¿Qué es una buena esposa?
por Adília Belotti em STUM WORLDAtualizado em 03/07/2007 12:53:11
Traducción de Teresa - [email protected]
Con tanta gente hablando de matrimonios de ensueño, no resisto la tentación de meterme con ese avispero. Se reciben muchas preguntas acerca de la fiesta, el vestido, los detalles de la tarta, la decoración de la fiesta… pero aún no se recibe ninguna pregunta sobre aquel momento final en que la orquesta toca los últimos acordes, los amigos van acarreándose para fuera del salón, los novios sudados y felices emergen dulcemente de la embriaguez del momento y… sí, ¿y entonces?
Cómo ser una buena esposa, ¿has pensado ya en eso?
Si viviésemos allá por los idos de 1950, era fácil responder a esa pregunta. Las “columnas sentimentales” de los periódicos, libros repletos de consejos, como la Biblia del ama de casa perfecta, el The Good Housewife’s Guide, y los programas de radio eran pródigos en verdades límpidas y dignas de confianza:
-Recoge con un lazo los cabellos para recibir a tu marido cuando llega a casa al final del día;
-Espérale recién bañada, perfumada, con las uñas arregladas, los cabellos impecables, la ropa y el delantal limpios y almidonados;
-No hables de tus problemas, los de él son mucho más importantes, y no pongas cara de aburrimiento mientras él cuenta sus cosas o relata el último partido de fútbol;
-Vigila para que los críos no le molesten;
-Aprende a cocinar, a un hombre se le conquista por el estómago;
-La hora de hablar por teléfono es durante el día; por la noche, evita que tus asuntos perturben la armonía del hogar;
-Colócale bien la almohadilla y ofrécete para quitarle los zapatos…
…y por ahí iban los buenos consejos de profesionales, madres y abuelas… ¿parece demasiado servil para ti? Sí, es verdad que lo parece.
Sin embargo, un buen marido era definido en términos igual de rígidos, aunque sin tantos coloridos: bastaba ser trabajador, traer dinero – de preferencia, mucho – para casa, mover la nevera siempre que fuese necesario y “ser respetuoso”, o sea, mantener sus casos extra conyugales bien escondidos y defender a la mujer y a los hijos de los peligros del mundo… Aquí entre nosotros, si lo pensamos bien, tampoco es un papel muy cómodo que se diga, cuando menos desde el punto de vista emocional…
Desde entonces hemos cambiado, y mucho. No necesariamente para mejor. Algunos estudios son incluso un poco sombríos. Hoy leo, en un reportaje excelente del periódico The Times, de Londres, acerca de “Cómo ser una buena esposa”, que estamos tan concentrados intentando ser buenos padres y profesionales exitosos que nos olvidamos de ser buenas esposas y buenos maridos. Sencillamente, hemos acabado por no pensar siquiera en ello…
Continúo en The Times y aprendo que el número de personas que deciden casarse nunca ha sido tan bajo en Inglaterra y el número de divorcios no deja de aumentar… A lo que parece, los ingleses andan hartos del matrimonio, se quejan de que sus esposas no aprecian el sexo, que son competitivas al extremo, que exigen todo eso y el cielo también al compañero, pero no mueven una cerilla para ser mínimamente agradables…
Son cosas de esos ingleses, intento engañarme… pero ¡de eso nada!!!
En los EUA, por primera vez en la historia, el número de mujeres que mantienen solas a la familia (51%) ha superado al número de mujeres casadas (49%). El último informe del IBGE señala que, en el Brasil, el número de matrimonios ha aumentado de 42,2 a 49,5% de la población, pero el número de divorcios ha saltado de 0,2 a 4,1%, o sea, todavía se cree en el matrimonio, pero…
Tecleo “sexless marriages” en Amazon y descubro 48 nuevos títulos de libros acerca de las variaciones posibles del tema: cómo calentar tu relación, cómo lidiar con el estrés y aumentar tu libido, cómo, cómo, cómo…
¡Jesús! Suelto definitivamente el periódico, ¿será que hemos gastado tantas noches discutiendo la relación sin percibir que insidiosamente íbamos convirtiéndonos en brujas estresadas, asexuadas, competitivas y neuróticas con el éxito?
-Un poco de calma, chicas. Las mujeres exigen más a la relación porque tradicionalmente son las responsables por el equilibrio emocional de la familia. Hasta ahí nada de más, siempre que no transformes tu matrimonio en una eterna caída de brazos para ver quién lava los platos y quién cambia los pañales al bebé. No es fácil llegar entera a casa después de 9 horas de trabajo, pero eso vale para los dos, ¿cierto?
-No hay nada más insoportable que la gente que sólo se queja y protesta, mujer u hombre, pero nosotros tenemos una tendencia mayor a las lamentaciones… sobre todo en aquel momento de discutir la relación. Vale el consejo de los especialistas: sustituye la reclamación por una propuesta asertiva y constructiva… ¡funciona, créelo, en muchos casos!
-¡Desconfía de las historias de mujeres sensacionales que consiguen conciliar todo y son profesionales de primera, excelentes madres, esposas maravillosas y seres humanos formidables! Es imposible, por más que intenten convencernos de lo contrario. Si queremos mantener un mínimo de equilibrio, hemos de acostumbrarnos a vivir en el reino del “bueno lo bastante”. Y abrir mano de muchas cosas… preferentemente, no de la relación…
-Soy una madre frecuentemente llena de dudas, pero estoy convencida de que al final los críos consiguen lidiar con las dificultades mucho mejor que los adultos, incluso porque ellos siempre tienen todo un futuro lleno de infinitas posibilidades aún inexploradas como horizonte, pero ningún crío del mundo debería vivir en un hogar sin amor… ¡eso sí es insoportable!
-En cuanto al sexo, creo que voy a hacerte reír con lo que dice Jerry Hall, la bellísima ex modelo y ex esposa de Mick Jagger que, cierta vez, declaró: “mi madre decía que era sencillo mantener a un hombre feliz, bastaba ser una mucama en la casa, una cocinera en la cocina y una prostituta en la habitación. Yo prefiero pagar por los servicios de la casa y de la cocina y cuidar personalmente sólo de la parte de la habitación…
Y tú, ¿tienes tu receta para ser una buena esposa?