Reorganizaos, guerreros de la luz!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 06/02/2016 09:05:27
Autor Alex Possato - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
He visto a muchos hermanos sanadores caer, heridos, en el campo de batalla. Amigos que comparten hermosos trabajos y son canales verdaderos de sanación y bendiciones… con su salud física, mental y emocional atacadas. Así el cuerpo padece y el trabajo ya no se hace, o se hace mal. ¿Cómo está la sombra minando tu resistencia, hermano sanador?
Ella se ha atrincherado en tu mente inconsciente y está sacando a la superficie tus miedos más profundos: el miedo al abandono, a la soledad, a la miseria, miedo a no ser capaz, al juzgamiento, a la punición… La sombra hace que trabajes con culpa, o sensación de salvador, o incluso considerando que necesitas dar demasiado para salvarte, para ganar dinero, o quizá, salvar a la humanidad. A veces, se lleva tu fuerza de producción. Te arroja al sufrimiento. Al victimismo. A la guerra contra fantasmas ilusorios.
La compulsión está dominando tus actos. Compulsión por el sexo. Por la bebida. Drogas. Por el juego. Por el poder. Por la comida. Por relaciones amorosas. Cotilleos y asuntos aleatorios en Internet. Pornografía. Cultura. Cursos. Arte. Películas. Distracción. Discriminación política, social, sexual… Pensamientos repetitivos y descontrolados. Culto al miedo, a la guerra, al dolor y al sufrimiento. La sombra ha dominado la información. Y la información está siendo utilizada para dominarte a ti. Y tú te dejas dominar porque ya no dominas tu tiempo. Ha llegado el momento de parar. De recomponerte. Recomponer filas.
Desligarse de los vehículos de comunicación. Más y más. Y desligarte de tus pensamientos compulsivos. Y tus emociones distorsionadas.
Desligarse de los cotilleos y maledicencias. Y de las personas que cultivan esas costumbres. Se hace necesario silencio. Meditación.
¡Detente ahora! Basta de correr. Trabajar como loco. Desorganizarse. Basta de atiborrar tu mente y tu cuerpo de porquería. Busca auxilio.
Hay muchos hermanos que pueden ayudarte. Y en ciertos momentos, estos hermanos también van a necesitar tu ayuda.
Así es como vencemos la batalla. Juntos. Porque somos un solo cuerpo, vibrando la luz que somos. Y cuando algunas células de este cuerpo se olvidan de esto, nuestro sistema inmunológico iluminado se encarga de recordárselo. Estando consciente de ti mismo, de tu real naturaleza iluminada, la sombra pierde el poder. La luz es siempre luz. Es eterna… y por eso, en la luz, no hay necesidad de correr. Ella te da levedad. Paz. Sentimiento que llena. Protección. Equilibrio. Prosperidad. Fuerza. En la luz, no luchamos contra nada. Ni contra la sombra. Solamente empleamos nuestra fuerza para permanecer en la luz. Y no desviarnos.
La sombra no existe en la luz. El placer que la sombra proporciona es fugaz. Y envicia. El placer de estar en la luz es perenne. Y no envicia, porque nos reconocemos en la luz. No hay cómo enviciarnos en aquello que somos. Ha llegado la hora, hermano, de elegir hacia cuál lado quieres enfocar: luz o sombra. Y usar de toda tu intención para perseverar en el foco, si la elección es la luz.
Pide ayuda a aquello que reconoces de más verdadero, profundo y sagrado. Ya se te ha dado.
