Psicoterapia Reencarnacionista en 10 lecciones - Parte 9: Cosas de la Tierra
por Mauro Kwitko em STUM WORLDAtualizado em 05/08/2005 19:31:20
Traducido por Teresa - [email protected]
Existen cosas que suceden aquí durante una encarnación que contrarían
los planes y los anhelos del mundo espiritual, tanto a nivel planetario como en
relación a programaciones nuestras pre-reencarnatorias. No debemos olvidar
que este es un lugar del Universo con baja frecuencia y, por tanto, aquí
revelamos lo que tenemos de más inferior; por eso aún existe tanto
egoísmo, tanto materialismo, tanta miseria. Cuando desencarnamos y alcanzamos
el Plano Astral, en ese lugar de alta frecuencia revelamos lo que tenemos de mejor;
por eso allí arriba nos sentimos bien y somos buenos, altruistas y cooperadores,
mientras aquí abajo la mayor parte de nosotros se siente un tanto incómodo
y actúa de manera egocéntrica, como en actitud instintiva de autodefensa.
Muchas personas que están pasando por una situación de pobreza,
que han nacido en una familia muy pobre, sin alimentación, sin estudios,
están recibiendo el retorno de lo que han hecho en encarnaciones anteriores,
cuando pertenecían a los grupos ricos y dominantes y no tenían en
cuenta la miseria del pueblo; han venido ahora para aprender lo que es la miseria,
lo que es el hambre, lo que es no tener comodidades, y esto lo he escuchado frecuentemente
en las sesiones de regresión. Sin embargo, este raciocinio no puede ser
generalizado y millones de personas en nuestro planeta que están en situación
de miseria, son víctimas de una sociedad humana aún inferior que
crea ese tipo de situación. O sea, algunos están aprendiendo una
lección kármica, otros están sufriendo por el egoísmo
de la sociedad humana sin que les fuese preciso estar pasando por eso. Mas con
el transcurso de los siglos, con la elevación del grado de conciencia del
ser humano, poco a poco prevalecerá el sentido comunitario, cooperativo,
humanitario, que son características superiores en desarrollo, y en ese
momento nuestro planeta se tornará un lugar justo, igualitario y armonioso
para vivir. Y, entonces, se extinguirá la riqueza y con eso, la pobreza,
pues de aquélla se origina ésta. Estas cosas que todavía
suceden por aquí, un día ya no sucederán, porque estaremos
en un nivel superior de conciencia y ello se reflejará en nuestra sociedad.
Otro ejemplo de injusticia se da cuando alguien reencarna para mejorar una tendencia
a la agresividad, pero debido a la fuerza de sus tendencias congénitas
y a los gatillos y armadillas vigentes aquí en la Tierra, se olvida de
esa intención y de la expectativa de sus mentores y mantiene esa antigua
característica. Digamos que se encuentre en una "cáscara"
de hombre, que sea padre de familia, y en este caso los que con él conviven
sufrirán agresiones, verbales o físicas, malos tratos, etc. Y esto
podría no ser así si él hubiese conseguido conectar con sus
aspectos superiores y hubiese emprendido esa tarea de mejora de sus inferioridades.
Un Espíritu que venga como hijo suyo y que también haya descendido
para mejorar una tendencia a la ira, a la agresividad, verá perjudicada
esa Misión suya por el mal ejemplo de su padre; un hijo venido para curar
una antigua tendencia a la amargura, a sentirse rechazado, difícilmente
conseguirá cumplir esa Misión con éxito; otro de los hijos
que hubiese bajado para curar el miedo, la inseguridad que presenta desde hace
siglos, probablemente mantendrá esas características; y así
sucesivamente. La expectativa del mundo espiritual era que el padre mejorase su
agresividad y autoritarismo y, con ello, cada uno de sus hijos pudiese también
mejorar lo que había venido a mejorar, pero si él no realiza la
parte que le corresponde, perturba todo un plan encarnatorio grupal. Lo que quiero
decir es que existe la Justicia Divina que es la Ley del Retorno, pero también
existe la ceguera que lleva al error, al mantenimiento de lo que ha venido para
ser curado, y en ese caso se frustran los anhelos de los Espíritus implicados
y de los mentores espirituales de aquel grupo familiar. Un Espíritu superior
que bajase como hijo suyo con intención de ayudarlo a modificar esa postura
agresiva, vendría "corriendo un riesgo", ya que puede conseguirlo
o no; si consigue que se vaya 'amansando', las cosas marcharán relativamente
bien, pero si no lo consigue, probablemente llevará algunas palizas...
Un padre o madre alcohólicos, por ejemplo, perjudican psíquicamente
a sus hijos, y entre éstos podría encontrarse alguno que necesita
pasar por eso, porque también ha sido alcohólico en otra encarnación
y perjudicó allí a sus hijos, sin embargo puede haber un hijo que
está pasando por eso injustamente, que no tendría necesidad de estar
en esa situación, y lo está solamente porque su padre o su madre
están equivocándose, al repetir un patrón equivocado de otra
encarnación, que deberían estar curando. En este caso, es una experiencia
negativa creada por el hombre, y no por el Universo.
