¿Qué hacer cuando nuestras Verdades Secretas nos incomodan?
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 10/08/2015 09:43:17
Traducción de Teresa - [email protected]
Ninguno de nosotros está libre de tener una verdad secreta, o sea, de algo que nunca ha compartido con otro. Algo que hizo y que prefiere no recordar… o que le encanta estar recordando o incluso haciendo siempre que puede… La única diferencia es que son cosas secretas.
En el universo personal no existe lo acertado o lo equivocado, sino lo que hace daño a uno mismo y lo que no lo hace. Y a fin de cuentas, lo que uno es capaz de hacer en la vida para sentirse feliz y estable emocionalmente.
Lo cierto es que todos somos lo que somos porque es la mejor manera que tenemos para sobrevivir, para dar cuenta de nosotros mismos en nuestras breves existencias. No sabemos de nada, ni de dónde venimos, ni para dónde iremos y el planeta está repleto de suposiciones, de historias y de más historias respecto de este tema.
Hay en los EUA una sigla titulada YOLO, que significa You only live once, o sea, Tú sólo vives una vez… Y a cuenta de este lema, muchos acaban haciendo lo que les viene a la cabeza con el ansia de vivir también en lo mejor que imaginan poder. Y aunque esta idea nos pueda costar muy caro, como robarnos a nuestras propias historias y a nuestros ideales sobre lo que debiera ser lo correcto o no, no son pocas las veces en que asumimos aventuras que nos llevan a resbalar ladera abajo. ¡Un acto algo más impensado, una actitud algo más desmedida y listo! Podemos poner toda una vida en riesgo.
Ese factor es mucho más delicado de lo que podemos suponer. Para tener una vida plena, secreta o no, ciertamente tendremos que asumir toda suerte de riesgos. Se puede acertar o equivocar en los caminos elegidos. Forma parte de la vida. Errores y aciertos son parte del aprendizaje de honrar y reconocer las indicaciones internas y esa sabiduría quizá valga más que todo. Lucidez y auto consciencia sobre dónde estamos y sobre lo que de hecho deseamos a nosotros mismos. Sobre lo que es mejor.
Muchos se salen bien en esas lides. Las actitudes son de todo orden.
Ejemplo de una verdad secreta de una paciente mía: detesto mi matrimonio, pero no me veo sin estar casada y por eso me acomodo a las circunstancias nada fáciles en que vivo, inclusive, a tener que ceder sexualmente a las demandas apasionadas de mi marido. Mirad, ahí está un ejemplo de una verdad secreta. Es cierto que la petición de ayuda terapéutica vino muy por cuenta de que esta paciente intenta ser verdadera consigo misma, pero de otro modo… En otro momento, recibo en mi consultorio a otra chica, también casada, con hijos adolescentes, independiente económicamente, incluso del marido, y sin afecto alguno hacia él, por circunstancias adversas. Me contó su Verdad Secreta: ¡tenía un amante! Según ella, un enamorado. Esta era su Verdad Secreta. Le pregunté si le gustaría trabajar ese asunto, si era una cuestión para ella, a lo que prontamente me contestó que no había venido para tratar ese aspecto secreto de su vida porque se sentía estable en esa situación y no deseaba abandonar la vida socialmente agradable que tenía con el marido y con los hijos y la familia en general.
Hay mil y un amaños en que las personas intentan no traicionarse a sí mismas, haciendo lo que sea por ser felices. Y son lo que pueden ser en un amaño consigo mismas hasta que comprendan que sus Verdades Secretas están complicando la vida, a ellos y a las personas con quienes conviven. Pero otros ni siquiera se acercan a eso y quizá tampoco lo necesiten, porque en la combinación velada entre las dos partes todo va bien.
El discurso personal viene de una individualidad secreta que a menudo no se puede compartir.
No se puede juzgar, a fin de cuentas, somos humanos y tomamos decisiones para de algún modo salir bien...
Incluso aquellos que tienen grandes prejuicios están haciendo eso… Intentando quedar bien, contemplando la vida a través de ese tipo de lente…
Pienso que lo importante es averiguar si las Verdades Secretas están causando lesiones a uno mismo o a las personas de nuestro entorno. A partir de esa clareza, si interiormente nos llega una señal de alarma, es motivo para buscar un cambio interior para mejorar la situación actual.
Clave: La terapia de reprocesamiento cerebral es siempre excelente en estos casos, exactamente por funcionar como liberadora de cuestiones, cuando están en una lógica de funcionamiento, pero hay algún punto ciego de difícil acceso perturbando.
