Terapeuta, el realizador de sueños
por Wilson Francisco em STUM WORLDAtualizado em 08/05/2007 12:37:48
Traducción de Teresa - [email protected]
Nadie puede querer ser simplemente un ser humano normal, porque estamos tan sólo de paso por aquí. Ser un hombre normal es solamente una posada en medio del camino; y nadie puede vivir eternamente en una posada provisional. Maestro hindú Osho.
En esta ocasión quiero lanzar una idea/proyecto a todos vosotros del Somos Todos UM. Que cada cual se convierta en un terapeuta. Para tanto, como símbolo de esa campaña pongo como referencia al profesor y doctor Luiz Venere Décourt. Él ha sido agraciado con el Premio Profesor Emérito, ganando el Trofeo Guerreiro na Educaçao, en evento organizado por el CIEE y el periódico O Estado de Sao Paulo, el día 20 de octubre de 2000.
El profesor y doctor Luiz Décourt es, de hecho, un hombre singular que pluraliza acciones de tenacidad, desprendimiento e inteligencia. Médico inigualable, celebrado profesor desde hace más de 50 años, escritor destacado y pionero de la cardiología.
Es un realizador de sueños. Ha unido, en su carrera, la competencia y el humanismo, haciendo que sus alumnos deseasen algo más que simplemente tener una vida normal. Ha conseguido hacer que sus alumnos fuesen, además de seres humanos normales, verdaderos formadores de opinión.
Ha practicado con excelencia las famosas 4 Ds utilizadas por especialistas modernos en motivación: determinación, dedicación, disciplina y desprendimiento.
Mário Amato dice que el profesor Luiz Décourt es un aliviador de almas, pues su inteligencia y desprendimiento suaviza la enseñanza y hace viable a sus discípulos la oportunidad de actuar con grandiosidad y de manera leve en la magna tarea de ejercer la medicina.
El profesor Décourt dice siempre que: el conjunto de aparatos de la medicina de hoy es un socorro evidentemente extraordinario, indispensable. Tenemos aparatos que estudian, que interpretan, que ven en el interior del ser humano, pero que no pasan de ser aparatos. El médico, sin embargo, continúa siendo el factor decisivo de la salud. En 1978 él escribió un credo que sintetiza su pensamiento respecto de la medicina y de los médicos.
Creo en la medicina como amparo para los que no tienen amparo. Y para finalizar enseña que la persona que no sueña vive una vida triste. Las personas que sueñan y olvidan sus sueños son infelices. Los que sueñan y no realizan sus sueños son frustrados. Y existen los que sueñan y convierten sus sueños en realidades. Estas son las personas que se completan.
Pues bien, todos podemos ser terapeutas por donde andamos. Al saludar a una persona, al plantar una flor, al conversar con alguien, manteniendo limpia la ciudad, hablando con el corazón, escuchando con el alma, mirando con cariño, tocando con suavidad, poniendo claro de luna en tus pensamientos y calor en tus gestos.
En fin, practicando la terapia del Amor en tu modo de vivir, te conviertes en un Terapeuta. No un Terapeuta graduado por el mundo, por la ciencia o por la religión.
Tú serás un graduado por la Escuela del Universo.
Este es el año del voluntario. Hay una conciencia que se generaliza, que contamina toda la sociedad, motivando a empresas y personas de toda clase social a dirigir sus miradas, sus brazos y su corazón hacia los desasistidos, fragilizados.
Fritjof Capra, autor del libro Perteneciendo al Universo, informa que este movimiento pide más que una sopa, una prenda de abrigo. Requiere de cada persona una implicación mayor en relación al semejante; más que eso, es preciso tener el sentimiento de pertenencia, que significa estar compartiendo, poseído. Yo encuentro aquí mi lugar, soy responsable por ellos y para ellos. Pertenezco a todos ellos, lo mismo que ellos me pertenecen a mí.
María Elena Johannpeter, de la ONG Porto Alegre, dice que ante Dios no existe el ente abstracto llamado Estado. Existen, sí, personas que forman el Estado. El Estado y la Nación son todos los hombres y mujeres.
Para Carlos Castañeda, todos nosotros tenemos un centímetro cúbico de ocasión que salta ante nuestros ojos, de tiempos en tiempos. La diferencia entre un hombre común y uno Combativo es que este último sabe eso y se conserva en alerta, esperando deliberadamente, de modo que cuando salta ante él su centímetro cúbico, él tiene la velocidad y la pericia necesarias para agarrarlo.
En esta campaña te invito a ser el combativo de estos nuevos tiempos. Rescata el terapeuta que existe dentro de ti.
Y a cada gesto, a cada palabra y con plena atención, tú te transformarás en un puente de luz; en una fuerza transformadora.