La Psicoterapia Reencarnacionista existe para conversar con las personas en el
consultorio sobre estas cuestiones y ayudarlas a que recuerden los principios
reencarnacionistas y alcancen el éxito en su actual encarnación.
El psicoterapeuta que trabaje en esta línea debe mantener el enfoque de
las consultas principalmente en la búsqueda de la evolución espiritual,
conocer bien los meandros de la Reencarnación y conversar con sus pacientes
sobre esa cuestión de la injusticia, cuando parece pero no es, cuando sí
es, aunque no seamos Espíritus superiores para poder, claramente distinguir
la cizaña del trigo. No obstante, conversar teóricamente con los
pacientes sobre estas cuestiones, cuando menos suscita una duda respecto de aquella
aparente injusticia, y utilizar la técnica del "¿por qué?"
tiene el efecto de revolver en la ira cristalizada, en un antiguo dolor moral,
etc.
Otro ejemplo: un hijo que ha matado a su padre en otra encarnación cuando
eran enemigos, de esta vez baja como hijo para intentar mejorar su relación
con aquel antiguo desafecto. Su padre, antes de reencarnar, ya conocía
este acuerdo, o bien durante la encarnación en un período de sueño
con proyección, ha sido informado de que eso llegaría a suceder.
Pues bien, con la llegada de ese hijo los inconscientes de ambos se reconocen
y se instala una aversión mutua que puede llegar, un día, incluso
al asesinato de uno de ellos. Y con esto se frustra la intención del mundo
espiritual y de estos dos Espíritus en conflicto. Lo que debería
ocurrir es que mejorase la relación entre ellos, sin embargo esto no ha
sucedido y sí la continuación de la antigua animadversión.
En la próxima encarnación de ambos, se intentará nuevamente.
El Universo había planeado una posible conciliación, pero no ha
salido bien. Los otros hermanos han sufrido con esta situación, los nietos
ídem, y algunos sí necesitaban pasar por esto, pero otros no. Eso
es una de las cosas de la Tierra.
Una persona entra en un lugar para cometer un atraco y mata a otras personas.
¿Se podría decir que todos los que murieron (desencarnaron) lo merecían?
¿Necesitaban pasar por eso? ¿Le habían hecho algo a aquella
persona en otra encarnación? ¿Se trata de un rescate? Lo que pienso
yo es que puede ser que sí, pero puede ser que no. Tal vez uno o dos de
los que desencarnaron tuviese un comprometimiento kármico con el asesino,
pero tal vez los demás, no. Por consiguiente, si fue para unos la acción
de la Ley del Retorno, para otros fue realmente una injusticia, algo que no necesitaba
suceder.
Estoy queriendo señalar aquí la noción de que no todo lo
que pasa aquí en la Tierra "está bien", "es como
debería ser", "estaba escrito", es karma", etc. Muchos
exageran su fatalismo hasta el punto de considerar que cualquier cosa que suceda
"lo ha querido Dios"... "era para ser"... Un ejemplo de esta
exageración fatalista es afirmar que todos los judíos muertos por
los nazis merecían pasar por eso, ya que habían matado en vidas
pasadas. ¡Esto es un absurdo! Claro que algunos podrían ser encasillados
en esa aplicación de la Ley del Retorno, pero ¿todos? Si algún
edificio se incendia y mueren varias personas, siempre hay alguien que dice que
todos los que han muerto habían quemado a alguien en vidas pasadas, o pertenecieron
a la Inquisición, etc. ¡Esto es una exageración! Hemos de
tener cuidado con el "nunca" y con el "siempre". Una criatura
muere atropellada por un conductor embriagado, ¿ha sido el karma? ¿Había
matado a su atropellador en alguna vida pasada? Puede que sí, mas también
puede que no. Aquí en este lugar inferior suceden cosas que no tenían
por qué pasar. Por consiguiente, si lo acontecido fue injusto de veras,
el consuelo es saber que la muerte no existe, lo que existe es la subida de vuelta
para un lugar mejor. Las religiones no-reencarnacionistas han creado en el Consciente
colectivo esa idea de la muerte y la mayoría de la gente todavía
no ha asimilado que aquí estamos realmente en un lugar de paso y que la
muerte es tan sólo la quiebra del vehículo físico, momento
en que nosotros, que somos nuestra Conciencia, pasamos para nuestro 2º cuerpo,
el astral, y nos vamos a vivir al Plano Astral.
No obstante, es conveniente que los que piensan apresurar esa subida mediante
el suicidio, lean bastante acerca de esa cuestión en los libros espiritas,
ya que la muerte provocada hace que la persona permanezca envuelta en sus oscuros
pensamientos y sentimientos y después de estar bastante tiempo aún
presa a su cuerpo físico muerto (puesto que el doble etérico todavía
está íntegro), al conseguir desvencijarse, generalmente advierte
estar en un lugar oscuro, maloliente, enlodado, en compañía de otros
que también han muerto en baja frecuencia y de seres inferiores que dominan
ese lugar, y en ese momento se da cuenta de que ha salido de una situación
mala para caer en otra ¡todavía peor! Ese lugar se llama Umbral o
Infierno. Es más conveniente quedarse por aquí mismo, encarnado,
protegido por el cuerpo físico, buscar ayuda espiritual, psicológica,
e intentar libertarse del egocentrismo del sufrimiento, que crea la depresión.
