¿Reconoces el abuso que has sufrido en tu niñez y su impacto sobre tu vida adulta?
por Rosemeire Zago em STUM WORLDAtualizado em 21/08/2015 10:47:31
Traducción de Teresa - [email protected]
En el consultorio recibo a muchas personas con las más diversas quejas, y con sus respectivos síntomas físicos y/o emocionales. Eso me ha llevado a estudiar cada vez más los posibles orígenes de esas quejas, y al explorar la infancia y adolescencia, principalmente los primeros años de vida, encontramos muchas situaciones de abuso: físico, emocional y/o sexual.
Quienes sufrieron abusos en la niñez arrastran traumas psíquicos, que en la vida adulta pueden acarrearles consecuencias impactantes. Numerosos estudios demuestran que el estrés prolongado en la infancia tiene consecuencias para la salud a lo largo de la vida, y puede perturbar el desarrollo inicial del cerebro y el funcionamiento de los sistemas nervioso e inmunológico.
Desgraciadamente, lo que más he venido notando es que muchas personas no se benefician del resultado del proceso de autoconocimiento por no ser capaces de identificar como abuso lo que han pasado en su niñez. Y así, no relacionan sus dificultades actuales con los primeros año.
Pienso que la reflexión sobre los efectos perjudiciales a largo plazo que los abusos sufridos nos infligen es uno de los mejores caminos para la toma de conciencia y posterior interés en un proceso de autoconocimiento. Cuando identificamos, exploramos, validamos, y así, elaboramos aquello que nos sucedió, acogiendo al niño que fuimos, los síntomas físicos y/o emocionales dejan de existir. ¿Cómo sucede eso? Nuestro cuerpo nos transmite mensajes del inconsciente, así como nuestros sueños. Como todo dolor y todo trauma quedan reprimidos en nuestro inconsciente, al hacer conscientes nuestros recuerdos, estaremos en mucho mejores condiciones para lidiar con lo que reconocemos.
Por ejemplo, una criatura que sufrió un abuso sexual nunca se lo cuenta a nadie, debido al sentimiento de culpa, miedo o vergüenza, manteniendo ese secreto durante muchos años. Ese abuso, tanto como el hecho de mantenerlo en secreto, le traerá consecuencias durante toda su vida, si no logra trabajarlo, resignificarlo y validar sus sentimientos. Muchas personas creen que el abuso se produce cuando es sexual, pero el abuso emocional y/o físico es muy común y no siempre es considerado abuso, pese a que también deja traumas.
Tenemos dos situaciones muy corrientes:
- Personas que no se acuerdan de lo que sucedió en sus primeros años de vida.
Parece que no, pero eso es muy corriente. Algunas personas se acuerdan únicamente de lo que les sucedió a partir de los 10, 12 años, o más. Esto puede ocurrir por diversos motivos, pero puede estar relacionado con una historia de vida de abusos, y que, debido a la dificultad para lidiar con sus dolores, permanecen reprimidos en su inconsciente. No recordar no quiere decir no haber sufrido algún tipo de abuso, sólo que no lo recuerda. En ese caso, el profesional, en caso de que la persona se haga un análisis, considerará como indicio sus síntomas físicos y sus sueños, que, como he explicado al principio, transmiten mensajes del inconsciente, y por tanto están considerados como importante diferencial durante el proceso. Otras técnicas que pueden emplearse para el acceso a los contenidos y recuerdos inconscientes son: la hipnosis y la imaginación activa.
Por ejemplo, una mujer relata en la sesión de análisis que no consigue acercarse físicamente a ningún hombre, transforma su imagen corporal de modo a no ser deseada, lleva ropas flojas, se baña varias veces al día (asco del propio cuerpo), sufre ciertos síntomas físicos, vomita regularmente, está siempre vigilante, no confía en las personas. Todos esos síntomas pueden tener origen en la posibilidad de haber sido víctima de abuso sexual, lo cual podrá ser confirmado durante el proceso y por la remisión de los síntomas.
- Personas que recuerdan lo que sucedió en sus primeros años de vida.
Aquí se incluyen personas que tienen autoconocimiento, hicieron o hacen psicoterapia/análisis, y por ello poseen herramientas para lidiar con sus conflictos y su historia de vida, reduciendo mucho más la posibilidad de repetir patrones aprendidos en la niñez, o de crear dolencias físicas y/o emocionales.
Las personas que nunca han pasado por ningún proceso de autoconocimiento difícilmente relacionan sus dificultades o dolencias en la vida adulta con lo que sufrieron en la niñez, por su total falta de conocimiento.
También están aquellos que recuerdan su infancia, sufrieron abusos, y aún así, niegan sus traumas y no consideran que sus dificultades en la vida adulta sean consecuencias de los abusos sufridos en la niñez. Algunos pueden padecer alexitimia (dificultad para identificar sus propias emociones) como mecanismo de defensa. Lo peor de todo eso es que, aquello que no reconozco, tiendo a repetirlo. ¿Sabías que el niño hasta los tres años o poco más, aprende por repetición, más que de cualquier otro modo? Desde la concepción hasta los tres primeros años aprendemos los valores que tendremos durante el resto de la vida.
Es muy frecuente escuchar: “mi padre me pegaba mucho, pero era porque yo lo merecía”, o bien: “agradezco las palizas que he llevado, no me han traumatizado”. Las personas que piensan así están muy equivocadas, pues todo abuso acarrea un trauma y sus consecuencias, y no tiene nada que ver que se quiera o no, son procesos automáticos. El niño, en general, siente que es culpable de todo lo que sucede a su alrededor, sólo conoce lo que vive y, a menudo, esas justificativas son resultado de una rígida educación en que la norma era la obediencia.
Cuando el niño sufre algún abuso es importante que reciba apoyo y permiso para hablar abiertamente de su dolor, y que sus emociones sean validadas sin críticas; como por desgracia esto raramente ocurre, los efectos del trauma psíquico persisten más allá de la niñez.
El adulto que niega la realidad de su infancia está negándose a sí mismo su verdad, olvidando que sólo la verdad podrá liberarlo de dolores que pueden estar reprimidos en su inconsciente, y que podrían hacerse presentes por diversos síntomas. El reconocimiento del abuso es el primer paso para la prevención.
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