Que Todos sean Uno (Ut Omnes Unum Sint - Juan XXIII - 1962)
por Sergio Scabia em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:35:06
Traducción de Teresa - [email protected]
De veras, no me gusta hablar de mí. Pero los mentores insisten y deben tener razón. De hecho, creo que sólo es posible escribir con propiedad y exactitud cuando hacemos referencia a experiencias personales vivenciadas, vistas siempre bajo el prisma de la verdad, del respeto y con la intención de transmitir algo que pueda ser útil a alguien, aunque no sea más que a una sola persona. No podemos retener la información.
El foco de los medios continúa estando en el Vaticano, con la toma de posesión del recién elegido papa Francisco, argentino de origen italiano que tiene por delante una enorme tarea, la de reformar en profundidad la curia romana, separar la cizaña del trigo y acercarse a los fieles de forma efectiva, correcta y sincera, si realmente quiere servir de ejemplo a una enorme parcela de habitantes del Planeta. La declarada opción por los pobres merece todo el apoyo y, quién sabe él pueda representar la piedra miliar para una extraordinaria revolución en la Iglesia Católica en este nuevo tiempo de transición planetaria.
El ambiente en que vivimos nos modela.
Desde que vine al mundo, la presencia del papa ha sido muy fuerte en mi vida, bien por la inmersión total en el sustrato religioso local, bien por el fervor de mi querida madre, muy al estilo italiano, o por episodios diversos.
Uno de esos, en realidad fue un "no acontecimiento" en 1958, cuando, con los niños de mi ciudad (Padua) ya habíamos hecho las pruebas generales en la iglesia de los Eremitani para recibir el sacramento de la confirmación por parte del entonces cardenal de Venecia, Eugenio Roncalli. Sin embargo, lo inesperado sucedió: el papa Pío XII falleció de repente y D. Eugenio, al que tanto esperábamos, se fue al cónclave en Roma. donde fue elegido papa: Juan XXIII.
Un papa franciscano, hijo de campesinos, el cuarto de trece hermanos, cuya trayectoria acompañé gracias también a mi padre, que pacientemente me explicaba su actuación al frente de la Iglesia, así como las virtudes de bondad, humildad, calor humano, buen humor, la amabilidad y la compasión que formaban parte de su personalidad. "Il Papa buono" (El Papa bueno) fue el revolucionario que vivía en medio de los fieles, que visitó la cárcel de Roma ("Si los presos no pueden venir hasta mí, voy yo hasta ellos"), que hizo a la Iglesia comunitaria, con el decir misa en el idioma de cada país y con el celebrante de frente a los fieles, quienes percibían a Juan XXIII como uno de ellos. Lloré cuando él falleció en 1963 y algunos años más tarde recé emocionado sobre su sepultura, en las grutas vaticanas, bajo la catedral de San Pedro.
Algo de historia poco conocida
El sucesor de D. Eugenio, Pablo VI, era bastante diferente del "papa bueno"; de origen noble, más alejado de la masa, pero que acabó "entrando" en mi vida cuando me casé, en Roma. Durante la ceremonia religiosa, llevada a cabo por un cura muy guay, que allá tiene el poder de "unir" en lo religioso y en lo civil, apareció un cuadro con proporciones de blasón, firma y sello papal. ¡La bendición solemne de Pablo VI! Aplausos entre los presentes y gran sorpresa por mi parte y también por parte de mi esposa. Regalo envenenado.
Algunos años más tarde, en un domingo cálido de agosto, mientras pasaba un fin de semana en Albano, en las colinas romanas, una campana empezó a tañer sin cesar con un ritmo e intensidad como nunca antes había oído, proveniente de Castelgandolfo, residencia veraniega de los papas. Acto seguido, apareció mi suegra emocionadísima que, conociendo el mensaje de las campanas, gritaba "Il papa é morto" (el papa ha muerto). Amigos míos, por allá la conmoción es muy grande en esos momentos. El papa es una presencia constante en la TV y en la radio, algo que a veces recuerda el aún hoy típico culto a la personalidad de algunos gobernantes. El cuadro con la firma del papa - que nunca habíamos colgado en la pared - ya se había perdido con la mudanza al Brasil y, créase o no, mi matrimonio se terminó sólo un año después de que el papa Wojtyla sustituyó al anterior.
