Respuestas espirituales
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 24/02/2012 17:11:32
por Flávio Bastos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Cuando estamos en buenas compañías espirituales durante el proceso psicoterapéutico de ámbito interdimensional, y el terapeuta, en el transcurso de la sesión regresiva tiene conciencia de que no está solo, y de que su función es únicamente la de facilitar la conexión interdimensional establecida entre la persona y las informaciones a que se le permite acceder, el trabajo fluye naturalmente.
En la sesión regresiva del método terapéutico que desarrollo, la espiritualidad superior, representada por espíritus guías y mentores, es quien permite el acceso al objetivo primordial de la tarea, que es el de buscar las respuestas que la persona necesita en el actual momento de su vida. Digamos que es del noventa por cien la participación espiritual en la sesión que busca informaciones respecto de la queja principal del paciente. Siendo que lo restante, o sea, el diez por cien, le incumbe al terapeuta interdimensional trabajarlo con su técnica durante las fases de la experiencia.
En tal sentido, la experiencia no siempre es regresiva de memoria. Hay casos, y no son pocos, cuya experiencia espiritual se verifica, generalmente, con la presencia del espíritu mentor de la persona. Es el caso que abordaremos a continuación, ocurrido recientemente en un atendimiento de P.I. en la ciudad de Río de Janeiro.
Marta hace unos seis años sufrió un accidente vascular cerebral que le dejó secuelas que la limitan en la locomoción, necesitando la compañía de otra persona. Esto restringe su libertad de ir y venir y la hace dependiente de terceros.
Sin embargo, con seguimiento fisioterapéutico, médico y mucha fuerza de voluntad, Marta ha venido superando sus limitaciones y el orgullo herido por el AVC. Con este objetivo buscó auxilio en la Psicoterapia Interdimensional, o sea, que el atendimiento pudiese despertar en ella un sentido para su vida que no fuese solamente el de luchar para vencer sus dificultades de ámbito neurológico.
Casada, jubilada y con una pareja de hijos encaminados hacia la vida independiente, Marta disfruta de buena situación económica, lo cual le permite soñar con el trabajo voluntario junto a niños de comunidades carentes.
Tras una sesión de psicoterapia, que hizo emerger a la luz de la conciencia sus latentes insatisfacciones, respecto de sí misma y de la vida “sin mucho sentido” que llevaba, según sus propias palabras, encaminamos la segunda sesión hacia la regresión de memoria o el contacto espiritual, si fuese el caso.
Ya desde el principio la experiencia de Marta se caracteriza como de contacto espiritual. Proyectada de su cuerpo físico, ella se percibe conducida ante un portón que da acceso a un caserón rodeado de jardines floridos. Seguidamente, visualiza una persona que, al dirigirse a donde ella se encontraba, informa: “Estaba esperando por ti”, y la invita a entrar. En la entrada, percibe que es una casa de acogida para niños. Tiene espacios para dormitorios y biblioteca bastante amplios. Muchos niños, alegres, corren por el patio. Otros, organizados, siguen orientaciones de los adultos.
Al llegar a una amplia sala de estar, la anfitriona invita a Marta a sentarse, y dice: “Marta, estoy aquí para ayudarte, ponte cómoda”. En este momento, Marta se agita y muestra ansiedad en relación a lo que su amiga espiritual, a la que identifica como su mentora, tiene para decirle. A continuación, la consejera sugiere que ella se tranquilice y reciba en paz de espíritu lo que ella tiene para transmitirle. Transcurre un minuto en silencio, hasta que la mentora, al percibir a su protegida más tranquila, le transmite mentalmente lo que Marta verbaliza: “Ella dice que yo debo trabajar con niños, pero que no debo cobrar por el servicio prestado”. Y sigue su relato: “Ella dice también que no tenga miedo porque seré ayudada. Y que debo persistir y confiar en aquello que creo”.
Transmitido el recado de su mentora espiritual, Marta registra que el encuentro ha terminado y, al despedirse de su amiga, vuelve al lugar donde inició su contacto espiritual: el portón de la casa. Seguidamente dice que nada más ve, y percibe que regresa a su cuerpo físico. La sesión se encamina hacia su final.
COMENTARIO
Marta había venido a buscar respuestas para sus dudas y lo consiguió, a través de contacto espiritual con su mentora. Su principal duda era si abría un curso – en su campo de formación profesional – de pago o gratuito para niños. Ya se había informado en relación a la estructura y funcionamiento de las dos opciones, pero la indecisión persistía, haciendo aumentar su nivel de angustia.
La experiencia espiritual de Marta fue clara y objetiva, es decir, fue al meollo de la cuestión que le preocupaba por las inmensas dificultades que tenía para tomar una decisión definitiva. Terminada la experiencia, el semblante de Marta era otro, porque pasó a estar segura de que su trabajo con niños debía ser voluntario en la ONG gubernamental donde se había informado acerca de la posibilidad de desarrollar un proyecto ligado a la infancia.
Aliviada de la angustia que la atormentaba desde hacía cierto tiempo, Marta vuelve a casa con la convicción de que si persiste en su meta será ayudada por los amigos de la espiritualidad superior.
Cuando menos lo esperamos, las respuestas espirituales para nuestros cuestionamientos interiores pueden llegar de varias maneras, incluso dentro de un proceso terapéutico interdimensional. Y Marta obtuvo la respuesta que necesitaba para dar más sentido a su vida.
OBSERVACIÓN: la verdadera identidad de la persona ha sido preservada.
