Relaciones por Internet ¿pueden salir bien?
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 16/06/2011 13:46:04
Traducción de Teresa - [email protected]
La vida en Internet pasa por multiplicidad de facetas y formas de conducta. Hoy, indudablemente, el contacto vía Internet sirve a todos los gustos y edades.
Es un hecho que vivimos en la era del consumidor digital. Estemos o no de acuerdo con ese presupuesto, me atrevo a afirmar que el mismo que produce es el mismo que consume… desde ropa, alimentos, cultura, incluyendo las relaciones personales.
Las redes sociales hoy funcionando como los clubs sociales de otrora crean la posibilidad de los “ligues”, de los contactos inmediatos y, partiendo de ahí, de toda la secuencia que caracteriza las relaciones en general.
En una reciente encuesta se ha constatado que en una ciudad grande como São Paulo, una persona solamente consigue tener una relación algo más íntima con no más de seis amigos. El corre-corre de la vida propicia un contacto personal únicamente con un número reducido de individuos.
Con el advenimiento de las redes sociales, esta posibilidad se ensancha considerablemente. La conversación vía Net posee una doble categoría, pues, a medida que promueve intimidad inmediata, al mismo tiempo puede traer lo efímero, pautado en la era del vacío de nuestro siglo. Si las personas al conocerse, por algún motivo no se sienten identificadas, con un simple comando de “borrar” o de “estar invisible”, el problema queda resuelto…
Hace años que Internet viene influyendo sobre la deconstrucción de patrones de comportamiento en las relaciones afectivas; el conocimiento virtual modifica irreversiblemente las relaciones en vivo. Hoy la mayoría, mucho más despegada con esta modalidad de relación, parte para las relaciones concretas, con la posibilidad de iniciar algo con más consciencia.
Aquel que se mantiene atento y está familiarizado con el lenguaje de la Web y con las sutilezas que aparecen en las entrelíneas de la conversación, se arriesga en una aventura afectiva proveniente de ese conocimiento con una mayor seguridad acerca de lo que se puede encontrar y tiene más definido aquello que va a desarrollar o consolidar. Lógicamente, siempre puede haber sorpresas. Permanecer alerta a lo que se proyecta en el otro y a la auténtica realidad de quién es ese otro, siempre será cuestión primordial, tanto en el aspecto virtual como fuera de él. Culpar a Internet por no propiciarle la pareja ideal, o por camuflar aspectos de la personalidad del otro, no sería justo dentro de este enfoque.
Pese a todos los progresos, el ser humano sigue siendo el mismo en sus búsquedas y necesidades personales. La cuestión es que la mayoría aún está inconsciente sobre lo que de veras mueve estos deseos, anhelos y búsquedas.
Como ejemplo ilustrativo: muchos hombres buscan mujeres autosuficientes y se encantan con sus conversaciones virtuales… sin embargo, cuando las conocen, en el fondo desean ser los machos de la “historia”, anhelando a las hembras en su lugar natural… Nótese que este no es más que un ejemplo que puede dar lugar a confusión. Lo contrario también puede ocurrir, cuando mujeres independientes buscan hombres que las valoren como tales.
La conversación vía Net rola en ese sentido, encantando a ambos, pero a la hora de la verdad todo se ve bastante diferente, cuando la mujer estalla en sus carencias más primitivas, exigiendo de algún modo que el otro la proteja, poniendo de manifiesto un aspecto emocional que no se había tratado antes, en la conversación virtual. Las personas, por lo regular, no tienen idea de cómo funcionan… parten de presupuestos sobre sí mismas, buscando alguien en los cánones proyectados, que no se corresponden mínimamente con lo que son en la intimidad.
A veces hay suerte y se produce el encuentro, pero no siempre ocurre así. Por eso tiene importancia el auto-análisis y el auto-conocimiento en todo y cualquier tipo de emprendimiento afectivo y, en tal caso, importa muy poco si ese encuentro se verifica vía Internet o no.
Lo que vale es la prudencia, es la auto-averiguación individual de siempre, para que Internet no sea únicamente un símbolo más de éxito o fracaso, en la búsqueda de la relación perfecta.
Tanto hombres como mujeres se sirven del medio virtual para conocerse; no hay prevalencia de sexo en este tipo de búsquedas.
Las redes sociales, como toda versión de comunicación on-line, pueden ser buenas o regulares. Véase que estamos pasando por la era del “todos oyen, todos intervienen”, y, así, construyen la verdadera comunicación vía Net. El modo en cómo se hace uso de las redes – como la súper-exposición – únicamente puede evidenciar mejor cuestiones de la personalidad de cada cual.
Quienes buscan una relación – vía Internet – deberían permanecer atentos y tener un razonable conocimiento previo acerca de sí mismos. El peligro creado por las nuevas “tribus” y la banalización de situaciones emocionales difíciles, para las cuales la cultura de la “tribu” ofrece claves, integrándose en grupos de pseudo-normalidad, a menudo funcionan como una distorsión de lo normal, de lo viable. Los adolescentes suelen ser los más perjudicados en ese sentido.
Para finalizar, me gustaría dejar claro que todo este movimiento de contacto generado por Internet únicamente pone de manifiesto que, en pleno siglo XXI, el ser humano continúa teniendo necesidad de relacionarse. En el pasado reciente había las cartas, los telégrafos, los mensajeros, la búsqueda de relaciones a través de anuncios en los periódicos, etc.… Como aliado, hoy tenemos Internet.
Clave final, comienzo de todo: Búscate antes a ti mismo, para poder encontrarte después con el otro.