Terapia de Vivencias Pasadas: ¿creencia o ciencia?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 16/03/2011 06:23:08
por Martha Mendes - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Bien, antes de entrar en la cuestión de la terapia regresiva, que responde a esta pregunta, vale pensar sobre la frase de Mario Quintana: "El pasado no reconoce su lugar, está siempre presente."
Las memorias, situaciones de inmensa alegría o de extremo desplacer están archivadas e impresas en cada célula de nuestro cuerpo.
El cerebro es capaz de almacenar informaciones de toda la existencia y, dependiendo de la carga afectiva que producen, desencadena una zarabanda bioquímica que altera el funcionamiento del sistema corporal, arrojando al individuo desde el paraíso al infierno, siendo lo inverso también verdadero.
Dicho esto y, pensando en las informaciones que nos revela la historia del pasado, más específicamente, el legado del considerado Padre de la Medicina - Hipócrates de "Cos", (la isla de la Grecia Antigua, donde médicos y terapeutas actuaban en sus prácticas para atender de forma personalizada al "ser humano" que había enfermado) constatamos que ya en aquella época, Hipócrates era consagrado por la habilidad de hacer uso de su saber con amor, interesándose por la dinámica de vida de sus pacientes, procurando así comprender con verdadera visión holística, cómo se posicionaba cada ser/paciente ante su propia existencia. De la observación de los diversos y singulares síntomas, nació entonces el concepto y ejercicio de las clínicas multidisciplinares.
El desequilibrio era mirado sin prejuicios. Consciente de la importancia de la espiritualidad, Hipócrates afirmó que la enfermedad venía de la desarmonía del individuo con el cosmos.
Esta clase de razonamiento/diagnóstico demuestra la existencia de un ruido disgregador entre el cuerpo y el alma humana.
El alma necesita de un cuerpo para manifestarse y perfeccionarse, vía camino natural de evolución, con independencia de la opción religiosa del individuo.
Hipócrates encaminaba sus conocimientos de forma científica, no en la superstición, comprendiendo los humores corporales (bioquímica) y la personalidad.
"Tus fuerzas naturales, las que están dentro de ti, serán las que curarán tus enfermedades" - afirmaba.
Parafraseando respetuosamente a Hipócrates, me reporto a las terapias regresivas, tema de este artículo.
La hipnosis desde la Antigüedad estaba considerada como misteriosa debido a la desinformación, porque con ella, de alguna forma, se imponía poder sobre el otro.
Hoy gracias a los estudios sobre esa técnica, puedo decir que es una de las formas más asertivas de que el individuo se conecte con su propia fuerza.
La hipnosis no es sueño profundo, por el contrario, es estar despierto, cuando todos los sentidos trabajan en conjunto. Es un verdadero equipo en favor de uno mismo.
El terapeuta que se sirve de ese recurso debe tener en mente que él es quien facilita al cliente enfocar las habilidades que le ayudarán a encontrar el origen de sus dificultades/desequilibrios.
La hipnosis no mengua la consciencia, sino que es un recurso para la auto-consciencia.
Es importante que el profesional tenga conocimientos de neuroanatomía funcional y transpersonal (estados modificados de consciencia), lo cual le aportará seguridad en su actuación.
Como cada cliente es un universo, para ello ha de estar provisto de diferentes recursos.
El terapeuta, como ya indicaba Hipócrates, ha de estar enterado de cómo participa el cliente en la vida, encontrar con él la dificultad prioritaria. Mediante la hipnosis (trance leve-intermedio) es posible acceder a un archivo con memorias donde encontrar el origen de esa dificultad que lo trae a la consulta, a fin de que pueda asignarle nuevo significado con sus habilidades internas. Es la manifestación de su curador interno.
Y es sencillo explicar el "curador interno" si hacemos una mera comparación con la tecnología creada por la propia inteligencia humana para la ciencia de la computación. Existen las funciones "restart" o "reparar configuraciones"; pregunto entonces: "¿Cómo en el cuerpo y la mente humana, máquinas perfectas en su concepción, no habría modo de acceder a esas funciones? ¡Sí! ¡Claro que tenemos acceso a ellas! Y se verifica a través del curador interno de cada ser-cuerpo y alma.
En las experiencias, durante la terapia regresiva, todo es importante, cargado de contenido simbólico, independientemente del tiempo en que esté. Lo más importante es el sentido que ese contenido tiene en la vida del Ser.
Si la experiencia está en su adolescencia, en la infancia, en la vida intrauterina, en un período entre-vidas, en otra vida, con enemigos o seres espirituales, nosotros los terapeutas debemos respetar y "acoger" el contenido para trabajarlo en psicoterapia. El contenido está lleno de significados y por consiguiente, de comprensiones que resultan en soluciones para las más inusitadas fuentes de dolor, desequilibrios y enfermedades.
Deseo del cuerpo, aspiración del alma - el conflicto a que Hipócrates se refería.
Las terapias regresivas son los recursos en la psicoterapia, utilizados por profesionales habilitados y con habilidad, y no la terapia en sí.
Acceder a los contenidos sin trabajarlos es acentuar un desequilibrio.
Es sabido que el ser humano tiene capacidad/habilidad para acordarse de hechos vividos hace mucho tiempo. La memoria es un recurso cognitivo que se sirve de los sentidos para almacenar las experiencias de toda la existencia.
La TR propicia al Ser/paciente, recordar/vivenciar (acontecimientos a menudo registrados de forma distorsionada) y agotar la tensión emocional de ese núcleo de dolor, dándole nuevo significado. Trauma significa herida abierta (dolor emocional), infectada (carga afectiva intensa), que al menor roce (gatillo) hace doler y tener reacciones diversas y desproporcionadas.
La TR permite al individuo higienizar su herida y curarla con sus propios recursos con la recuperación de la fuerza perdida en el momento traumático.
Siendo una herida, el trauma produce alteraciones funcionales.
En el cerebro existen las amígdalas (las de la garganta son tonsilas) que son archivos de momentos traumáticos, pues almacenan la emoción vivenciada señalando el peligro, envía mensajes de supervivencia y todo el conjunto cerebral implicado se moviliza para la protección/evitación, lo cual distorsiona la interpretación del evento. Cuando hay un gatillo la carga emocional es activada (sin el recuerdo del hecho) y se pierde la capacidad de diferenciar el peligro. La actividad eléctrica del cerebro se altera, queda desordenada, produce irritación del funcionamiento del hipocampo (autobiografía-historia del individuo) libera la hormona del estrés y los dos lados del cerebro trabajan de manera irregular, alterando el discernimiento.El terapeuta no es un juez (no juzga) sino un acogedor de los contenidos que serán objeto de la psicoterapia. Como psicoterapeuta me sirvo de varias herramientas, como la Bioelectrografía, para verificar cómo está la energía generada por el cliente, los Florales de Bach, para recuperar fuerzas y promover la homeostasis (recuperación de la fuerza vital), recurro a los contenidos de los sueños, para más tarde emplear la terapia regresiva, ya con una dirección cierta, sin turismo por el pasado.
La espiritualidad es condición del ser humano, la religión es una opción.
Estamos viviendo una gran revolución científica y espiritual, nada puede ser pasado por alto, todo ha de ser, como mínimo, observado.