Salvando el amor
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 22/04/2009 15:50:00
por Maria Silvia Orlovas - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Estamos siempre tan deseosos de recibir amor, de llegar a buen puerto en nuestras relaciones que casi siempre dejamos de observar nuestra conducta. Parece que cuando más enfocamos nuestra atención en un punto importante en nuestras vidas, perdemos la facultad de abstraernos, de observar otros lados de la cuestión. Miramos tanto para una cuestión, que no nos relajamos, no dejamos que las cosas fluyan, tenemos prisa…
Pero ¿qué prisa? ¿Prisa por resolver? ¿Por estar seguros de ser felices para siempre? ¿De que nada ha de interferirse en nuestro camino?
Amigo lector, eso no existe. Esa ansiedad por respuestas, por seguridad absoluta no forma parte de la vida humana. En este mundo dual en que vivimos, la noche sucede al día, lo claro deja lugar a lo oscuro, la juventud corre al encuentro de la vejez y así es como tiene que ser. Entonces, ¿por qué buscar de forma tan descontrolada la felicidad en las relaciones como si la convivencia con un ser amado fuese el fin y no un camino que se ha de recorrer a dos?
Recibo a mucha gente buscando comprensión y ayuda en la terapia, pero percibo que gran parte de esas personas desea el resultado final y no la oportunidad de ir profundizando cada día más en sí mismo de forma más feliz. Quieren el amor que el mundo puede conferir a través del compañero elegido, pero se olvidan de darse a sí mismos amor, paciencia, comprensión.
Danielle, una muchacha inteligente y de buen humor, llevó a cabo algunas sesiones conmigo, trabajó sus problemas con la madre, comprendió mejor el por qué de su separación después de dos tumultuados años de matrimonio y 5 de noviazgo. En fin, se hizo más amorosa para consigo misma, comprendiendo que lo importante de la vida es vivir lo que se ponga por delante y no quedarnos imaginando cómo sería. Está claro que, después del final de su matrimonio ella maduró mucho, pero todavía se sentía culpable por no haber visto antes de casarse quién era su marido.
Cuando hicimos la Sesión de Vidas Pasadas ella comprendió que había por su parte una gran ilusión por afirmarse en esta relación, pues en Vidas Pasadas ellos casi se habían casado y, quien sabe, sido felices. Ella se puso a imaginar que él sería el gran amor y, por eso, cuando se reencontraron en esta vida, ella hizo de todo para que estuviesen juntos. Pasó por alto las fugas del novio, pasó por alto el hecho de que él no se afirmaba profesionalmente, pasó por alto también las agresiones infantiles del compañero cuando ella discrepaba de sus actitudes, pero, durante el matrimonio, la convivencia se hizo insoportable, ya no fue capaz de comprender las necesidades de su inmaduro marido, que solo quería aprovechar la vida sin asumir los compromisos de una persona casada.
En nuestro primer encuentro, ella todavía lloraba como una doncella abandonada, buscando en sí misma los motivos del final de su matrimonio. Había adoptado una actitud en el mundo objetivo separándose, pero aún se sentía culpable por no ser feliz.
Amigo lector, aceptar la derrota en algunas situaciones es fundamental para encontrar la paz de espíritu y el amor personal. No todo depende de nosotros. En una relación entre dos la felicidad depende de los dos, de la buena voluntad de la pareja. Una persona no hace sola que la relación salga adelante.
Claro que es preciso comprender al otro, respetar el momento del otro, darle apoyo cuando sea necesario, no obstante, no podemos durante todo el tiempo pasar por encima de aquello que creemos. Nuestra personalidad debe amoldarse al encuentro amoroso, pero no debe desaparecer.
Tú debes recordar que sin amarnos profundamente, sin respetarnos, nunca seremos respetados y amados por aquellos que están en nuestro camino.
Comprueba las enseñanzas y meditaciones curativas que María Silvia enseña, participando de uno de sus grupos.
Ven a participar de su Grupo de Meditación Dinámica todos los miércoles en su espacio en São Paulo. Ven a escuchar personalmente las canalizaciones.