Sobre el Amor o Su Falta
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 27/06/2009 12:25:26
por Daniele Alvim - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
No tengo aquí la pretensión de innovar en este tema, pues grandes filósofos, poetas, músicos, escritores, maestros espirituales ya lo han hecho, o han explicado, con su ejemplo, lo que es el Amor; incluso porque ese sentimiento no se resume en una sola palabra o concepto, sino en muchas palabras y conceptos que de hecho pueden llegar a definir eso que es lo que de más noble podemos sentir. Y también porque cada ser experimenta el amor de forma diferente, según su nivel de consciencia y de apertura para ser un canal a través del cual ese Amor pueda expresarse.
Algunos dicen que los animales no aman, que son seres aún inferiores y que por eso no pueden llegar a amar. Exceptuando la capacidad de pensar y de percibirse como un ser separado del todo, que es en lo que el animal se diferencia de los seres humanos, aquéllos poseen todos los sentimientos que tenemos, incluyendo el amor. No digo los más salvajes, pero sí los domésticos que son los que ya están a la cola para dar un salto evolutivo y convertirse en seres humanos; el perro, el gato, el delfín, el elefante, el caballo, entre otros, ya aman como nosotros.
Insisto en tocar ese tema, pues si queremos comprender qué es el amor puro, sin la interferencia de la mente, sino como expresión del amor puramente desinteresado, debemos observar a esos seres. Porque es precisamente la mente lo que estorba, lo racional, que a su vez nos lleva a enjuiciar todo el tiempo y a elegir a quién debemos amar, cómo amar y cuándo amar; pero ¿será que esto es verdaderamente amor? ¿Será que existe el amor egoísta, el amor orgulloso, el amor selectivo? ¿Será que esa combinación de amor es algo que nos suena natural? ¿No nos parece extraño?
Bueno, no hace falta decir que si no es desinteresado, el amor no es amor. Porque éste es el sentimiento que nos hace desear lo mejor para el otro sin esperar nada a cambio, tal como anhelamos nuestro propio bien. Es un sentimiento que nos hace ponernos en la piel del otro, sentir por el otro, pensar por el otro, ser el otro, llorar por el otro, o regocijarnos por él. Es algo que nos hace sentir grandes, pero destituidos de orgullo; es algo que toca la Presencia Divina dentro de nosotros, por eso el amor es tan indefinible, tan indescriptible, pues ¿cómo definir al propio Dios? Dios es Amor y de esto no tenemos duda. Nuestro vocabulario se vuelve inexpresivo ante tanta nobleza.
Amando al otro con el corazón abierto estamos de hecho amándonos a nosotros mismos, pues no hay separación alguna entre el otro y nosotros. Lo que hacemos a los demás queda marcado en nosotros, tanto lo positivo como lo negativo. Y lo que nos hace ser completamente Unos con el otro es nuestra Chispa Divina, esa identidad que está presente no solo en nosotros sino en cada ser y criatura viviente en este planeta. Lo que hacemos a cada ser y a nuestro planeta, lo estamos haciendo a nosotros mismos.
Nuestro universo es Amor. Esa es la energía, la sustancia que hace cohesionado nuestro Universo; sin amor nuestro universo sucumbiría. Y esto es todavía un gran misterio. Por la falta de ese noble sentimiento muchas civilizaciones (y planetas) han perecido, como la Atlántida, por ejemplo. La Atlántida desapareció debido al mal uso del poder, pese a toda la tecnología que habían desarrollado, incluso bastante más avanzada que la de nuestra civilización actual. Se convirtieron en magos negros, manipulando la energía para satisfacer a su propio ego. Ese es la otra parte, sobre la cual debemos estar siempre vigilantes a fin de no caer en las armadillas de la falta de amor que, en última instancia, nos hace sucumbir.
Si amor es sacrificio, entonces el sacrificio es el del propio ego; si quieres experimentar el amor en toda su plenitud tendrás que sublimar el ego, pues como éste es un ente separatista por naturaleza, y el amor es unionista por naturaleza, ambos se excluyen. Pero todos tenemos nuestros límites, y cada cual deberá sentir hasta donde puede ir; todo a su tiempo, pues nadie puede pretender amar como Jesús o Buda si el corazón aún está en el proceso de despertar. Un paso cada vez, pero manteniendo la intención.
Es inevitable que el amor nos haga sufrir, no todo el tiempo, claro, pero de cierta forma, porque cuando amamos escalamos cierto nivel de consciencia que nos hace percibir boquiabiertos la falta de amor que aún aqueja a la gran mayoría de los seres humanos.
Sobre el odio y todo cuanto ese sentimiento acarrea, lo que podemos decir es que es simplemente la falta de amor. Eso basta para comprender qué es estar en la energía del amor o no estar.
¿Qué tal esta semana empezar a poner amor en todo cuanto hacemos y a percibir el retorno de esa energía? Podemos empezar por las pequeñas cosas e ir poco a poco ensanchando ese amor. Percibid lo que va a ocurrir, percibid cómo la intención amorosa puede transformar todo cuanto hay alrededor.
El Retorno del Cristo, creo yo, será la disposición de cada cual para pensar, sentir y proceder con amor; una sola pequeña intención podrá mover montañas, hasta que la paz quede restaurada en nuestro planeta; hasta que Dios pueda entrar definitivamente en nuestras vidas y pase a actuar como un constante milagro.
Amor y Paz