Resentimiento
por Saul Brandalise Jr. em STUM WORLDAtualizado em 27/09/2009 10:23:12
Traducción de Teresa - [email protected]
Pocas personas se dan cuenta de que esta palabra puede tener doble sentido, cuando la analizamos bajo el prisma de la energía y no exclusivamente de la expresión verbal.
En el aspecto positivo, puede ser considerada como un sentimiento y ser confundida con añoranza, y en el aspecto negativo, ser interpretada como dolor moral.
La mayoría prefiere encararla como energía negativa porque es más fácil posicionarnos como víctimas y proceder como resentidos.
Es una postura poco recomendada, pero, desgraciadamente, es mejor que propaguemos lo que está malo dentro de nosotros que posicionarnos como quien no admite tal cosa.
Estar resentido jamás quiere decir que estamos abonando una sensación que no nos hace bien.
El acto de resentirse es tener nuevamente el mismo sentimiento que en algún momento ya hemos experimentado o vivenciado.
Soy lo que pienso ser. Soy lo que hice ayer. Soy lo que me permito realizar, por tanto, es opción mía mantener este o aquel sentimiento y es profunda ignorancia mía aceptar que el retorno del sentimiento continúe perjudicándome.
Cada momento que vamos a vivir de seguida es nuevo. A nosotros corresponde darle la importancia que queremos otorgar a la continuidad de nuestras acciones.
He venido entrenando bastante con mi Maestro la postura de abandonar las sensaciones ruines y mantenerme firme en el cultivo de las buenas. Este es el primer paso de una evolución consciente.
Confieso que al comienzo no ha sido fácil. Yo había sido entrenado, sin saberlo, para convivir con emociones que nada añaden. ¿Por qué? Porque es más fácil así. Porque el medio era así. Alguien tiene que asumir la responsabilidad de custodiarme y cuidar de mí. Mi profunda equivocación era cuando confundía el evolucionar con el caminar.
Ahora bien, todo esto yo lo entregaba a un ser superior y me consideraba producto de él. Cuando no lo conseguía, era este ser quien no quería. Cuando realizaba algo, era él quien me ayudaba. Pasé años conviviendo con esto e invariablemente me posicionaba como producto de deseos de terceros. Debía tener, siempre, un protector...
Cuando descubrí que yo soy el responsable por lo que cosecho, logré algunas victorias:
La primera – Dejé de resentirme por cosas ruines.
La segunda – Me hice mucho más guerrero y responsable.
Mi Maestro no es mi protector. Es mi profesor. Él me enseña principios, yo trazo el camino. Él me muestra que resentirme por sentimientos negativos es un signo de profunda debilidad humana.
Sentir añoranza... Esto es bueno. Tan bueno, pero tan bueno, que llega a ser bueno de lo bueno que es...
Cuídate. Sé que nos veremos.
Beso en el alma