atendida en desdoblamiento (proyección), lo cual facilitó mucho el contacto, pues adquiría mayor consistencia. Así, hemos sabido que el tío que había abusado de ella sexualmente desencadenando su rapto psicótico, había sido su marido en otra existencia, cuando, en estado de embriaguez, la mató. El propio tío, en desdoblamiento, admitió que prefería no tener ningún parentesco, pues la deseaba como mujer. Supimos también que el obsesor, desafecto de otra existencia, planificó su venganza actuando sobre los centros nerviosos, de modo a embarullar sus memorias de vidas pasadas, como un archivo que tuviese sus fichas todas mezcladas”.
Y en la secuencia de su relato de caso, Mario Sergio concluye: “Felizmente, hemos tenido la oportunidad de ayudarla a acceder a estas memorias, reviviéndolas y ‘cerrando estas puertas’, una a una, en un total de cuatro encarnaciones. El obsesor fue alejado para tratamiento y el equipo espiritual relató la realización de una especie de cirugía en los tejidos sutiles de su periespíritu, reconstituyendo el ‘boquete’ que se había abierto por la acción espiritual. No es preciso decir que su mejora fue sorprendente para los parámetros de la psiquiatría”.
En relación a otros casos atendidos en el mismo hospital, subjetivamente, Silveira se refiere al núcleo “familia” como importante factor de evolución, o, como es el enfoque, de desencadenamiento de situaciones generadoras de conflicto que atañen a lo pretérito: “En otros casos, encontramos, mediante el desdoblamiento, personalidades de otras encarnaciones que rehúsan aceptar el nuevo cuerpo, la familia actual, generalmente compuesta de desafectos de otras existencias, y también la condición social en que ahora se encuentran. Son almas orgullosas, arrogantes que no deseaban reencarnarse y pasar por la experiencia rectificadora. Probablemente se trata de reencarnaciones compulsorias”.
Para finalizar, el Dr. Mario Sergio responde sobre qué tratamiento sería el más adecuado para el paciente psicótico: “El tratamiento adecuado es interdisciplinario, como mínimo. En el Hospital Espírita Bom Retiro caminamos rumbo a la integración de las varias disciplinas, en una visión bio-psico-sociocultural y espiritual, donde lo espiritual ocupa el centro de integración de los diversos saberes, de las diversas disciplinas y especialidades. Es preciso que superemos la división, la fragmentación en compartimentos, caminando hacia una visión integral. Es preciso que abandonemos el formalismo, ya sea científico, filosófico o religioso. En suma, un tratamiento médico psicoterápico, ocupacional, familiar, energético y espiritual, de forma integrada”.
MENSAJE:
“Es necesario que confiemos en que todos nosotros tenemos un Yo Divino, donde vive la salud, la paz y principalmente el amor que todo lo equilibra, dentro de un tiempo que es transitorio y ante la vida que es eterna. La tarea de esta encarnación es la de reencontrarnos con nuestro verdadero Yo, aún encubierto por la sombra de nuestros engaños en la jornada evolutiva”.
*Mario Sergio Silveira
Psicoanalista Clínico de Orientación Reencarnacionista.
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