¿Qué voy a ganar yo con eso?
por Graziella Marraccini em STUM WORLDAtualizado em 30/08/2010 12:57:51
Traducción de Teresa - [email protected]
Desgraciadamente, en nuestra sociedad materialista, lo que yo percibo en torno a mí es que no existe donación incondicional, sino una cuenta de ‘dar y recibir’. Cuando donamos algo estamos sobreentendiendo ¿Qué voy a ganar yo con esto? si es así como pensamos y procedemos, entonces nuestra donación no vale nada, no vale puntos para nuestra espiritualidad. ¡Incluso cuando no pedimos un retorno en igual medida, pero esperamos al menos un agradecimiento, un reconocimiento por lo que hacemos, no sumamos puntos para nuestro espíritu! Pero, diréis vosotros, ¡es muy difícil actuar de forma enteramente generosa sin esperar nada a cambio! Nadie aquí es la Madre Teresa de Calcuta, ¿no es cierto? ¿Cómo podemos donar sin recibir nada a cambio, ni siquiera un ‘muchas gracias’? A mi modo de ver, cuando donamos algo desde el fondo de nuestro corazón, siempre logramos una sensación de satisfacción interior que compensa nuestra donación, incluso aunque la persona que recibe no nos lo agradezca. Sin embargo, no siempre nos damos cuenta de ello, pues practicamos siempre nuestras acciones como en una cuenta de sumar y dividir y no siempre el cambio vuelve en la misma moneda.
En mi opinión, la única cosa que debe orientar nuestra donación es la certidumbre de que esa donación va a transmitir Luz a aquel que la recibe. Si logramos ser un simple vehículo de Luz, entonces recibiremos en retorno aquello que nos está destinado. Repito: el universo no funciona en ‘medidas iguales’, por lo menos no en medidas como las concebimos. ¡El universo funciona devolviéndonos a cambio aquello que necesitamos, incluso aunque no sea exactamente aquello que esperamos o deseamos!
En este período, en que la humanidad está pasando por enormes perturbaciones, ciertamente sufrimos alguna presión para conseguir cumplir con las obligaciones de nuestro día a día. Mal tenemos tiempo de suplir nuestras necesidades, diréis vosotros, y ¿aún debemos ‘donar’? ¡Pues sí, y es por esa razón que debemos redoblar nuestro empeño para encontrar, dentro de nosotros mismos, ‘algo’ para donar! ¡Siempre insisto en esta cuestión porque estoy segura de que todos tenemos algo que podemos compartir y donar! Si nos comprometemos a hacer una pequeña donación cada día, estaremos también evolucionando espiritualmente y el cosmos nos devolverá según nuestro merecimiento.
Naturalmente, algunas personas son más generosas que otras porque su carácter es así. Yo admiro a aquellos que se implican en proyectos sociales de voluntariado, pues esas personas modifican el mundo a su alrededor y contagian a la sociedad esparciendo la Luz del Amor. En Astrología generalmente asociamos algunos planetas a ese ‘espíritu de donación’. El planeta Júpiter, de manera especial, es tenido como el más significativo de la expresión de generosidad; ese planeta en buen aspecto en nuestro mapa hace a la persona generosa, optimista y expansiva y le proporciona suerte. Actualmente, Júpiter está en retrogradación, volviendo de Aries a Piscis y volverá en marcha directa a mediados de noviembre. Ya escribí y comenté este aspecto planetario en mis artículos anteriores. Actualmente, como hay una ‘retracción’ del efecto expansivo del planeta, podemos deducir que vamos a enfrentar un período de evaluación respecto de nuestra generosidad. Por consiguiente, habremos de hacer nuestras cuentas personales para verificar si hemos donado más de lo que hemos recibido.
En consecuencia, podemos estar haciendo nuestras cuentas por haber donado algo sin haber recibido nada a cambio o evaluando si nos envolvemos en un nuevo proyecto o nos lanzamos a una nueva aventura cuando Júpiter y Urano entraron en Aries. De repente, podemos tener algún tipo de arrepentimiento ahora (Urano también está en retrogradación), arrepentimiento este que nos hará reevaluar nuestro proceder anterior.
