Respetando los ciclos… siguiendo el ritmo del corazón
por Rubia A. Dantés em STUM WORLDAtualizado em 12/04/2006 13:44:11
Traducción de Teresa - [email protected]
He comprado 3 sobrecitos de semillas de flores para sembrar en el jardín de la casa de la montaña. Amapolas, peonías… y otra más de cuyo nombre no me acuerdo ahora… En un tiesto grande sembré unas cuantas semillas de cada flor, cada una en un tercio del tiesto…
Transcurridos algunos días, mientras conducía por la carretera sinuosa que sube en dirección a la montaña, iba pensando si las semillas ya habrían brotado…
No bien aparqué el coche, fui bien deprisa a mirar el tiesto donde había sembrado las flores…
Solamente una especie de flor estaba brotando en uno de los rincones del tiesto… El primer pensamiento fue que solamente aquella semilla había salido adelante… pero luego me acordé de que cada especie de planta tiene un ciclo natural… un tiempo determinado para que la planta germine hasta asomar en la superficie de la tierra…
En otra vez que he ido a mirar las semillas me he encantado con los delicados brotes de amapola que se curvaban todos en la misma dirección, en tallos muy finos…
Las primeras semillas ahora ya se mostraban bastante más crecidas, en gran contraste con las amapolas… Solamente una especie aún no se había manifestado…
Finalmente después de algunos días más, allí estaban las últimas plantitas apareciendo en la superficie del tiesto.
Me he alimentado de esperanza acompañando el ciclo de las plantas… que todavía están desarrollándose… cada una en su manera única, y veo qué encantador puede ser acompañar y respetar el tiempo de cada etapa.
Pensando en las pequeñas semillas, entiendo lo importantes que son los ciclos, y lo fundamental que es saber respetar estos ciclos para que consigamos traer, a su debido tiempo, nuestros proyectos… nuestras creaciones y especialmente a “Nosotros mismos” siempre en consorcio con el Gran Misterio…
Observar ese ciclo en las plantas nos hace entender que, si hacemos nuestra parte, plantando y cuidando las semillas… creando un ambiente perfecto para que la plantita crezca en salud y belleza… la naturaleza hará lo demás…
Me puse a considerar cómo, muchas veces, abandonamos proyectos porque no tenemos la sabiduría de entender y respetar estos ciclos… nos falta paciencia para esperar por la fase de germinación, donde las cosas aún no pueden ser vistas y donde no podemos saber si están de verdad sucediendo.
Aquí es donde podemos cambiar la falta de confianza y la impaciencia… por la fe y la esperanza.
Los proyectos y los sueños… son como pequeñas semillas que recibimos del Gran Misterio… y que, si las plantamos en la época más apropiada… necesitarán un tiempo de gestación, hasta que comiencen a brotar en nuestra realidad.
Mirando el tiempo de cada una de aquellas pequeñas semillas, puedo entender que cada proyecto… cada idea tiene su propio ritmo… su ciclo… y muchas veces no nos corresponde conocer ese tiempo ni medirlo con la razón.
Cuando no intentamos apresurar ni retardar ese ritmo, las cosas fluyen sin esfuerzo en perfecto orden divino…
Nosotros también tenemos nuestros ciclos… nuestros ritmos que casi nunca son respetados por los requerimientos de la vida moderna… Estos requerimientos, casi siempre, tienen en cuenta tantas cosas… y la mayoría de esas cosas nada tienen que ver con el requerimiento de nuestra Alma… que nos habla con la voz del corazón.
Acompañar esas demandas que hemos aprendido a seguir, nos ha conducido a donde estamos… Menos mal que muchas personas en todo el planeta, ya dan oídos a esa voz y saben que… hacer nuevamente esa conexión, que ha sido tan olvidada durante mucho tiempo, es urgente y vital para que nuestra gran Madre también sea respetada en sus ciclos y que los latidos del corazón de la Tierra suenen como un gran tambor que nos invita a entrar en sintonía con ese ritmo, para que al fin seamos un solo ritmo… un solo corazón.
