Sincronismo y sus posibilidades cuánticas
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 15/09/2009 12:16:59
Traducción de Teresa - [email protected]
Varios relojes de péndulo, con movimientos de péndulo desencontrados, es decir, con frecuencias diferentes, cuando colocados próximos, en contacto con una base común, producen un intercambio de energías entre los péndulos, y después de poco tiempo, veremos que todos los relojes están sincronizados, con la misma frecuencia.
La sincronización es el proceso en que dos o más sistemas interactúan entre sí y comienzan a moverse juntos.
El relato científico más antiguo sobre sincronización data de 1657, cuando Christian Huygens estudió el movimiento de dos péndulos oscilando en la misma base de madera. Observó que tras un período de aproximadamente media hora los péndulos pasaban a oscilar en fase, es decir, con la misma frecuencia, como si fuesen copias el uno del otro.
La sincronización está presente en otros varios campos de la ciencia. Algunos ejemplos de sincronización: las células del corazón laten juntas, el público frecuentemente aplaude en sincronía, las luciérnagas del sudeste asiático parpadean en fase, por miles, como si estuviesen ligadas por un cable invisible, y las cigarras salen del estado de ninfas y vienen a la superficie juntas.
Nuestro cuerpo es un conjunto de sistemas que funcionan en sincronía. Lo que regula ese sistema es el reloj biológico. Cuando se hace un viaje de avión a otro continente, de franja horaria muy diferente, nuestro cuerpo tarda cierto tiempo en entrar en sincronía; sentimos, entonces, alteraciones fisiológicas diversas. Esto se producirá en todo ser vivo influenciado por la luz solar. Ese período de 24h en que tenemos el día y la noche se llama ciclo circadiano o ritmo circadiano.
El método matemático más usado actualmente para describir la sincronización de sistemas es el modelo de Kuramoto, que trata, tanto de sistemas biológicos como químicos y físicos, al igual que infinitos sistemas de mismo período oscilando inicialmente de forma aleatoria.
Sabiendo que nuestros estados mentales son ondas eléctricas con determinadas frecuencias acusadas en examen de electroencefalograma, por ejemplo, un determinado sonido podría inducir, por el mismo principio anteriormente enunciado, a un estado de conciencia que nos fuese provechoso y que nos proporcionase crecimiento como ser humano.
Pregunta: - ¿Será que ese entrelazamiento de ondas emitidas por sonidos específicos por nuestro cerebro es posible?
Todo nuevo conocimiento pasa por el cribo de la prueba científica, que tiene por objeto clarificar, evidenciar, explicar los acontecimientos en análisis.
El interés aquí se circunscribe a la cuestión relativa al entrelazamiento de ondas, en el cual todavía no existen recursos suficientes para probar la tesis de que es posible alterar estados de conciencia mediante el sonido, por ejemplo.
Empíricamente, incluso observando que eso es concreto, esa percepción todavía destituida de la prueba científica causa cierto malestar.
Es interesante observar que los resultados no pueden ser medidos y tabulados en esa área y en otras muchas como hechos relativos a la Parapsicología, por ejemplo, restándonos tan solo (lo que a mi modo de ver no es poco) la observación empírica. Pero por considerar que las ciencias están próximas a dar un salto que las impulse más allá de las exigencias cartesianas, pienso que es muy válido sondear nuevas posibilidades en el campo del conocimiento.
Mirad, los estímulos externos son captados a través de los sentidos (vista, olfato, gusto…) y son conducidos a través de las corrientes aferentes hasta el cerebro, que los acoge, interpreta, responde y almacena.
Las conexiones aferentes son múltiples y cada sentido tiene una diversidad extremadamente rica. Si tomamos, por ejemplo, como referencia la vista, hay que distinguir la visión monocular, la binocular, la tridimensional, la convergente, la divergente, la plana, noción de distancia, de dimensión y altura, visión monocromática y policroma. Factores biológicos estos que interactúan simultáneamente y que, frente a un estímulo luminoso que estimula el iris, atraviesa la córnea y sensibiliza la fóvea (punto central de visión), conducen el estímulo luminoso a través de nervios y radiaciones ópticas hasta la región calcarina, donde son interpretadas, y por sincronismo fisiológico permiten la sensación armónica de la visión. De igual forma por mecanismos semejantes, aunque distintos, los sonidos son sincrónicamente acogidos, conducidos e interpretados y, por interacción del sistema límbico, permiten la armonía del oído. Obsérvese que la lógica aquí explicada por esta serie de mecanismos y que acaba por generar una sincronía armónica, no deja de ser una especie de magia, con la diferencia de que tiene una lógica científica aceptada.
Ahora, imaginad, ampliando estos conceptos a posibilidades no tan palpables, pero no impensables, que pueda existir un entrelazamiento mucho mayor que las ondas emitidas por sonidos. Lo que quiero decir es que hay experimentos en el área de la meditación que tienen por objeto inducir un clima emocional de paz a lugares conocidos como violentos, por ejemplo. Pienso que esa emisión va a través de ondas no sonoras, pero sí mentales, y tiene por objeto cambiar el clima emocional de determinadas personas en determinado local. Según la teoría del sincronismo, podemos pensar que si un sistema empieza a vibrar de modo diferente, podría existir una ampliación de este tipo de patrón de sincronía, modificando el contexto emocional de una determinada población, por ejemplo.
Pensando de este modo, vemos que existe un patrón de sincronismo inherente al que todos estamos sometidos y otro que puede ser inducido. Esto me lleva a pensar en muchas cosas que he venido leyendo sobre manipulación de la mente, pero también me hace creer en la posibilidad de su utilización de modo consciente y benéfico, para que podamos promover estados ampliados de alegría, creatividad, de placer por existir. Esto sin contar con la ampliación de los estados alterados de conciencia inducidos por frecuencias sonoras, mentales y otras…