¿Quieres cambiar o solo reformar la casa?
por Rubia A. Dantés em STUM WORLDAtualizado em 27/02/2009 16:12:55
Traducción de Teresa - [email protected]
Sabes, cuando se quiere cambiar la vida porque ya no se soportan algunas cosas… o porque se han repetido demasiado algunas historias y se decide modificar… entendemos que de aquella forma ya no se puede seguir y que el único camino es el cambio.
Entonces, vamos en busca de ayuda para ver qué podemos hacer… y hasta empezamos las transformaciones, pero… a la hora del cambio, hay algunas cosas de las que no queremos abrir mano para que sea diferente de las que queremos… y una cosa aquí otra allí… y el cambio acaba por transformarse en una reforma de la misma casa… que adquiere nuevos colores… rompemos una pared aquí… ampliamos una ventana allí… y durante un buen tiempo… o tampoco tanto, incluso creemos que está todo diferente y que realmente nos hemos transformado…
Cuando un buen día nos deparamos con los mismos viejos problemas que tanto queríamos evitar… los mismos patrones nos traen las mismas experiencias…
Y pensamos…
Pero si yo he cambiado… mira cuántas cosas hice…
Ese es un problema… por el cual, creo, todos nosotros hemos pasado un día… querer el cambio pero no conseguir abrir mano de algunas cosas…
No comprendemos que, si queremos transformarnos y Ser quienes verdaderamente somos, no podemos tener ningún control sobre cómo han de ocurrir las cosas… y el no abrir mano de algunos deseos del ego puede interferir y estorbar el cambio que tanto queremos.
Mantener la misma estructura de la casa y solo romper una pared y pintar toda la casa nuevamente, puede incluso cambiar la apariencia externa pero… la estructura sigue la misma…
Al igual que querer controlar lo que vamos a cambiar, por no conseguir abrir mano de todos nuestros deseos personales, no opera un cambio verdadero.
Muchas veces consideramos que queremos cambiar todo y vamos por los caminos del auto-conocimiento, que son muchos – dicho sea de paso – y para todos los gustos… sin embargo, en la hora H, vamos colocando algunas pequeñas exigencias del ego… creyendo que solo una cosilla aquí y otra allí no marca diferencia… y al final de aquel gran cambio lo que se revela es solo una reforma que tapa algunos agujeros, pero no resuelve el problema.
Si queremos de veras transformarnos y vivir nuestro propósito Divino es preciso tener coraje para entregar al Gran Misterio nuestros deseos del ego sabiendo que lo que viene de esa entrega nos aportará una satisfacción mucho más profunda y duradera que lo que estamos dejando… No podemos hacer exigencias de cómo queremos que esa transformación ocurra ni tampoco de lo que queremos abrir mano y de lo que queremos mantener… porque esos deseos son de la personalidad y cuando nos transformamos realmente sentiremos que ya no necesitamos desear eso o aquello porque la Divinidad nos trae exactamente lo que es mejor para nuestro momento.
Se necesita audacia para dar un salto a lo desconocido sin garantía ninguna… al igual que la mariposa que sale del capullo sin siquiera saber que puede volar… Pero, tal como ella, nos sorprendemos con la belleza de las alas que adquirimos siempre que nos lanzamos al vacío… sin deseos y sin apegos… llevando como soporte la Fe y la entrega total de nuestros caminos al Creador.