Tensión
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 15/05/2008 00:44:25
Traducción de Silvana Partucci - [email protected]
Ya has observado como, en la mayoría de las personas, la mente siempre reacciona a las situaciones de la vida de manera tensa? Para ellas, cualquier problema, por menor que sea, detona una tensión interior, un sentimiento de miedo, de amenaza o una sensación de rabia, cuando un deseo es contrariado.
Estos setimientos son todos generadores de tensión, que se cristaliza en la mente y acaba reflejándose en el cuerpo, generando desequilibrios y enfermedades. Como, entonces, evitar que este proceso continúe repitiéndose indefinidamente?
Solo hay una manera de interrumpir el ciclo repetitivo de la tensión anterior: es poner conciencia en todos los momentos de nuestra vida. Si observamos atentamente nuestras reacciones a los acontecimientos diarios, conseguiremos percibir exactamente cuanto la mente comienza a arrastrarnos a un estado de tensión.
En este instante debemos analizar exactamente cuales son los setimientos que están por detrás de esta tensión y por que razón ellos están ahí. Si estamos atentos, acabaremos percibiendo que, la mayoría de las veces, la tensión se debe a motivos que nada tienen que ver con aquel acontecimiento en sí.
El hecho es que tenemos el hábito de acumular contrariedades y frustraciones, que acaban manifestándose por motivos insignificantes. Al revés de enfrentar las dificultades y buscar una manera de librarnos de ellas, vamos juntando ésta basura emocional, hasta que se torna una bomba de tiempo, lista para ser detonada en cualquier momento y por las razones más banales.
Existe un grado mínimo de tensión que es inherente a la vida y a las necesidades de supervivencia. Pero una mente excesivamente tensa no es nuestro estado natural, ella es adquirida en la medida en que los deseos del ego van siendo contrariados y cuando nuestra necesidad primordial de amor no es suficientemente proporcionada.
Cambiar este estado de la mente exige un entrenamiento permanente de la conciencia y la voluntad. Sin este esfuerzo, continuaremos prisioneros del desequilibrio y la ansiedad, que las emociones negativas del ego insisten en imponernos.
…”comience a relajar. Comienza de la circunferencia – ahí es que nosotros estamos, y solamente podemos comenzar donde estamos. Relaja la circunferencia de tu ser – relaja tu cuerpo, relaja tu comportamiento, relaja tus actos. Camina de una manera relajada, come de una manera relajada, habla, escucha de una manera relajada. Disminuye la velocidad de todos los procesos. No estés con prisa y no te precipites.
Muévete como si toda la eternidad estuviese disponible para ti – de hecho, está disponible para ti. Nosotros estamos aquí desde el principio y estaremos aquí hasta el propio fin, si es que hay un principio y hay un fin.
De hecho, no hay principio y no hay fin. Nosotros siempre estuvimos aquí y siempre estaremos aquí. Las formas continúan cambiando, pero no el alma. La tensión significa, prisa, miedo, duda. La tensión significa un constante esfuerzo para proteger, para estar seguro, para estar a salvo.
La tensión significa prepararse para el mañana ahora, o para el después de la vida – con miedo de que mañana tú no seas capaz de encarar la realidad, entonces, estate preparado. La tensión significa el pasado que todavía no viviste realmente, mas solamente paso de largo, de alguna forma; él perdura, es una resaca, él te rodea….tendrás que relajar a partir de la circunferencia. El primer paso en el relajar es el cuerpo.
Recuerda cuantas veces sea posible para observar el cuerpo, si estas cargando una tensión en el cuerpo, en algún lugar en el cuello, la cabeza, las piernas. Relájalo concientemente. Apenas dirígete a aquella parte del cuerpo y convence aquella parte, dile amorosamente, “Relaja!” Y te sorprenderás de que te aproximas a cualquier parte de tu cuerpo, él escucha, él te sigue – es tu cuerpo!
Con los ojos cerrados, ve para dentro del cuerpo, del dedo gordo del pie hasta la cabeza, buscando cualquier lugar donde exista una tensión. Y, entonces, habla con esta parte del cuerpo como si fuese un amigo; deja existir un dialogo entre tú y tu cuerpo.
Dile que relaje, y dile, “No hay nada con que preocuparse. No tengas miedo. Estoy aquí para cuidarte – tu puedes relajar”. Poco a poco, tu aprenderás el clic de esto. Entonces, el cuerpo se vuelve relajado.
Entonces, dá otro paso, un poco mayor; di a la mente que relaje. Y si el cuerpo escucha, la mente también escucha, pero no puedes comenzar con la mente – tienes que comenzar desde el principio. No puedes comenzar del medio. Muchas personas comienzan con la mente y fallan; ellas fallan porque comenzaron por el lugar equivocado.
Todo debe ser hecho en el orden correcto. Si te vuelves capaz de relajar el cuerpo voluntariamente, entonces serás capaz de ayudar a tu mente a relajar voluntariamente. La mente es un fenómeno mas complejo. Una vez que tengas confianza de que el cuerpo te oye, tendrás una nueva confianza en ti mismo.
Ahora, hasta la mente puede oírte. Llevará un poco más de tiempo con la mente, pero sucede. Cuando la mente esté relajada, entonces comienza a relajar tu corazón, el mundo de los sentimientos, emociones – que es más complejo, más sutil. Ahora estarás voviéndote con confianza, con gran confianza en ti mismo. Ahora, tu sabrás que es posible. Si es posible con el cuerpo y es posible con la mente, es posible con el corazón también.
Y solamente entonces, cuando hayas dado esos tres pasos, puedes dar el cuarto. Ahora, puedes ir al núcleo mas profundo de tu ser, que está mas allá del cuerpo, mente y corazón; el propio centro de tu existencia. Y serás capaz de relajar allí también. Y esta relajación ciertamente traerá la mayor alegría posible, el último en éxtasis, aceptación. Estarás lleno de bendiciones y regocijándote. Tu vida tendrá la calidad de la danza en ella.
…Pero comienza con el cuerpo y entonces ve, poco a poco, más profundo. Y no comiences con ninguna otra cosa más, a menos que tengas, primero, resuelto lo más básico. Si el cuerpo está tenso, no comiences con la mente. Espera. Trabaja con el cuerpo. Y simplemente cosas pequeñas son de inmensa ayuda. Tu caminas con un cierto paso, esto se volvió habitual, automático. Ahora intenta caminar lentamente.
Buda acostumbraba decir a sus discípulos, “ Caminen muy lentamente, y den cada paso muy concientemente.” Si tu das cada paso muy concientemente, estás destinado a caminar lentamente. Si estás corriendo, con prisa, olvidarás de recordarlo. Por esta razón, Buda camina lentamente. Apenas intenta caminar lentamente, y te sorprenderás – una nueva calidad de percepción comienza a suceder en el cuerpo. Come lentamente, y te sorprenderás- hay una gran relajación.Haz todo lentamente…apenas para cambiar el antiguo patrón, apenas para salir de los antiguos hábitos. Primero, el cuerpo tiene que volverse totalmente relajado, como un niño pequeño; solamente entonces comienza con la mente. Muévete científicamente: primero lo más simple, entonces lo complejo, entonces después lo más complejo. Y solamente entonces tú podrás relajar en el centro definitivo…”
Osho en The Dhammapada, volumen 10.