¿Qué debemos curar en nosotros?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 24/06/2010 15:21:18
por Mauro Kwitko - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
¿Qué debemos curar en nosotros? Todos los tipos de comportamiento, de razonamientos, de características de personalidad, que nos diferencian de nuestros hermanos más evolucionados del Plano Astral, de los Maestros, de los Orientadores.
Ellos están allá arriba, en un lugar de frecuencia vibratoria más elevada. Lo que nosotros tenemos y ellos ya no tienen son las impurezas y las imperfecciones, de las cuales hemos venido a liberarnos. Nuestra senda nos encamina hacia la perfección y ellos nos indican el rumbo, si bien para eso es preciso que no echemos la culpa a nada ni a nadie y comprendamos que nuestras imperfecciones son cosas nuestras, que nos acompañan desde hace mucho tiempo, hace muchas encarnaciones. Y si esto ocurre es debido a que no hemos venido aprovechando realmente nuestras encarnaciones para liberarnos de ellas, curarnos, purificarnos.
El ser humano es muy incompetente en su evolución espiritual. Generalmente lidia mejor con lo terreno, lo material. La regla de oro es: ante un acontecimiento desagradable permanece muy atento a lo que emerge de negativo desde dentro de ti. ¡Ahí está la imperfección que has venido a eliminar! Si considerases que tienes razón para sentir esa imperfección, comprende que ese razonamiento proviene de tu Yo Inferior, una fuente nada digna de confianza… Nuestros Yo inferiores siempre consideran que tienen razón para sentir y manifestar rabia, resentimiento, tristeza, miedo, etc. Mientras que, desde allí arriba, nuestros Yo Superiores permanecen deseando que frente a las situaciones que hacen surgir estas imperfecciones, aprovechemos la ocasión para curarnos de ellas, comprendiendo que esas situaciones, aparentemente negativas, son potencialmente positivas para nuestra evolución espiritual (purificación).
Colocar las cuestiones aparentemente injustas o desagradables como cosas potencialmente positivas y no negativas, o sea, experiencias que dan oportunidades necesarias para nuestra evolución, hace que el paciente, en vez de sentirse víctima, pase a comprender que esos acontecimientos son, en realidad, pruebas necesarias e indispensables, y que si los vence estará cumpliendo su Misión. Si fuese derrotado, esa encarnación iria poco a poco perdiendo su sentido, debido a la repetición de errores y equivocaciones (resentimiento, rabia, miedo, inseguridad, etc.) ya cometidos en encarnaciones anteriores.
El camino hacia la victoria es la libertad emocional, de uno mismo y de los demás, a través de la comprensión de la relatividad de la persona y de sus ilusiones, por su carácter temporal, de tan solo una encarnación. A decir verdad, cuántos más “obstáculos” encontremos por el camino, más nos exigiremos a nosotros mismos para vencerlos y superarlos. Y si los tests y pruebas parecen demasiado pesados, de dos una: o somos lo suficientemente evolucionados y nos hemos propuesto en la fase pre-reencarnatoria enfrentarlos para intentar vencerlos, o bien somos “merecedores” de aquello por acumulación de errores y equivocaciones en vidas terrenas anteriores y hemos optado por vivenciarlos con la esperanza de superarlos.
Somos seres que estamos evolucionando en este planeta y esto implica la necesidad de pasar por las situaciones aquí vigentes, que nos alcanzarán, creándonos conflictos. La finalidad de esto es hacer salir a flote lo que tenemos que curar en nosotros, lo que aún tenemos de imperfecto. Entonces hemos bajado del Plano Astral a la Tierra para encontrarnos en esas situaciones, y éstas son consideradas malas, injustas crueles, porque hacen aflorar lo que tenemos de desagradable en nosotros. Por ejemplo, alguien que necesita curar una antigua tendencia al resentimiento, a sentirse abandonado y rechazado, necesitará pasar por situaciones que le hagan confrontarse con eso para que salga a flote esa tendencia. En un primer momento se sentirá lastimado, abandonado y rechazado, pues eso es lo que ha venido “dentro” de él para ser curado; y si continuase toda su vida con esos sentimientos negativos, con esa tendencia, pasará por más y más situaciones semejantes y de nada servirá el sufrimiento resultante, ya que lo que debe ser curado y no lo está siendo, será confrontado de manera continuada con situaciones semejantes (gatillos). Si llega a desencarnar con esa tendencia, volverá a encarnarse para pasar por situaciones idénticas, en su contenido emocional, con el fin de intentarlo nuevamente.
