Ser alguien para tener a alguien
por Maria Isabel Carapinha em STUM WORLDAtualizado em 27/04/2010 16:10:20
Traducción de Teresa - [email protected]
Muchas veces sentimos una soledad inmensa, un deseo enorme de tener a alguien a nuestro lado, alguien que comparta cada momento de nuestro día, alguien que nos acompañe en las alegrías, los triunfos, los desalientos y fracasos. ¡En ese alguien ponemos toda nuestra expectativa! ¡Cuando yo encuentre realmente a esa persona todo será diferente!
Lo que olvidamos a lo largo de esta búsqueda es que tenemos que ser alguien por completo, alguien curado, que ha aprendido con la vida, que proceda de forma madura, para entonces tener a alguien de hecho y nunca transferirle nuestros problemas internos.
El amor exige un inmenso trabajo con nosotros mismos y, por increíble que parezca, también una lucha contra nuestro yo personal.
La plenitud de un amor saludable es la fusión de dos vidas en una única dirección, en cohesión de deseos, sentimientos y destino.
Una de las cosas más importantes cuando amamos a alguien es desarrollar la comprensión. Esta comprensión se adquiere mediante la observación constante con el corazón abierto; en ese momento no hay espacio para críticas.
Las relaciones afectivas empiezan dentro de nuestra mente, entonces, ¿qué decir de alguien que posee creencias erróneas arraigadas… del tipo de: “ningún hombre vale nada”? Por sintonía energética, encontrará hombres que se armonizan con lo proyectado. Si la persona que está predispuesta para amar nuevamente no se cura de algo muy doloroso que ha vivido, volverá a vivir una energía semejante, por eso es que ¡el amor empieza dentro de ti! La expresión de totalidad es uno de los fundamentos del amor. Amar no es anularse para hacer al otro feliz.
Un día oí, en un caso relatado en mi consulta, que la persona decía: “siempre he hecho lo que él quiso, cortaba el cabello tal como él quería, llevaba las ropas que le agradaban, hacía los cursos que serían importantes para acompañarlo en el diálogo… Y aun así… Todo ha terminado…”
Le dije: entonces ¿sabes qué ha pasado? ¡Nunca has estado de pie al lado de esa persona, te has arrodillado a sus pies y de hecho él nunca te ha mirado, porque nunca has mostrado ser tú misma!
Algunas personas viven un amor del tipo de: ¿será que estoy agradando? ¿Debo decir esto ahora? ¿Será que el otro está de buenas con la vida hoy? Amar es sentirse pleno y auténtico; y pleno a cada momento es poder expresarse siempre en nuestra totalidad, sin recelos.
El espacio de convivencia entre dos personas ha de ser tal que los dos puedan buscar alternativas juntos, a medida que vaya surgiendo dificultades, aprendiendo a vivirlo todo con mucho amor.
En virtud de experiencias vividas a lo largo de nuestras vidas, que nos han traído vivencias de rechazo, adquirimos una forma de pensar que siempre hace que el otro sea señor de la situación, o sea, el otro puede hacernos felices o hacernos sufrir. Un destaque importante que hacer es el siguiente: el otro es lo que es, por su historia de vida… y no porque está contigo.
Una creencia errónea es que el otro será nuestro apoyo siempre, nos hará felices en cada momento y resolverá nuestros problemas, ya sean espirituales, económicos, emocionales o de salud.
El amar resulta bien para el que no depende del amor del otro. Si ambos pasan por un momento de dificultad, ¿qué tal contar con otra persona en ese momento? Como una amiga… ¡Ella te escuchará! Cuando se nos escucha, nos sentimos importantes y nuestra autoestima y poder personal se reestructuran y las soluciones aparecen. Entonces, este otro puede ser alguien a quien elijas en aquel momento, y no alguien que se encuentre en situación similar. Solamente personas enteras y conscientes pueden crear una relación entera.
