Reflexión sobre el Síndrome del nido vacío
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 17/04/2014 12:10:11
por Silvia Ligabue - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
La vida está constituida por áreas, como, familia, trabajo, relación afectiva, social, entre otras. Y lo que buscamos es el equilibrio entre estas partes para vivir más felices. Si pensamos que una de ellas nos completará aisladamente es que no tenemos estas áreas integradas y desarrolladas armónicamente, para tener calidad de vida.
Reflexionar de esta forma, es decir, vivir sólo en función de hijos y familia, en algún momento hará que el sufrimiento venga a llamar a tu puerta.
Muchas madres han vivido y todavía viven como "cuidadoras" de sus hijos y cuando el último de ellos sale de su casa, puede quedar instalado el síndrome del nido vacío. Pues esta mujer ha vivido en función de estos cuidados y se ha olvidado de atender a las otras áreas de su vida.
Los hijos se casan, van en busca de su independencia económica y pasan a vivir solos; y lo que también ocurre muy frecuentemente hoy día, se separan, vuelven a la casa de los padres hasta que se reorganizan, traen a sus hijos, y cuando se marchan, los padres se quedan solos nuevamente. Y el síndrome del nido vacío viene en función de esta soledad, cuando ellos se van.
Para que esta situación pueda ser superada, intenta comprender que tu hijo ya no está en casa físicamente, pero continúa siendo tu hijo y vuestra relación en este momento recibe un gran regalo, el de que cada encuentro pasa a ser un momento placentero para matar la añoranza; y la convivencia, que no es cosa fácil para nadie, ahora ya no forma parte de vuestra vida. Empieza a cuidarte a ti misma, a viajar, pasear, dedícate a la afición que siempre has querido y para la cual no tenías tiempo por todos tus quehaceres. Si te gusta, opta por tener una mascota, también puede ser agradable en este momento.
Recuerda que siempre tenemos opciones en nuestra vida, elige la tuya, sé feliz con lo que la vida te presenta, trabaja el desapego y comprende que nada es permanente, y a pesar del amor incondicional que se tiene por los hijos, nacemos solos y nos vamos de la misma forma, somos nuestra compañía durante toda nuestra vida.
Y que estando felices, los padres dejarán que sus hijos también lo estén.