¿Que hay detrás de nuestras expectativas? - Parte I
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 26/11/2017 09:51:32
Autora Rosemeire Zago
Traducción de Teresa
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¿Te has fijado en el papel que la expectativa tiene en tu vida? ¿Sabías que es muy difícil identificar las expectativas que tenemos? Cuando pregunto qué expectativa tiene una persona respecto de su madre o de su pareja, la respuesta inmediata es: "no tengo expectativa, no espero nada de ella/él". Pero no tienes más que pensar en el último hombre o mujer que conociste y en los pensamientos que llegaron juntamente: "¿será el hombre/ mujer de mis sueños, saldrá bien esta vez, nos veremos nuevamente?" ¿Y cuando te cortaste los cabellos y tu pareja no dijo nada? O la última vez que esperabas que tu madre reconociese algo que hiciste, sea un trabajo, una comida, un evento, ¡y ella simplemente lo ignoró! ¿Cómo te sentiste?
Esperamos mucho ¡siempre! Pero difícilmente nos damos cuenta de cuando la expectativa se hace presente. Sí, no es tan simple identificarla, pues por lo regular es muy, muy sutil. Ocurre en general de modo inconsciente y muy profundo, lo cual dificulta la percepción de que ella existe. ¡Pero sí existe! Estamos siempre esperando recibir algo de acuerdo a lo que necesitamos y no siempre tenemos conciencia de ello.
Esperamos que el otro reconozca nuestra inteligencia, belleza, creatividad, bondad, capacidad, y hasta aquello que ni nosotros mismos percibimos. Como podemos observar, la expectativa viene siempre con la necesidad del reconocimiento que todo ser humano busca. Y cuando no lo recibimos, podemos reaccionar airadamente, irritados, agresivos, iracundos. Y tú ¿cómo reaccionas cuando algo no sale como esperas?
Todos sabemos que la expectativa nos lleva directamente a la frustración y a la decepción, porque difícilmente algo o alguien corresponde a la idealización que buscamos, principalmente por no tener siempre conciencia de que idealizamos. Pero sí que idealizamos ¡y mucho! Sólo hay que volver al ejemplo de cuando conocemos a alguien o iniciamos una relación. La idealización nos lleva al otro extremo de lo real. Imaginamos a las personas como nos gustaría que fuesen, o como procederíamos en la misma situación, y cuando no corresponden a nuestro ideal imaginario, nos decepcionamos y sufrimos. ¡Y cómo sufrimos! Es un sentimiento de traición, de vacío, de abandono, al que llamamos decepción.
En nuestras relaciones más íntimas es donde las expectativas más se revelan. ¿Quién no espera atención, compañerismo, admiración, reconocimiento, elogio, afecto, cariño, amor, de su compañero o compañera? ¿Quién no espera complicidad, respeto, preocupación, empatía, apoyo, confianza, de un amigo? ¿O quién, aun siendo adulto, no espera que sus padres reconozcan su esfuerzo, su valía, la persona en que uno se ha convertido? ¿Y sabes por qué? Porque no siempre hemos recibido de nuestros padres en los primeros años de vida todo lo que un niño necesita, y durante nuestra historia esperamos inconscientemente que esas necesidades sean suplidas por otras personas.
La expectativa está relacionada con la idealización y la búsqueda de reconocimiento, lo cual es corriente en las relaciones, pero lo importante es tener conciencia de su existencia, para no convertirnos en rehenes de la actitud de otra persona, sufriendo, visto que podemos aprender a buscar dentro de nosotros mismos lo que a menudo buscamos fuera.
En el próximo artículo voy a abordar cómo surgen las expectativas y un ejercicio que te ayudará a identificarlas.