¡Reacciona, amigo: el aura es modificable!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 26/11/2008 14:21:22
por Flávio Bastos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
“Nuestros amigos no quieren seguidores, sino personas lúcidas, despiertas, cuestionadoras, capaces de definir sus propios caminos y desinvertir los valores conscienciales que existen hoy en la Tierra. El que sigue siempre se pierde… ¿Estaréis vosotros preparados para derribar tantas barreras, tantas fronteras, bajar tantas banderas, silenciar tantas armas y en ese silencio escuchar la voz de vuestra propia conciencia?” (Website Portal Espírita).
Cada individuo posee a su alrededor un campo energético llamado aura, y esas invisibles energías en torno a él dependen de la forma en cómo la persona lidia con las emociones y con las polaridades (bien y mal) en el cotidiano de su vida.
Los espíritus que en este planeta han seguido la senda de sus trayectorias vitales y que más tarde han sido canonizados como “santos” por la Iglesia católica, han sido individualidades que a través del ejercicio del amor fraternal y de la caridad, ascendieron a un patrón vibratorio (sintonía) muy por encima de la gran mayoría de las almas que se reencarnan en este mundo, considerado de regeneración por la espiritualidad superior a partir de la entrada del tercer milenio.
Verdaderamente, no hay misterio en relación a nuestro campo de energía, y la regla de alternancia inferior-superior de nuestra sintonía sigue la línea natural que es válida en todos los rincones del universo y para todas las criaturas inteligentes, o sea, la de que somos el resultado de nuestros pensamientos y actos, que generan energías positivas o negativas según los niveles de nuestras elecciones, que oscilan entre los polos vibratorios del bien y del mal, respectivamente.
En este ámbito energético, el razonamiento es lógico como la Física básica: si somos individuos en busca de paz interior a través del auto-conocimiento y del ejercicio del amor (energía del bien) en nuestras vidas, es porque al liberarnos de las “amarras” psico-espirituales que nos sujetan a un patrón vibratorio inferior, estamos consiguientemente elevando la sintonía a un nivel más alto que la situación anterior, pues somos el resultado, como ya hemos subrayado, de la sintonía de nuestras elecciones…
Como la conducta ético-moral del ser inteligente está basada en la interpretación de las Leyes Divinas, esas leyes son la referencia para que accedamos, o no, a niveles más altos de conciencia. Todo depende de la forma en cómo asumimos, o no, las responsabilidades que la vida tiene para ofrecernos. Responsabilidades que en algunos se encuentran adormecidas en la inconsciencia, y en otros, despiertas a nivel consciente.
En el sentido de la “practicidad” espiritual, es importante que estemos conectados con nuestro mentor espiritual, pues él es el eslabón de conexión, en cuanto intérprete de las Leyes Divinas, que intermedia en beneficio nuestro, intuyéndonos y orientándonos para que no nos alejemos del rumbo de la evolución consciencial.
En cuanto a la importancia del mentor en nuestras vidas, eso si estamos receptivos a su sintonía, he tenido una reciente experiencia que puede ilustrar la importancia de esa relación. Cierta noche, al despertar repentinamente, sentí un malestar con síntomas de náuseas, temblores en el cuerpo y frío. Al acostarme nuevamente, en estado de vigilia recibí la información que necesitaba en ese momento: “Tú no has observado los cuidados necesarios (auto-responsabilidad…) y tu organismo está eliminando toxinas.” Aquel mismo día yo había manipulado veneno de uso doméstico sin protegerme adecuadamente para la tarea.
En el ámbito espiritual no hay término medio y sí parálisis consciencial, situación en que no retrocedemos pero tampoco avanzamos en el sentido de la evolución. O estamos abiertos hacia las verdades del espíritu que son las verdades nuestras que debemos conocer, o estamos distantes de nuestros amigos espirituales y cerrados hacia un mejor nivel de auto-conocimiento.
Por tanto, el aura… el campo energético a nuestro alrededor es nuestra identidad espiritual. Y si lo deseamos, tenemos el “poder consciente” de modificarla para mejor, no sin antes, empero, modificar nuestras actitudes frente a la vida. Nuevas actitudes que puedan significar una reforma ético-moral no basada en un ser supremo que juzga y condena, sino en las Leyes Universales que se encuentran grabadas en lo íntimo de la conciencia humana.