Una mujer en una anterior encarnación cometió un aborto. Al desencarnar,
en el Plano Astral, recibe la información de que aquel Espíritu
que habría de ser su hijo era un antiguo desafecto que bajaba como hijo
suyo para que ambos intentasen rescatar sus conflictos. Pues bien, queda decidido
que en la próxima encarnación esto se intentaría nuevamente.
Ella reencarna y, más tarde, cuando casada, queda encinta de aquel antiguo
desafecto, pero, olvidada del proyecto pre-reencarnatorio, comete el mismo error
y ¡aborta nuevamente! No estaba previsto que fuese así, pero debido
a su libre albedrío y a la tendencia repetitiva que todos tenemos, ella
comete ese acto. Pues bien, tendrá que volver a intentarlo en una próxima
vez. Son las cosas que cometemos aquí y que contrarían nuestros
planes y los de nuestros mentores espirituales. En fin, no todo lo que sucede
por aquí está siendo tal como debería ser, tal como esperaban
el mundo espiritual y los Espíritus participantes. No siempre es fácil
saber con seguridad si algo es realmente injusto o solamente lo parece, mas esa
cuestión debe ser colocada en las consultas de Psicoterapia Reencarnacionista.
Recuerdo a una paciente que había sido hija de una mendiga que se ponía
en la calle Riachuelo. Se crió en la alcantarilla hasta que fue adoptada
por una familia, estudió, encontró trabajo, conoció a un
señor de más edad y se casaron. Enseguida él desencarna y
ella pasa a recibir su pensión. ¡Se va a vivir a un tríplex
con piscina! Aparentemente ella vino de una situación injusta (nacer hija
de una mendiga) y estaba aprovechando esa encarnación. Sin embargo, no
siempre lo que parece ser, es realmente... Yo me cuestionaba en su 1ª consulta:
¿Por qué ha venido hija de una mendiga? Antes de reencarnar, estando
allá arriba, había tantas madres aquí abajo, ¿por
qué venir hija precisamente de aquélla? ¿Sería una
injusticia o una necesidad? Le planteé esta duda y decidimos realizar una
sesión de regresión para intentar elucidar esa cuestión.
Pues bien, en encarnaciones anteriores ella se vio siempre como persona de posibles,
incluso de la nobleza en una de ellas, y relató una información
en el Plano Astral que en esta encarnación vendría como hija de
una mendiga para curar el orgullo, la futilidad, el materialismo. Y ya estaba
a mitad de la encarnación y todavía no había mejorado en
esas características inferiores. Lo que parecía una injusticia,
aquella infancia miserable, ¡no lo era! Pero no quiere esto decir que todos
los hijos de mendigos necesitan pasar por tal situación, algunos es cierto
que sí, pero otros son víctimas de una sociedad injusta y cruel.
En algunos países paupérrimos, ¡cuántos pasan hambre,
viven en la miseria, sin alimentación, sin posibilidades de estudio, de
crecimiento! ¿Están todos necesitando pasar por esto? Claro que
podemos preguntar: ¿Por qué han reencarnado allá en aquel
país? En fin, esa cuestión es bastante polémica y necesita
bastante estudio y comprensión para ser entendida. Aquí en la Tierra,
encarnados, no tenemos condiciones para saber todas estas respuestas; los seres
superiores del Plano Astral, desde allá arriba, pueden ver mejor esas cosas...
Estoy colocando aquí esta cuestión polémica porque la Psicoterapia
Reencarnacionista es una Escuela aún en elaboración, aún
lejos de estar concluida, por el contrario, como se ha iniciado en 1996 aún
es muy nueva, acaba de empezar a estructurarse. Por eso, algunas colocaciones
que estamos haciendo podrán ser mejor elaboradas, reconsideradas, sin que
ello implique negar su concepción revolucionaria. Y aun lo que sabemos
sobre la Reencarnación, en nuestro estado de encarnados, ¡es todavía
una pequeñísima fracción de lo que ella es realmente! Estamos
tanteando, procurando entender bien de un asunto que, aun en el Plano Astral tal
vez pocos seres entiendan bien... Es algo complejo, que sigue leyes todavía
inaccesibles para nosotros. No obstante, el espíritu científico
debe prevalecer y aun sabiendo de esas dificultades y limitaciones, no debemos
perder el estímulo, eso no debe ser algo que nos haga retroceder, al contrario,
aun corriendo el riesgo de, eventualmente, estar diciendo alguna tontería,
incurriendo en algún error, debemos seguir adelante, investigando, estudiando,
siempre pidiendo auxilio a nuestros hermanos de allá arriba, bajo la forma
de intuición o directamente, en proyección durante el sueño
de nuestro cuerpo físico.