Los celos son un sentimiento que demuestra inferioridad, nos sentimos menos que el otro… por tanto, queremos disminuirlo y manipularlo a fin de hacerlo igual a nosotros, pero… ¿Por qué en ese momento no aprovechar la oportunidad para crecer y hacerse igual al otro?
La confianza es el sostén de cualquier relación de amor y ha de ser recíproca. Nuestros secretos más íntimos, nuestros temores, nuestras dudas, nuestras inseguridades y flaquezas, nuestros deseos y fantasías, siempre están guardados en lo más íntimo de nuestro ser y confiar en alguien significa permitir que este alguien nos descubra por entero.
¿Será que tú estás preparado y curado, listo para vivir un gran amor?
Hace algunos años atendí en mi consultorio a una persona de unos 50 años, muy bonita y bien conservada para su edad, realmente una mujer que llamaba la atención, como suelen decir los hombres.
Ella empezó entonces a relatar que había acudido a mí pues nunca resultaban bien sus relaciones, todas las que había tenido últimamente no habían durado más de 4 meses, y esto la asustaba, ¿estaría en ella el problema? ¿O sería que ya nadie deseaba un compromiso serio y duradero?
Otro punto que me exponía era el hecho de ser ella muy exitosa y desear encontrar a alguien igual; mencionaba además su crecimiento espiritual, se decía conocedora de muchas técnicas, que cuidaba mucho de sí misma y quería alguien semejante.
Analicé cada palabra pronunciada y le dije entonces: ¡probablemente tú no quieres a nadie a tu lado! Ella puso cara de asombro y dijo: ¡eso es lo que más quiero!
Le sugerí iniciar el atendimiento por la mesa radiónica, a fin de analizar dónde se encontraba el bloqueo que le hacía poner mil trabas para que las relaciones no fuesen más allá de 4 meses.
Primero, verifiqué la frecuencia general, a fin de analizar el momento actual; concluí que la situación era de equilibrio, realmente ella era una persona centrada. Partí, entonces, para un análisis más detallado y encontré un bloqueo energético generado hacía 9 años que había desestructurado su energía en aquella época.
Comenzó a llorar y reveló que justamente en ese año había sido traicionada por su marido y su mejor amiga.
La amiga era americana y estaba trabajando en la misma empresa que ella durante algún tiempo.
Le parecía que la amiga se encontraba muy sola por no conocer a nadie en Brasil, y la invitaba a todo. La amiga frecuentaba siempre su casa y la situación propició lo ocurrido… El marido y la amiga se juntaron y ella lo descubrió después de algunos meses, por una llamada telefónica de una ex empleada de su marido.
Aquello la había afectado de tal forma, que le hizo creer que perdería la salud. Entró en profunda depresión; en fin, se produjo una completa desestructuración en su vida. ¡Por aquel entonces pensó y juró a sí misma nunca más confiar en nadie! ¡Una traición por partida doble!Hice las correcciones necesarias en la mesa radiónica y le dije: hemos deshecho los bloqueos energéticos; tú los has traído a la consciencia verbalizando todo lo ocurrido y tal situación no volverá a repetirse.
Cuando empieces una nueva relación, ya no tendrás la sensación de que algo similar puede suceder nuevamente. Ella me miró de modo algo desconfiado y le dije: solo viviendo una situación similar vas a darte cuenta de lo que te estoy diciendo.
Transcurridos unos dos años me telefoneó tratando de fijar nueva cita.
Cuando llegó a la consulta dijo: solo he venido aquí para agradecerte personalmente y contarte que estoy viviendo una nueva relación con una persona maravillosa que he conocido; y que, en todo este período, he podido estar segura de que aquel sentimiento vivido en el pasado no ha vuelto y que deseo estar plena y entera en esta relación.
¡Todo esto se ha hecho por la mesa radiónica que es una junción de radiestesia, radiónica y psicotrónica!
