Sabes hacer jueguitos de amor?
por Rosana Braga em STUM WORLDAtualizado em 13/11/2011 09:21:04
Traducción de Silvana Partucci - [email protected]
¿Ya conociste gente que gusta, pero finge que no gusta? ¿Y que no gusta pero finge que gusta? ¿Que quiere, pero no demuestra? ¿Que está enamorada, pero finge que no está interesada? ¿Ya oíste decir que es mejor no demostrar lo que sientes? Si es así, tal vez tú mismo ya hayas hecho jueguitos en el amor, creyendo que ésta es la mejor estrategia para conseguir lo que deseas…
Comprensible, especialmente si recordamos que existen muchas películas, libros y pseudo consejeros insistiendo en la idea de que el amor es un tipo de juego donde debe existir un vencedor, uno más fuerte, uno más inteligente… Supongo que si esto fuese verdad, entonces, estarías intentando conquistar a un derrotado, más débil y menos inteligente que tú…
Tristes teorías. Sirven apenas para enloquecer a las personas, confundirlas, volverlas incoherentes, afligidas, ansiosas, perdidas y, sobre todo, infelices. Amor no es juego ni abre espacio a uno más fuerte y otro más débil. Uno más vivo y otro más tonto.
Amor es privilegio, es oportunidad, es invitación a la madurez, aprendizaje, para las caídas de fichas más increíbles e imperdibles que podemos vivir. Amor es entrada hacia una dimensión donde solamente la verdad y la transparencia tienen su oportunidad.
Por eso, en vez de intentar aprender jueguitos y estrategias enloquecedoras que apuntan minar la seguridad y la autoestima del otro, invierte en el descubrimiento de tu propio equilibrio. O sea, ni demostrar exageradamente al punto de asustar al otro, ni demostrar de menos al punto de dejar al otro en la duda de lo que quieres realmente.
¿Te gusta? Di que gustas, y no que amas ni que no gustas. ¿Quieres, pero no sabes exactamente qué aún? Di exactamente eso, que aún no sabes lo que quieres exactamente. ¿Estás enamorado y queriendo apostar en una relación? Di eso y da el derecho de que la otra persona también demuestre lo que quiere. No exijas amor del otro. Amor no se mide, ¡pero sería muy bueno si aprendiésemos a recibirlo con las pompas que él merece!
No tengo la menor duda de que la coherencia y la autenticidad son las herramientas más eficientes en una relación. Evita surtos, desencuentros, tristezas y aflicciones. Fortalece corazones y favorece la evolución humana.
No garantiza reciprocidad, es verdad. Pero permite que te sientas íntegro, honesto contigo mismo y con el otro y, por sobre todo, te vuelvas una persona rara, inolvidable y digna de ser amada en el momento correcto, ¡en el lugar correcto y por la persona correcta!