¿Qué parte de ti está faltando?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 29/06/2015 10:21:55
por Nathalie Favaron - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Acabo de leer un relato conmovedor sobre ciertas experiencias vividas por un conocido de Facebook que describía con detalles dos acontecimientos por los cuales había pasado recientemente.
Una parte del relato hablaba de la experiencia trascendental de conexión con la naturaleza y la otra de la vivencia traumática de un atraco con tintes de refinada violencia; uno a continuación del otro, por lo que entendí.
Intrigada y perpleja terminé de leer el texto.
La pregunta que no me sale de la cabeza en este momento es: ¿por qué yo, a las ocho de la mañana, me puse a leer un chisme tan largo y dramático, sobre alguien que ni siquiera conozco directamente? ¿Qué enseñanza sacaría yo de aquello?
¿Qué mensaje podría revelarse en esos dos sucesos tan antagónicos en sus experiencias?
De ojos cerrados, pido llegar a mayor comprensión, pues presiento que allí se oculta algo que puede revelarme más lances.
Percibo nítidamente que las polaridades de la paz y de la violencia habitan dentro de mí. Alegría y tristeza, seguridad en la pertenencia; miedo también... Ver el vaso medio lleno o medio vacío.
Me cuestiono interiormente sobre qué es lo que forma más sentido para mí.
La respuesta me parece obvia. Pero no lo es.
Deberíamos optar por sentir paz, seguridad de pertenecer y alegría. No obstante, distingo la violencia, el miedo y la tristeza también habitando en mi ser. Queriendo atención, pasando sus mensajes.
Callar la voz de alguna parte dentro de nosotros es como excluir a un miembro de la familia. Es una exclusión y esto no lo permite el sistema.
¿Qué parte dentro de mí quiere hablar?
Vuelvo a conectarme con mi historia íntima y encuentro la imagen interna de una mujer más madura, sujetando con la tira elástica de un tirachinas gigante a una versión más joven e intensa de la misma mujer. Que intenta alejarse de la “vieja” para vivir su vida.
Partes de mí, las dos.
Recuerdo la experiencia del día anterior, cuando vuelvo a encontrar a un amigo querido que no veía desde hacía veinte años. En esa ocasión estuvimos charlando durante siete horas seguidas. Recuerdos de tantos años de separación.
Me doy cuenta de que él conoció a una persona muy diferente de la que soy ahora.
¿Cuál parte de mí, que vivió hace años, está intentando decirme algo?
No espero encontrar una respuesta directa y clara.
Únicamente reconozco esa presencia y le doy espacio para que se muestre.
El tiempo en este caso es amigo mío...
Abriendo mano de comprender el proceso y de alcanzar un resultado, aguardo con el corazón abierto los movimientos de mi alma.
Y te invito, a ti que ahora estás leyendo este texto, a que hagas lo mismo.
Una exploración...
¿Qué parte de tu vida has excluido hace mucho tiempo, y que ahora necesita ser escuchada, contemplada, reconocida?
¿Qué vivencias has dejado atrás, haciendo como que las has olvidado?
Excluir algo que has hecho o vivido reduce tu fuerza y te quita la paz.
No tenemos permiso para crecer o evolucionar a partir de la exclusión.
Abre espacio en tu corazón para esa parte de ti que hace tiempo está callada.
Y observa sin miedo cómo empiezan a producirse los cambios.
Sólo tú eres capaz de saber lo que sientes y necesitas... Contemplar esto es la llave para acceder a quien tú eres... y, de pronto, encuentras la unidad de tu espíritu... y percibes que la separación no existe. Entonces, podemos relajarnos en la comprensión y aceptación de un nuevo estado de ser, en la verdad, la fuente de tu propia esencia, ¡de lo que tú eres!
A fin de cuentas, ¡Somos Todos Uno!
