¡Santo remedio para amor flaco!
por Rosana Braga em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:35:15
Traducción de Teresa
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¿Sabes cuando tu relación está tibia? ¿No está horrible, pero falta voluntad, ánimo, deseo? Pues sí, el amor también se pone flaco. Y eso ocurre porque en la correría del día a día uno se olvida de alimentar, de nutrir, de cuidar.
Y así, el amor se queda mustio, dejado. Uno no acaricia, no mira con atención. No escucha con interés. No reconoce. Simplemente deja correr. Hasta que llega el día en que él amanece sin gracia, sin brillo, sin levedad. Amanece tronchado.
¿Quieres la receta de un santo remedio para fortalecer tu amor y dejarlo renovado, listo para algunos meses más de alegría, satisfacción e intimidad? Es sencillo, pero tiene el poder de modificar el ángulo de tu mirada.
Más o menos como si, queriendo asistir a una bella puesta de sol, insistieses en mirar hacia el Leste ¿sabes? No conseguirías tu objetivo, ya que estarías mirando hacia el lado equivocado. Hacia donde el sol nace y no hacia donde se pone.
¿Qué tal mirar hacia el lado correcto, hacia donde está la fuerza de tu amor? Si pudieseis tomar el remedio juntos, mucho mejor. Los resultados ciertamente serán más intensos y rápidos. Pero si por cualquier motivo no es posible, hazlo igualmente, tú solo.
La idea es la siguiente: durante 10 días seguidos, al final de cada día, vas a poner en una hoja de papel, por escrito e incluso con detalles (si quieres), 3 cualidades o 3 actitudes admirables de tu pareja. No hace falta que sea nada glamuroso o de grandes proporciones. Pequeñas actitudes, lo mismo vale una buena intención o cualquier cosa que despierte tu sonrisa.
Al final de ese período habrás acumulado al menos 30 motivos por los cuales amas a esa persona. 30 razones por las cuales todavía la admiras, respetas y confías en ella. ¡30 justificativas para amarla aún más y desear retribuirle todo lo mejor! Ahora, sólo tienes que ponerlo en un sobre bien bonito y ofrecérselo como regalo. ¡Si es posible, que sea durante una cena especial, brindando por todo lo bueno que habéis vivido juntos!
Recuerda: las más de las veces, no es el paisaje lo que ha de ser nuevo, sino nuestro modo de contemplarlo. Es nuestro foco lo que determina lo que sentimos y lo que vivimos. Haz la prueba y verifica el resultado. ¡Te aseguro que si tomas ese santo remedio con disciplina y comprometimiento, algo precioso va a surgir ante tus ojos y dentro de tu corazón!