La saudade del Brasil era inmensa, acabé alejándome de la religión y me volví definitivamente para acá.
São Paulo, 1992.
En una tarde de abril, una fuerte necesidad de retirarme a meditar, técnica que practicaba desde hacía seis años. Obedecí al llamamiento y caí en una fase muy profunda, con vivencias en momentos de arrobamiento bellísimos, inspiradores, y episodios que casi podía "tocar con mis manos". Me fue mostrado el camino de la iluminación y de la Unidad del Todo que está en todo, la realidad de la reencarnación: ya como principio masculino, ya como femenino. Me impresionaba una línea vertical, estática, espesa y nítida: el tiempo, inmóvil. El ahora, el eterno presente que impera sobre nuestra vida, un fluir incesante de energía preciosa cada vez más sutil, la contribución individual - única y esencial - que al retornar a la Fuente la hace aún más brillante.
.Y de fondo una alocución, la voz nítida y conocida de un hermano de fecha lejana: el Papa bueno Juan XXIII repitiendo suavemente y sin cesar: "Somos Todos Uno", "Somos Todos Uno", "Somos Todos Uno". Inolvidable. En ese mismo momento fue sembrada la semilla del STUM y nuestro logotipo intenta recordar de la mejor manera aquello que me fue transmitido. Siete años más tarde, en 1999, empezamos a dar vida a este Website, que al principio y hasta 2002 era "vida nova", pero con el Somos Todos Uno bien evidente en el logotipo.
Las transformaciones interiores fueron, y lo siguen siendo, profundas y permanentes; siempre teniendo como base experiencias directas, actitudes conquistadas por encima de dogmas y conceptos obsoletos, Luz pura que liberta y acaricia el Alma, la cual pasa a vivir en conexión directa y permanente con la Fuente, la mayor parte del tiempo en estado de gracia. Los valores perennes e inmutables son finalmente rescatados y pasan a formar parte esencial de nuestro tránsito por la Madre Tierra. Descubrimos además que no necesitamos intermediarios, sean éstos curas, pastores, profesores, gurúes, amigos. todos ellos son una individualización única, tanto como tú o como yo.
En otra dimensión. que es aquí mismo, basta con que aprendamos a entrar en ella, somos todos uno solo. ¡El mismo ser, el mismo!
Por tanto, cada cual lidiando con su misión específica, que debemos aprender a honrar y respetar. Un día, cuando nos reencontremos estando de vuelta a casa, descubriremos todo el inmenso potencial de que disponíamos. El poder de la Intuición, del silencio creativo, de la telepatía, de las técnicas bioenergéticas que nos abren las puertas a todo tipo de experiencias e informaciones.Pero mientras nos entrenamos para sentir toda la firmeza de que disponemos en nuestro centro interior, lidiando y sutilizando nuestra esencia para alcanzar la Iluminación. una vez más sugiero humildemente que encontremos aquel apoyo consistente en las "Cartas de Cristo", estupenda obra canalizada del Maestro (Completa de una meditación poderosa) y en el Códex los principios que rigen el Nuevo Ciclo, canalización de la Conciencia Cósmica comentada por los Hermanos de las Pléyades.
Obras de inestimable valor, para bajar gratuitamente en estos enlaces que siguen:
"Las Cartas de Cristo" y Puede bajar tu versión del "Códex" pinchando sobre el idioma espanhol
Namastê (El Dios que existe en mí saluda al Dios que habita en Ti).
Agradezco aquí a los queridos y pacientes Guías y a toda la pandilla que permite que este Website exista: Rodolfo, Sandra, Teresa, Marcos, Anderson, Ian, Lidiane. ¡y Tú!