¿Te has parado a pensar sobre tu relación?
por Rosemeire Zago em STUM WORLDAtualizado em 27/01/2017 08:23:37
Traducción de Teresa
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Una de las quejas más frecuentes que recibo en en consultorio es la insatisfacción en la relación amorosa. ¡Y una de las causas más frecuentes de separación es la falta de diálogo! ¿Te has parado a pensar en cómo te sientes en esa relación? Lo que más dificulta mantener nuestro equilibrio emocional es el corazón cuando no va bien. O sea, cuando la relación afectiva deja que desear.
Parece que cuando amamos nos dejamos de lado, y sólo miramos por el ser amado, como si el otro fuese extensión de nuestra propia vida. Hacemos de todo por agradarlo y aún así, parece que nunca lo conseguimos. Pero si esto pasa contigo, ¡algo hay que va muy mal! Todo el mundo desea tener una persona entera al lado, con intereses y vida propia. ¿En qué momento te has dejado de lado?
La insatisfacción en la relación puede tener varias causas, pero para identificarlas es preciso tener mucho valor para fijarse en aquello que nos ha estado haciendo daño y de lo cual, a menudo, por miedo a lo que se pueda descubrir, huimos como si nada estuviese sucediendo. ¿No estarás huyendo de lo que sientes?
Y ¿cómo huimos? Puede ser trabajando más, comiendo más, envolviéndonos con otra persona, y lo más común, ¡abandonándonos! En ese círculo vicioso hacemos de todo para evitar pensar, y principalmente, sentir. Así, vamos haciéndonos cada vez más daño, acumulando disgustos y resentimientos, sintiéndonos como si no fuésemos dignos de ser amados. Pero ¿tendría que ser siempre así? No, ¡ciertamente que no!
La falta de diálogo con el compañero es una de las causas más comunes de conflictos y el camino más seguro para una separación. Pero si tú no deseas que esto suceda es posible averiguar qué es lo que no va bien, tener una buena conversación y poner de acuerdo vuestros puntos. Pero si no eres capaz de hablar ni siquiera contigo mismo ¿cómo quieres comunicarte con el otro? Algunas personas llegan al colmo de no hablar siquiera sobre sus dificultades sexuales. ¿Cómo pueden hacer el amor si no son capaces de hablar sobre la cuestión?
La falta de cuidado con el otro, con la relación, no logrando percibir sus necesidades, también es un factor de desgaste, y la relación acaba siendo consumida por la rutina del día a día.
A continuación se indican otras causas que pueden interferir en tu relación. Trata de averiguar si están presentes en ella.
Los 23 enemigos del matrimonio
- Miedo;
- Inseguridad, baja autoestima;
- Carencia afectiva debido a necesidades emocionales no identificadas;
- Conflictos internos que se reflejan en la relación;
- Falta de romanticismo, cariño, atención, admiración y cuidado para con el otro;
- Falta de confianza, diálogo, comunicación;
- Falta constante de demostración de amor y reconocimiento;
- Dependencia económica;
- Falta de deseo, de atracción;
- Desinterés por lo que el otro dice, hace o siente;
- Disputas crónicas (repetitivas y sin producir cambio alguno);
- Celos infundados y desproporcionados;
- Interferencia familiar;
- Agresividad;
- Envidia, competición;
- Traición;
- Desprecio;
- Indiferencia;
- Rutina;
- Mentira;
- Egoísmo;
- Crisis financieras;
- Falta de amor.
Con esta lista puedes empezar a analizar y a identificar posibles causas que están corroyendo tu relación. Una causa muy común para que una relación deje de ser sana o de marchar bien es la falta de autoconocimiento. Si tú no te conoces ¿cómo puedes conocer al otro? Casi todos los apartados de la anterior lista pueden ser evitados cuando tienes autoconocimiento.
Puedes empezar manteniendo un diálogo contigo mismo; para ello sugiero algunas preguntas, para tu reflexión:
- Si hay riñas, ¿cuáles son los motivos? ¿Son siempre los mismos?
- Si no hay riñas, pero hay el silencio, la indiferencia, ¿qué puede estar por detrás de eso?
- ¿Cómo has venido alimentando tu relación?
- ¿Qué has estado haciendo para la construcción de la relación?
- ¿Mantienes conversaciones con tu compañero sobre tus sentimientos?
- ¿Se interesa tu compañero por lo que tú haces y, principalmente, por lo que tú sientes?
- ¿Te interesas tú por lo que él hace y por lo que él siente?
- Tus sentimientos ¿son respetados y considerados importantes por él? Y tú ¿respetas los sentimientos de él?
- ¿Qué es lo que sientes cuando estás a su lado? ¿Cuáles son los sentimientos que el otro despierta en ti?
- ¿Te has fijado en si tu compañero despierta en ti sentimientos parecidos a aquellos que tu padre y/o tu madre te hacían sentir? ¿O si él repite ciertos comportamientos parecidos a los de sus padres?
- ¿Te sientes escuchada? ¿Y escuchas lo que el otro te dice?
- Piensa en cómo te gustaría que fuese tu relación afectiva. Ahora compara cómo está actualmente.
Responde a estas preguntas con toda sinceridad y después reflexiona sobre las respuestas. Puede que te ayuden a averiguar las causas de los desentendimientos y de tu tristeza.
Con todo esto claro en tu mente, acércate a tu compañero para una conversación franca, y redefinid puntos importantes, donde ambos podáis oír y percibir las necesidades del otro, tanto como las propias. Es preciso invertir siempre, haciendo algo que sorprenda y deje al otro feliz ¡y eso sólo tú misma podrás saber por dónde empezar!
Recuerda: Hay tres posibilidades de cambio en la relación: el yo, el otro, la relación. La única que depende exclusivamente de ti ¡es el yo! El otro depende de él. Y la relación, de los dos.
