Relaciones kármicas
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 12/12/2010 18:55:04
por Maria Isabel de Oliveira - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Todas las relaciones proporcionan oportunidades para el desarrollo personal. Ofrecen los obstáculos y las recompensas, las altas y las bajas, la experiencia de la participación personal que nos muestra cómo entramos en conflicto con nuestra filosofía de vida cuando tenemos que vivir aquello que predicamos.
Cuando hay karma de por medio, tendemos a sentir una falta de control sobre el modo de reaccionar frente a esos acontecimientos. Una persona puede verse actuando en desacuerdo con su propia índole cuando está poniendo en acción y corrigiendo ciertas cualidades de una vida anterior relacionadas con una personalidad con la cual ya no está conscientemente familiarizada. Kármicamente, esas cualidades deben ser desarrolladas para que el individuo perfeccione su contacto con la vida presente.
La relación kármica asume el tono de cada individuo, mientras que deshace las ilusiones del otro. Mediante ese proceso se alcanza una nueva consciencia, y cierto sentimiento de aligeramiento y libertad puede experimentarse a medida que la carga del peso kármico se va aliviando. ¡Es interesante que, por lo regular, el modelo kármico solo es comprendido con claridad después de haber aprendido una lección!
Un individuo puede luchar contra las dificultades en una relación durante meses o años sin siquiera comprender la naturaleza de esa lucha. Solo cuando la dificultad subyacente sale a la superficie y queda resuelta, es cuando la carga kármica efectivamente se disuelve. La recompensa para ese trabajo tan duro es la comprensión, y ésta viene después de que comprendemos el vínculo que interconecta el residuo de la vida pasada y el ahora.
El karma tiende a expresarse a través de una sarta de experiencias semejantes que se manifiestan en un período de años. Cuando establecemos una relación, suele ser porque inconscientemente vemos algo en el otro individuo que puede ayudarnos a resolver un problema kármico. En otras palabras, atraemos a quien necesitamos, en una época de la vida en que estamos preparados para comprender. Así, el antiguo adagio “cuando el alumno está preparado, el maestro aparece” es realmente el tono característico de la razón y el modo en cómo ocurren las relaciones kármicas.
Todas las relaciones contienen un potencial para el desarrollo espiritual. Esté o no implicado el karma, hay oportunidad para que cada persona experimente una relación espiritual. La corriente de la vida puede dar muchas vueltas, pero está siempre fluyendo. En algunos puntos, el agua es más profunda; en otros, es rasa. A veces, el agua es oscura; otras veces, su claridad es como las profundidades de la propia alma pura. El agua no piensa en lo que pueda ganar o perder mientras nutre el suelo; ella simplemente está allí.
Si podemos aprender a nutrir a los demás en vez de solamente apegarnos a nosotros mismos, podremos navegar sobre el karma en vez de naufragar en él. Siempre que el río de la vida cambia de dirección, también el barco del karma lo hará; nunca luchando contra la corriente, sino fluyendo con ella rumbo a su destino eterno.
