Sobre el Narcisismo Perverso
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:35:19
Traducción de Teresa - [email protected]
Relato redimensionado autorizado por paciente
Escenas y más escenas que me causaron un mismo malestar avasallador están en mis recuerdos y se entremezclan por el camino de mi vida de crecimiento juntamente con mi madre. Incontables veces ella, literalmente, me quebró emocionalmente; y yo, por no tener claro qué podía estar sucediendo, sólo me deprimía y ni siquiera tenía la percepción de que podía revolverme, discutir, o imponerme en aquellos momentos. Sólo me recogía, profundamente arrasada.
Fueron tantas las situaciones, que daría un libro inmenso enumerarlas aquí. Cuando empecé a rebelarme fue peor, porque ella se volvió extremadamente agresiva en sus palabras, usando de otras armas de manipulación y abuso emocional; los ataques fueron verbales y mucho más intensos. Ella alegaba que yo nunca percibía las situaciones de modo correcto, o simplemente argumentaba diciendo que había olvidado lo que acababa de decir y me echaba la culpa de no ser una buena hija. quizá porque yo empezaba a tener lucidez sobre lo que no me era permitido tener.
¿Qué es lo que he podido entender después de mucha terapia? He entendido que el proceso es justamente así; cada vez que yo podía tener cualquier acto espontáneo, el que fuese, mi madre inmediatamente hacía el servicio de cortarlo de modo fulminante. Una verdadera castración de todo cuanto fuese a representar vida, y no era yo sola la víctima, sino que eran todos aquellos que estuviesen a su alrededor. A cuenta de eso, durante años y más años ha tenido la maestría de darme golpes que verdaderamente me noqueaban. Y lo peor es que siempre venían cuando me despistaba, cuando yo era espontánea y amorosa.
Era como si el estallido de la vida nunca pudiese darse en mí, y cuando sucedía, simplemente yo no era validada, y sí altamente descalificada, de modo abierto; y aunque ella pudiera quedar mal vista por otros, incluso así, insistentemente ella lo hacía, si bien de forma velada. No tenía sosiego mientras no me daba por vencida, hasta lograr quebrar toda mi energía.
¿Cuál fue el resultado de eso? Gracias a los cielos y probablemente para mi propia sobrevivencia, conseguí tener una vida repleta de amigos en la adolescencia, y hacer muchas cosas que me dieron alegría plena en esos ambientes. Hoy noto que he sido rehén de una búsqueda excesiva de lo que siempre me ha faltado, que era poder sentir el placer que siempre me había sido tan recortado. Constantemente he buscado miradas de aprobación en los demás, y funcionaba como si fuese un verdadero radar en busca de ellas. A toda costa necesitaba ser validada, era insegura sobre mis cualidades e incluso sobre quién yo era, a fin de cuentas, lo que más falta me ha hecho en la vida ha sido una mirada de conexión, amor y comprensión real. Entonces, yo pasaba la mayor parte del tiempo encantando y seduciendo a las personas a mi alrededor.
También necesitaba mucho sexo, porque era en la intimidad donde yo lograba tener placer total sin la amenaza de algún ataque externo. Valga decir que no tenía consciencia alguna de todo esto antes, y que estas son conclusiones mías, de mi historia personal donde aún hay mucho para ser procesado, sólo estoy en ese camino.
El problema es que yo estaba enviciada en mis quiebras emocionales; siendo así, reproducía en mis relaciones lo mismo que tenía con mi madre, y después de cierto tiempo mis acompañantes acababan haciéndome daño; yo me quedaba exactamente como mi madre me había hecho sentir toda la vida. Creo en que los inconscientes se atraen y a veces también ampliamos nuestras percepciones sobre el otro porque sólo sabemos vivir de la forma que aprendimos, por más que deseemos cambiar las cosas. Y mientras no resolvemos nuestras cuestiones, nuestras vivencias anteriores mal resueltas reaparecen, con otros colores y en otros escenarios, pero con el mismísimo telón de fondo en un bucle interminable si no despertamos a tiempo.
¡Cuanto más despiertos, mejor!
