¿Qué Fuerza es Esta?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:13
por Maria Cristina Tanajura - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
A menudo somos considerados personas fuertes, en la opinión de los demás. Con admiración y de forma elogiosa nos dicen eso. Pensando bien ¿de dónde proviene esta "fuerza", que unos parecen tener y otros no? He llegado a la conclusión de que esta energía fuerte que brota en nosotros y que nos ampara en los momentos de dificultades es la propia energía divina que se presenta en aquellos que ya mantienen una conexión con lo divino. Por las plegarias, por la meditación, por el amor a sí mismos y al prójimo, de alguna forma la presencia de Dios existe actuante en el interior de las personas así, que consiguen mantenerse estables incluso en momentos de gran turbulencia emocional, de enorme sufrimiento.
No es que no sientan o no sufran. Ellas tienen más esperanza en días mejores, se sienten menos solas y menos desprotegidas. La luz de la fuente interior ya brilla en sus corazones y ya orienta sus mentes hacia una perspectiva más serena de la realidad.
Esta sintonía con Dios es cada día más imprescindible e incluso vital, pues atravesamos momentos de crisis que nos afectan a todos en el planeta, al mismo tiempo. Tal como el aire que respiramos, toda esta energía emanada de pensamientos tristes y de dolor se propaga a todos los ambientes, cercanos o más alejados. Nada de lo que sucede a un hermano deja de afectarnos, más, o menos. Si deseamos ser felices, hemos de trabajar por la felicidad de todos, puesto que, en cuanto uno de nosotros esté llorando de dolor, todos estaremos tocados por su tristeza.
Y la fuerza de Dios está disponible en cada uno de nosotros, pues somos imagen y semejanza suya. Esta energía poderosa que todo lo ha creado, que todo lo envuelve y vivifica, habita también en nosotros. Ella es la que podrá cambiar el mundo, si la accionamos, constantemente, todos y cada uno.
Cuando amamos, ¡estamos más ligados a Dios! Por eso necesitamos vivir en el amor - a lo que sea. A nosotros mismos, a las demás personas, a lo que estemos haciendo, a la Naturaleza, a los animales, a la belleza, a las plantas.
Solo cada uno de nosotros sabe cómo hacer para llegar a Dios. Las religiones pueden ayudar en esto, pero no son necesariamente los únicos caminos, ya que no siempre practicamos los ritos religiosos con el corazón y con solo la mente no basta para unirnos a lo divino. Es preciso que cada súplica, cada palabra brote de nuestro ser más íntimo con sinceridad, para que tengan la "fuerza" necesaria para ser oídas por los seres iluminados que nos pueden ayudar.
No es bastante solo pensar, sino que ¡es imprescindible amar! Sin la energía del Amor, la construcción es pobre, difícil, costosa y efímera. Aunque nuestro acto sea muy sencillo, como lavar un vaso, si lo hacemos con atención y amor, será más perfecto.
De ahí que tengamos que ser verdaderos, si queremos estar en Dios, cada día más protegidos y fortalecidos por esta energía que cura y mantiene la vida - sin mucho esfuerzo, naturalmente. Amar es vivir en plenitud.
Cuando alguien sufre o lucha por encontrar un camino, si queremos ayudarle, intentemos hacer que sienta el Dios que existe en sí mismo. Nada externo va a ser realmente efectivo, pero el auxilio que consiga encontrar en su propio ser, la mirada amorosa de Dios será la mano amiga que le indicará el camino, a través de su propia conciencia.
Ayudo al otro cuando le hago sentir que tiene en sí mismo todo lo que necesita para no sentirse solo, para fortalecerse; y que el Amor que ilumina el Universo tiene que reinar en su ser, para que también pueda ayudar al mundo entero y alejar las sombras que aún insisten en ocultar de nosotros el Sol que todos somos.
¿Será este un camino difícil? No es fácil, ya que esta intimidad con Dios es la meta eterna de cada uno de nosotros. Estaremos siempre a camino, buscando sentir la presencia divina en nosotros, en todo. Así seremos más y más felices, pues estaremos en casa, tranquilos, serenos, allá donde estemos. Por esto, los momentos en que hacemos una tentativa de contacto con Dios por medio de una lectura, de plegarias, de meditación, de quietud, o en un momento de amor, son prioridad máxima en nuestra vida, pues a medida que nos encontramos más y más con Él, todo en nosotros se va armonizando de forma milagrosa. Este es el Camino, ¡Él es la Fuerza!