Entonces, en este ejemplo, si una infancia extremadamente traumática, con un padre o una madre ausente, han hecho emerger tales síntomas, mirando con el enfoque terreno, ilusorio y patógeno, fue una situación injusta y cruel, que ha “generado” la amargura y el sentimiento de rechazo. Sin embargo, mirando con el enfoque reencarnacionista, nada ha sido injusto ni cruel, sino experiencias necesarias, elaboradas en la propia trama del destino de aquella Alma, cuyo objeto es hacer aflorar lo que ha venido a curar. Quien ha venido a curar el orgullo habrá de pasar por situaciones que hagan aflorar el orgullo; quien ha venido a curar el resentimiento habrá de pasar por situaciones que lo hagan aflorar; quien ha venido a curar la ira, tendrá que pasar por situaciones que la hagan salir; y así sucesivamente.
A quien ha venido para trabajar cuestiones como el dinero, la belleza, el poder, etc., desde la infancia le surgirán situaciones y experiencias que harán salir a la superficie lo que ha venido a curar. Si se mira desde el punto de vista de la Personalidad Inferior lo más probable es que la verdad quede distorsionada y predominen las ilusiones, generando consecuencias de comportamiento en desacuerdo con los objetivos de la Esencia. Esto se aplica a quien reencarna en familias con gran poder adquisitivo, en una “cáscara” muy bonita, atrayente, etc. Y también lo contrario, a quien nace en familias muy pobres, quien nace con una “cáscara” muy fea, etc. El psicoterapeuta reencarnacionista debe siempre recordar a su paciente que hay un por qué para que él haya venido en una familia rica, o en una pobre, con un vehículo físico bonito, o feo, etc. Todo tiene una explicación y una finalidad, y siempre tiene por objeto aflorar lo que necesitamos purificar en nosotros. Una persona no vale por lo que aparenta ser, sino por lo que realmente es. Muchas veces, alguien de una clase inferior, por emplear un término de estratificación social, está más evolucionado espiritualmente que otro de clase más elevada, pero es tratado como inferior. Conozco sirvientas domésticas más evolucionadas que sus señoras, y secretarias más evolucionadas que sus jefes.Mientras todavía estamos lejos del tiempo en que todas las personas ejerzan trabajos gratificantes y edificantes, que tengan por objetivo la evolución de sí mismos y de la humanidad, es de fundamental importancia que los terapeutas y las terapias en general estén atentos a estas cuestiones que hemos expuesto aquí. A los que no saben qué es lo que están haciendo aquí, los que no consideran importante vivir, los que se someten a sentimientos negativos, a pensamientos autodestructivos, los que buscan escape en las drogas, socialmente aceptadas o no, los que viven por vivir, los que se prenden a lo fútil y a lo superficial y a todos aquellos que no saben de qué estamos hablando aquí, el psicoterapeuta reencarnacionista debe mostrar que existe, sí, un objetivo en vivir, que es importante, sí, el que estemos aquí, que la vida terrena es como una carrera de obstáculos y que es de fundamental importancia para las Esencias que sus Personalidades terrenas salgan vencedoras en esa prueba.
Es preciso que sepan que esos obstáculos desaparecerán en cuanto sean vencidos, pues ya no serán necesarios, y que no son negativos en sí, solamente experiencias posibilitadoras de victoria.
