¡Santo de casa sí hace milagros!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 15/09/2016 12:10:36
Autor Wilson Francisco - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Mi madre aún estaba viva, nosotros vivíamos en una pequeña villa de casas humildes y a ella le gustaba mucho aquel lugar. Tuvo problemas espirituales y nosotros anduvimos mucho en busca de ayuda, no la encontramos. Entonces, los bienhechores espirituales pasaron a comunicarse a través de mí para atender a mi madre. Nuestros vecinos se enteraron de mis actividades espirituales y una de ellas se decidió a hablar conmigo.
Aprovechó una ocasión en que yo colgaba la ropa lavada en el tendedero de la villa, se acercó y preguntó: “¿Por qué mi vida está tan llena de obstáculos?”
En aquel momento noté que no era yo quien le contestaba. “Mi boca” le dijo que de joven ella había pedido ayuda a una mujer que trabajaba con Espíritus y no le había pagado por el servicio prestado.
Entonces, esa mujer ensució su camino, haciendo cosas para complicarle la vida ¡y tales estorbos aún se reflejaban hasta aquel momento de su vida!
Ella se mostró asombrada y preguntó cómo yo sabía cosas que ella hizo en la juventud. Me mantuve en silencio. Ella dio por terminada la conversación y se retiró.
Al cabo de algún tiempo ella acudió a mí de nuevo, esta vez para agradecer. Le pregunté el por qué de aquella gratitud y me dijo que desde el día en que habló conmigo pareció que habían quitado las piedras del camino en su vida.
Me sentí sorprendido y feliz cuando dijo que los problemas que tuvo habían desaparecido y que se sentía más leve.
Interesante este episodio vivido por Domini.
Primero, porque contraría el dicho popular: santo de casa no hace milagros. Acostumbro a decir que ese tópico y el otro: “en casa de herrero, cuchillo de palo”, deben ser desterrados de nuestro vocabulario. Son “mantras del Mal”, elaborados por inteligentes Espíritus con el objetivo de debilitar las actitudes del Bien, entre familiares.
Domini muestra esa posibilidad como médium, actuando en apoyo de su madre. Más tarde, ella falleció y él quedó intrigado, hasta el punto de haber dejado de ejercer su mediumnidad. En terapia, trabajé con él la comprensión de que, en lo que fue permitido por Dios y conforme a sus posibilidades espirituales, él tuvo una actuación excelente. Y estimulo mucho a las personas para que ejerzan, con voluntad, inteligencia y amor, sus cualidades espirituales y mediúmnicas, en casa y en cualquier lugar.
En 1978 estuve en Minas Gerais, región de Pasos, iniciando un trabajo de apoyo a los enfermos de Hansen. En aquella época, el prejuicio para con esos enfermos era intenso. No habiendo ningún Centro Espírita que nos acogiese, realizábamos Sesiones de Pases y Adoctrinamiento de Espíritus fuera de la ciudad, al borde de las carreteras.
Desde pequeño conviví con reuniones espirituales domésticas y hasta hoy realizo sesiones en mi casa, sin dejar de actuar en Centros Espíritas.
Entiendo que el Templo más adecuado para ejercer la espiritualidad y la mediumnidad es nuestra casa, basándome también en lo que dice Jesús: “En ti, Pedro, edifico mi Iglesia”. Sólo veo impedimento cuando hay familiares con otras creencias. O cuando el médium es inseguro. Actualmente, he sido obsequiado con experiencias extraordinarias.
Mi hija Marcela y Marcos, mi yerno, participan en la reunión que hago en mi casa, con mi mujer, amigos y parientes. Ambos actúan como médiums, llevando a cabo los temas que les paso como deberes de casa, y Marcela agrega la función de coordinadora. Ícaro, 25 años, mi nieto, tuvo una experiencia interesante.
Según cuenta: “Yo estaba en la calle, no había vendido nada, me desanimé, paré en una esquina. Me vino a la mente el comando que aprendí en la reunión. Decidí, voy a decir lo que mi abuelo Wilson enseñó”. Respiró varias veces, cerró los ojos y dijo: ¡YO SOY UN SER DIVINO!
Estuvo observando y en la calle en frente surgió una Luz, atravesó y fue hacia ella, miró a un lado, un edificio comercial, la Luz volvió a aparecer, entró en el edificio y tuvo pleno éxito, vendiendo sus productos.
Terminó el día realizado, feliz.
Y él completa, en un informe que escribió para el grupo: “La voluntad es el gatillo que activa los cambios. Y necesita ser alimentada, toda vez que eso no sucede del día para la noche. Mantener la voluntad es muy importante”.
Y añade además, “sobre las experiencias energéticas que vengo sintiendo y percibiendo en las sesiones, el comando “Yo Soy un Ser Divino” y el proceso Ho'oponopono, sí funcionan. Tú respiras, eliges lo que quieres y lo repites varias veces, como un mantra o plegaria. ¡Es real, se concretiza!, dice él entusiasmado con lo que aprendió.
Mi amiga y cliente Marcia, de Río de Janeiro, dijo: “Bernardo anda un tanto inquieto, nervioso. Tiene cinco años”. Le sugerí hacer lo siguiente: extiende la palma de tu mano derecha sobre la nuca de él y con firmeza mueve la mano hasta la frente. Ese proceso relaja, porque transfieres energía del cerebro reptiliano al córtex cerebral. Dice la madre por e-mail: “Ayer por la noche Bernardo estaba muy agitado e intranquilo, le hice según tu orientación el masaje en la nuca llevándolo hacia la frente. Y ¿sabes qué fue lo que me dijo, mientras yo le hacía el masaje en la nuca?
- “Mamá yo estaba NECESITANDO ese masaje”.
Por tanto, esas experiencias muestran de forma concreta que ¡Santo de casa sí hace milagros! ¿Lo dudas? Haz la prueba, yo te apoyo.
