¿Qué es Libertad?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 13/01/2022 14:17:14
por Gisela Luiza Campiglia
Traducción de Teresa - [email protected]
Hablar sobre la libertad es uno de los temas más fascinantes de la psicología. Usamos mucho esa palabra, pero tenemos dificultad para conceptuarla. ¿Actuar sin imponer límites a nuestra voluntad? El caso es que nuestro universo interior valora otras cuestiones además de nuestros deseos.
Todas las personas del mundo afirman que quieren ser libres, pero poca gente sabe decir qué quiere hacer con la libertad.
A menudo nuestros deseos son de naturaleza destructiva, en oposición a nuestro conjunto de valores éticos. En caso de que alguien sea tramposo conmigo, puedo incluso sentir deseos de matarlo. Pero si lo hiciese, aparte de transgredir la ley, estaría faltando para con mi sistema de creencias morales. Así, experimentaría un dolor interior desagradable hasta el final de mis días, la culpa.
Los animales en general no sienten culpa, sólo miedo y deseo. El ser humano no, éste tiene un cerebro sofisticado que "fabrica" conceptos y patrones de conducta que han de ser respetados. En muchos casos, esas normas están en oposición a lo que deseamos.
¿Cómo actuar? ¿Respetando nuestro deseo o el patrón moral? Considero que debemos seguir nuestros puntos de vista y nuestras convicciones. Actuar siempre en concordancia con lo que se desea es signo de inmadurez, muestra dificultad para soportar las frustraciones y contrariedades. En el caso de que nuestro deseo sea conforme a nuestra razón, y ésta no presenta ninguna reacción negativa, es lógico que debamos intentar realizarlo.
No se trata de despreciar nuestros deseos, si tengo buena salud puedo tomar dulces. Si soy diabético, he de tener la capacidad de renunciar a ellos. No tiene sentido considerar más libres a las personas que no hacen caso de sí mismas y de los demás. En realidad, éstas son más irresponsables, e incluso autodestructivas. Si alguien sabe que el alcohol le hace daño y continúa bebiendo, ya no es libre, sino más débil.
En los siglos pasados el ser humano vivía según normas exageradamente rígidas y algunos psicólogos acabaron por concluir que la verdadera libertad consistía en deshacernos de esa camisa-de-fuerza, guiándonos por nuestros deseos. La idea es tentadora, pero en la práctica es inviable. La vida en grupo exige cierto cuidado con el otro, y atención a las normas sociales. El amor y la solidaridad que sentimos naturalmente dentro de nosotros lo piden así. No puedo hacer daño a las personas que amo, sin sufrir. En tal caso, antes de satisfacer mi deseo, he de reflexionar mucho, evaluando y pensando en las consecuencias.
La libertad es la sensación interior de placer que fluye de la coherencia entre lo que pienso y la forma en cómo actúo. Soy libre cuando soy capaz de actuar de modo coherente con lo que pienso. Algunas veces respeto mi deseo; otras, las normas morales. En cada situación, una evaluación, tomando decisiones válidas para aquel momento. Sé decir "sí" y sé decir "no". Aceptar ciertos límites para nuestros deseos es signo de madurez, no de renuncia y conformismo. Es señal de fuerza, no de flaqueza. ¡Sólo es libre quien se controla a sí mismo!