Psicoterapia Reencarnacionista, una psicología preventiva
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 10/01/2015 11:16:13
por Mauro Kwitko - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Un aspecto que no ha sido suficientemente valorado en relación a nuestra psicología es el preventivo, tanto a nivel de las patologías psíquicas y mentales como a sus repercusiones físicas, las llamadas “enfermedades”. Evidentemente, todas las psicologías existentes, tanto la oficial (no-reencarnacionista) como las alternativas o las espirituales, tienen por objetivo mejorar los sentimientos de las personas en relación a los acontecimientos traumáticos de su infancia y de su vida. Y todas consiguen que los sentimientos patogénicos, como el resentimiento, el sentimiento de rechazo, enojo, culpa, etc., durante los tratamientos pierdan su intensidad, y a menudo no evolucionen hacia cuadros más graves, ya sea a nivel psíquico, mental (cuando una persona se adentra en sus propios pensamientos y por allá se pierde), o bien en las repercusiones físicas.
La Psicoterapia Reencarnacionista también lo consigue, pero presenta una característica que puede hacer que ese aspecto preventivo se amplíe, y es el cambio de la manera en cómo las personas interpretaron - y generalmente pasan toda su vida interpretando - su infancia, los “villanos” o “situaciones-villanas” de aquella época, y su momento de vida actual; a esto llamamos cambio de la “versión-persona” a la “Versión-Espíritu”. Esa característica de la Psicoterapia Reencarnacionista hace que esta nueva psicología no trabaje tanto con los sentimientos de las personas, sino básicamente, con sus pensamientos, pues en ellos es donde los sentimientos comienzan. Al razonamiento que hicieron y todavía hacen respecto de algo o de alguien, nosotros contraponemos el contra-razonamiento, el cambio del modo no-reencarnacionista, en que el sentirse víctima va dando lugar a la co-creación, con el “¿Por qué a mí?” dejando espacio al “¿Por qué he necesitado pasar por eso?”
En nuestra psicología, por trabajar con la Reencarnación, la infancia de las personas es analizada con base en 6 Leyes Divinas: la Ley de la Necesidad, de la Finalidad, del Merecimiento, del Retorno, del Rescate y de la Similitud. Como utilizamos la Regresión de la misma manera que el Telón del Mundo Espiritual, o sea, bajo el comando de los Mentores y no bajo nuestro comando (respetamos así la Ley del Olvido, obedeciendo a las determinaciones de Allan Kardec en el “Libro de los Espíritus”, en la cuestión 399), puede ocurrir, en esas recordaciones de vidas pasadas, que los Seres Superiores nos den la oportunidad para recordar acontecimientos y circunstancias antiguas que cambien completamente el modo en cómo mirábamos los “villanos” y las “situaciones-villanas”; con ello percibimos que estábamos mirando e interpretando las cosas con nuestros ojos humanos y no con nuestros ojos espirituales, y que los sentimientos que eran tan fuertes e intensos eran precisamente las inclinaciones que habíamos reencarnado para mejorar en nosotros (Reforma Interior). Nosotros trabajamos con el concepto de “gatillos”, que son personas, hechos y situaciones que tienen por objetivo hacer aflorar en nosotros las tendencias que necesitamos curar, como, por ejemplo, una centenaria o milenaria inclinación a ser víctima, sentirse rechazado, aislarse, sentir enojo, autodestruirse, consumir drogas (lícitas o ilícitas), criticar, considerarse más que los otros, o menos, etc.
Ese cambio en la manera de contemplar nuestra infancia y los acontecimientos actuales de nuestra vida, bajo el prisma reencarnacionista, y percibir nuestro patrón conductual repetitivo, encarnación tras encarnación, en las “Sesiones de Telón en la Tierra”, permite, entre otras cosas:
1. Encontrar nuestra Personalidad Congénita (“Somos como somos porque hemos nacido así”);
2. Encontrar la pista para nuestra propuesta de Reforma Interior (1ª misión);
3. Salir de la condición de víctimas, asumiendo el lugar de co-creadores de nuestra infancia y de nuestra vida;
4. Empezar a aprovechar realmente la encarnación, en el sentido evolutivo espiritual, a través de nuestra Reforma Interior;
5. Comprender que somos co-creadores de nuestra encarnación y no víctimas del destino y empezar a rescatarnos como Espíritus en conflicto (2ª misión);
6. Con la liberación de nuestro psicopatológico auto-centrado, va ocurriendo un gradual encaminamiento hacia los dolores, dramas y necesidades de otros, y vamos adentrándonos en la verdadera ayuda a los demás (3ª misión), sin que esto sea una huida de nuestros propios problemas, como habitualmente solemos hacer.
La retirada del ego en el comando de nuestros pensamientos, con el pase de ese comando a nuestro Espíritu, es el modus operandi de nuestra psicología. Con la rectificación del razonamiento, haciéndolo realmente reencarnacionista, en la práctica del día a día los sentimientos se van suavizando por sí solos, pues son una resultante de la manera equivocada de mirar e interpretar los acontecimientos y situaciones de nuestra vida desde la niñez. Con ello, la Psicoterapia Reencarnacionista, adecuada para las personas que creen en la Reencarnación, logra un efecto preventivo todavía mayor que las psicologías no-reencarnacionistas, a la cual acuden muchas personas que creen en la Reencarnación, incluso a sabiendas de su limitación únicamente a esta vida, de que inicia su campo de investigación y análisis tan sólo a partir de la infancia, despreciando todo un contenido oculto dentro de nuestro Inconsciente, y sin seguir las determinaciones del Maestro Freud.
La Psicoterapia Reencarnacionista es una psicología preventiva de los cuadros graves de patologías psíquicas y mentales (y sus somatizaciones) pero también es preventiva de algo que es mucho más que eso: dejar de aprovechar una encarnación.
