Solo podemos vivir el HOY
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 02/11/2010 14:26:07
por ROBERTO DEBSKI - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Mucho oímos en el día a día, de las personas de nuestra convivencia, sea personal o profesional, sobre las preocupaciones, nerviosismo y ansiedad que sienten, debido a problemas por los que están pasando, o quizá, en buena parte de las veces, ni siquiera han pasado. Se preocupan por anticipado, mucho antes de tiempo, y por regla general, lo cual es más triste, esperando siempre lo peor, pues raros son los que se mantienen optimistas… Frases como: “Cuando mis hijos salen de casa me quedo tan preocupada, que no consigo dormir hasta que lleguen”, “no conseguiré saldar mi compromiso en la fecha debida”, “tengo tanto por hacer que mi trabajo no estará listo para el día señalado”, “esto que me ocurre debe ser algo grave”, “no soy capaz”, “tengo miedo y no voy a hacer ese análisis, porque puede indicar que algo no está bien”, y tantas otras, que tan frecuentemente escuchamos, indican que las personas están limitándose a causa del miedo y la negatividad, y cerrando la puerta a su felicidad.
Sintiendo y obrando de esta manera, ciertamente nos mantenemos desequilibrados emocionalmente, y por ende, físicamente, originando alteraciones en nuestra salud. El estrés resultante de esa tensión desregula todo nuestro organismo: sistema hormonal, sistema inmunológico, funcionamiento y regulación de los órganos y de las relaciones entre ellos, acarreando varias dolencias, que tanto sufrimiento originan. Recordemos que los ansiolíticos y antidepresivos están entre los medicamentos más consumidos en el planeta. Intentamos resolver nuestros problemas existenciales mediante píldoras, pues en el mundo altamente tecnológico en que vivimos, no hay espacio para reflexiones y profundizaciones, y como resultado vivimos crisis permanentes de creencias, valores e identidad.
¿Cómo podemos lidiar mejor con esta situación? Primero, hemos de saber que somos los únicos responsables por lo que sentimos y por la vida que llevamos, como bien dijo Anaïs Nin: “No vemos las cosas tal como son, sino como nosotros somos”.
Asumir esta condición es fundamental para que podamos iniciar el proceso de cambio.
Cuando experimentemos paz interior y fe en la vida, con la seguridad de que estamos haciendo lo mejor posible HOY, aunque nos hayamos equivocado en el pasado, tendremos la vivencia de una radical transformación personal.
Pensemos en lo que nos dice un conocido refrán tibetano: “Si tu problema tiene solución, entonces no hay por qué preocuparse; si tu problema no tiene solución, cualquier preocupación será en vano”.
Su significado es: la ansiedad y la preocupación son inútiles, y hacen que nuestras posibilidades de resolver cualquier problema disminuyan, pues nuestra mente se mantiene anublada y cerrada para vislumbrar cualesquiera posibilidades y alternativas, limitando enormemente nuestras acciones. Ciertamente poco o nada de provechoso resultará de tal estado de espíritu.
Debemos confiar más en nosotros mismos, pensando, hablando y actuando congruentemente y de la mejor manera posible, para que estemos seguros de que HOY hemos hecho lo mejor, lo máximo dentro de nuestras posibilidades; y si aún así algo no ha ocurrido tal como esperábamos, con la conciencia tranquila sabremos que es porque entonces tenemos algo para aprender con esa vivencia, una lección que servirá para fortalecernos frente a la vida.
Dr. Roberto Debski
Médico especialista em Homeopatia e Acupuntura pela A.M.B. Psicólogo.