Pero ¿no ocurre siempre así en la vida? Expansión y retracción forman parte de la vida. Del mismo modo que al respirar expandimos y retraemos nuestros pulmones, igualmente la humanidad pasa por ciclos de expansión y retracción. Esos ciclos sirven para nuestra evaluación. La quinta Ley hermética (las 7 Leyes de la Sabiduría) nos enseña la Ley del Ritmo y tiene relación con ese efecto de expansión y retracción:
Todo tiene flujo y reflujo, ya sea en el Macrocosmos o en el Microcosmos. En la manifestación del Espíritu Puro a que llamamos EL TODO, existen la Efusión y la Infusión, o la Expiración y la Inspiración de Brahma como dicen los hindúes. Los Universos son creados, ellos se expanden hasta llegar a su punto máximo y después de que alcanzan su mayor fuerza se convierten en masa inerte, esperando otro impulso para comenzar un nuevo ciclo, esta vez en sentido inverso. De la misma forma hace el ser humano, que al nacer llena los pulmones de aire, empezando el eterno flujo y reflujo de la respiración. Ese es un reflejo instintivo, no comandado por el cerebro porque está sometido a la Ley Natural del Ritmo.
Si somos imprudentes y procedemos de forma precipitada, pagaremos las cuentas más adelante, ¿no es cierto? Correcto. Pero en el sentido espiritual esa ‘Ley’ no funciona de la misma forma pues a medida en que nos expandimos espiritualmente encontramos cada vez más Luz en nuestro camino y escapamos al efecto de la ley del Ritmo. Al mismo tiempo en que expandimos nuestra espiritualidad, nos convertimos también en ‘vehículos de Luz’, uniéndonos a otros ‘vehículos de Luz’ ¡hasta que nuestra vida pueda escapar definitivamente a las Leyes Herméticas! De hecho, las Leyes Herméticas actúan principalmente en el mundo material, en el mundo físico manifestado, pero no se aplican al mundo espiritual. Al menos esta es mi opinión, pues observo que a medida que nos internamos por el camino de la espiritualidad y abrimos nuestro corazón para donar nuestro amor incondicionalmente, el retorno viene a nosotros en las más variadas formas. Y principalmente, cuando expandimos nuestra consciencia individual hasta alcanzar la consciencia universal el sentimiento de gratificación se hace inmediato y ya no necesitamos ‘esperar un retorno’. La acción de donar, por sí sola ya nos completa y expande nuestra consciencia haciéndonos evolucionar hasta ‘escapar’ a las Leyes.Por esa razón, insisto en que debemos encontrar dentro de nosotros la fuerza para continuar esa donación ‘en sentido único’, o sea, sin esperar retorno. Obviamente, no vamos a continuar donando siempre a alguien que no nos da nada a cambio. Debemos entonces servirnos del discernimiento y elegir la dirección de nuestra donación. Observa bien: ¡he dicho ‘discernimiento’ y no ‘discriminación’! No podemos decir: ese sujeto merece mi ayuda y aquel no la merece, pues estaríamos juzgando y anulando el merecimiento de nuestra donación.
Pero ¿será que todos tenemos dentro de nosotros esa capacidad? Yo creo que sí, unos más y otros menos, dependiendo de nuestro nivel de evolución. Una de las maneras de comprender cómo aprovechar esa ‘posibilidad de expansión’ puede encontrarse en nuestro Mapa Natal, interpretando la localización del planeta ‘Júpiter’ (el signo, la casa y los aspectos).
Ciertamente, para aprovechar todo su potencial la persona ha de elegir el camino del auto-conocimiento, y la Astrología puede ser una herramienta poderosa para llevar a cabo esa tarea. Quien se limita a leer el ‘horóscopo del periódico’ nunca sabrá las posibilidades que la Astrología ofrece para el camino del auto-conocimiento. Leed más sobre Astrología en mi Website personal: encontraréis innumerables artículos escritos y publicados en más de 10 años de aparcería con el STUM.
¡Recordemos que estamos todos juntos en esta andadura! Cada uno de nosotros dona de aquello que posee: ¡talentos no nos faltan, basta encontrarlos!
Entonces, apreciados internautas, ¿hacemos esa experiencia? ¿Empezamos esta semana compartiendo algo de forma incondicional, sin esperar nada a cambio? Repito, debemos donar de lo que poseemos y podemos donar, pero la donación ha de provenir de lo más profundo de nuestro ser, de forma sincera y (acordaos) ¡ha de hacerse en una ‘vía de sentido único’! Un detalle: no debemos vanagloriarnos de nuestras donaciones. Una mano no necesita saber qué cosa está donando la otra: así es como nos enseña Jesús.
¡Deseo a todos una semana llena de Luz!
São Paulo, 25 de agosto de 2010