¿Qué te llama la atención: ser médium o tu mediumnidad?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 11/07/2012 12:43:53
por Adenaide Luzia Krummenauer - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Qué te llama la atención:
¿Ser médium o tu mediumnidad?
¿Qué te llama la atención?
¿El modo en cómo te pronuncias?
¿Los movimientos rituales?
¿O el amor que se esfuerza en salir de tu pecho para envolver al otro?
Qué será más importante:
-¿Ser el médium más importante del grupo?
-¿O trabajar tu mediumnidad en la sencillez y en la imparcialidad?
Muchos médiums se creen mejores porque relatan textos rellenos de palabras difíciles y de demagogia.
Pero ser médium de verdad es saber expresar amor en la mirada, en el toque, en la palabra serena y tranquila, firme y ponderada.
Ser médium es buscar en sí mismo la manera de obtener para el otro el alivio de su dolor, sin por ello lastimarlo ni maltratarlo.
Ser “médium” no es una cualidad, un título o mérito.
Ser “médium” es aprendizaje, es arreglo de lo pasado, es ajustar.
Es la búsqueda del equilibrio, eterno crecimiento y despertar.
No basta saber ¡hay que hacerlo!
No basta ser notado, hemos de saber notar en el otro cuándo éste necesita ser arrullado.
¡Perfecciónate!
¡Queda en la Luz!
(Mensaje psicografiado el 24/04/2007 en el Grupo de Estudios Lótus Universal)
Reconocer tu capacidad mediúmnica y trabajar en favor de tu crecimiento son actitudes loables y edificantes. Pero hemos de ser conscientes de estas actitudes y no permitir que la vanidad hable más fuerte. A menudo observamos médiums preocupadísimos con sus habilidades, con sus desempeños y con la riqueza de efectos especiales. Y el contenido de sus mensajes simplemente pasa desapercibido, principalmente por él mismo.
Algunos psicografían y presentan sus mensajes al público, leyéndolos en tono alto y fuerte, confiados en que su texto es educativo y necesario, pero no los llevan consigo, pues entienden que el mensaje es para el público y no para ellos.
Algunos tienen una preocupación excesiva por trabajar su mediumnidad en un local designado para este fin (casa, centro, grupo, etc.), preferentemente con cierto destaque, pero cuando están fuera de ese local olvidan poner en práctica las enseñanzas allí adquiridas.
A veces, cuando están aprendiendo a desarrollar su mediumnidad se consideran en el derecho, y en el deber, de resolver todos los problemas del otro hermano, pues necesitan hacer la caridad, pero no resuelven sus propios problemas.
Se apresuran a “formarse” como médiums, y consideran que leyendo algunas obras espíritas, asistiendo a algunos trabajos mediúmnicos, participando en algunos de los procedimientos (pases, irradiaciones, orientaciones, etc.) será suficiente, pero siquiera ponen estas enseñanzas en práctica en su día a día. La tan divulgada e insistida “Reforma Interior” ¿será solo para el otro? ¿O será para nosotros también?
Considero importantísimo el aprendizaje y desarrollo de la mediumnidad y tenemos la felicidad de disponer de varios locales, grupos y asociaciones encaminados a este fin, pero me preocupa cuando este desarrollo escapa a su real finalidad.
Ser médium es una oportunidad maravillosa para rescatar algunas de nuestras inferioridades, llevar a cabo algunos arreglos y ajustes respecto del pasado, como nos expone el amigo espiritual del texto anterior.
Desarrollar la mediumnidad no es un pesar o un castigo. Es una oportunidad maravillosa de crecer, de despertar la Conciencia Divina.
No basta saber de memoria las obras básicas del espiritismo, los conocimientos budistas, el catolicismo y tantas otras enseñanzas maravillosas, sino que es preciso ponerlas en práctica.
Vamos expresar nuestra mediumnidad a través de la mirada, del toque, del saber escuchar al otro sin juzgar ni criticar.
Vamos a expresarla al tender la mano, al sonreír, al arrullar con palabras de ánimo y confianza.
Somos médiums. Podemos elegir trabajar en la Luz y por la Luz.
Sé el mejor médium para ti mismo.
Despierta la Conciencia Divina que hay en ti.
Perfecciónate.
Abrazos iluminados
