Sobre Transformaciones y Crecimiento
por Conceição Trucom em STUM WORLDAtualizado em 19/03/2008 11:25:37
Traducción de Teresa - [email protected]
Es muy corriente que personas con 28, 35, 42 y 49 años me escriban
poniendo desahogos, tales como: mi vida está sin gracia, duermo
demasiado y con pocas ganas de despertar, me siento sin significado o
significación. ¿Qué puedo hacer en mi alimentación para recobrar mis
fuerzas y ánimos?
Este cuadro puede ser diagnosticado como depresivo. Y, guardadas las
debidas proporciones y casos específicos, a estas edades tales
síntomas son esperados y normales. Pudiendo durar entre 3 y 12 meses.
Estas edades son cambios de ciclos, de septenios, inherentes a la vida
humana. Son engranajes (gatillos) de la existencia que nos exigen
paradas, revisiones, reflexiones, mudanzas y transformaciones. Nadie
escapa a esto.
Lo que pasa es que da trabajo crecer. Da miedo quedarnos sin aquella
cáscara antigua, estar vulnerables y sin un futuro previsible. Y, tal
como en el cuento de la langosta, no es posible crecer sin mudar la
cáscara. Y no se puede mudar la cáscara sin pasar por un período de
vulnerabilidad en busca de sustentación para la cáscara mayor.
Entonces, vienen deseos de auto-sabotearse diciendo: la vida está sin
gracia, estoy cansada, quiero dormir muuuuucho, etcétera y tal.
Vienen las resistencias y, en medio del pánico a lo desconocido, los
deseos de alimentos que intoxican y dificultan la percepción clara y
lúcida de lo que está pidiendo el universo.
¿Sabes qué propongo? ¡MENOS!
A lo que colocas este mantra (MENOS) en tu vida, 24 horas/día, empieza
el CRIBADO, y una nueva FORMA de cómo realizas CADA COSILLA DE TU VIDA.
No estoy proponiéndote dejar de hacer tus cosas, o de cumplir tus
compromisos. Sino modificar la CONCIENCIA de cómo asumir los NUEVOS
comPROMISOS, y la PERCEPCIÓN de cómo realizas (tus pensamientos,
sentimientos y actos) tu día a día.
¿Da trabajo? Al principio sí, incluso porque existe cierta resistencia
a crecer y ser feliz. A despertar y dejar de ser víctima de ti misma.
Pero los resultados, las sensaciones de superación, de amarse, de
cuidarse, de atenderse, dan MUCHA ENERGÍA, MUCHAS GANAS DE VIVIR. DE
SER FELIZ. Y DE CONSIDERAR QUE LA VIDA VALE LA PENA.
Vamoareirnodetodoeso? Vamos a empezar a comer menos y más saludable.
¿A tomar aquel zumito desintoxicador todos los santos días de Dios? El
primero en ayunas, y si posible (y cuando se quiere, se puede), otros
2 zumos a lo largo del día, principalmente cuando los grillitos de la
estagnación empiezan a clamar por dulces, frituras y cafelitos mil.
Segunda cuestión: pero si estoy viviendo un cuadro depresivo ¿tendré
que tomar medicamentos? ¿Psiquiatra, ECMs y las inherentes ojeras?
¡Qué barbaridad! Nada que ver, el pensar en medicamentos.
Hay momentos en la vida en que la DEPRESIÓN ES PARTE. Y el denominado
momento langosta que para crecer tiene que mudar la cáscara y estar
vulnerable.
Tal como cambiar de septenio, perder un ser querido, mudanzas radicales.
EN ESTOS CASOS ESTÁ PROHIBIDO TOMAR MEDICAMENTOS.
Son OPORTUNIDADES MARAVILLOSAS que el universo nos proporciona para crecer.
¡RESURRECCIONES!
Esta depresión es para detenerse, reflexionar, ir al fondo en los
dolores y colores, mirarse por el revés, ir hasta el fondo del pozo
(como dicen los chinos) y volver con ÁNIMO TOTAL.
No, no, nooo. Aprovecha esta propulsión que te ha mandado el universo y
que te mandará varias veces (cada 7 años, por lo menos).
Siente mucha gratitud por este momento.
Lo único que te pido: presérvate. ¿De qué? De personas que te ponen
peor, de discusiones, de neveras y hogares intoxicadores, de
exageraciones, de expectativas falsas.
Yríetemuchodetodoeso.
