Tímido, sí ¿y qué?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 15/05/2015 10:18:09
por Fernando Martins - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Saludos,
Muchos de nosotros, en los tiempos del colegio o de la facultad, hemos sufrido con los infames “trabajos en grupo”, que cuando el profesor los anunciaba nos hacían pensar: “¡no me lo puedo creer!”, “formar grupo ¿con quién?” “¿por qué no puedo hacerlo solo?”, entre otras cuestiones.
Eso no fue más que el principio, ya que posteriormente, al entrar en el ambiente de trabajo, en nuestro currículo debe figurar la “capacidad para trabajar en equipo”.
Esta práctica de la valoración del trabajo en grupo en la enseñanza, y principalmente en los ambientes de trabajo, empieza a ser cuestionada, pues ciertamente a veces incentivar o incluso forzar a los individuos a trabajar juntos puede reducir las capacidades individuales de creación y reducir la producción.
Entre las clasificaciones de la personalidad tenemos las personalidades introvertidas y las extrovertidas. Percibimos que, socialmente, los extrovertidos son más valorados, por ser más comunicativos y porque les gusta más relacionarse con otros, mientras que los introvertidos aprecian los ambientes con menos gente, la soledad y el silencio.
Lo que pasa es que debido a este prejuicio hay capacidades poco explotadas, e inteligencias y creatividades poco aprovechadas de forma productiva. Lo cierto es que los introvertidos se comunican y aprecian las relaciones, sólo que no tienen un comportamiento efusivo y exageradamente simpático.
El extrovertido necesita estar en evidencia, contrariamente al introvertido que no siente placer en ser el centro de las atenciones; y esto nada tiene que ver con capacidades productivas. En la cultura del espectáculo en que vivimos, donde los programas de televisión tienen gran audiencia por el simple hecho de mostrar personas que se exponen haciendo cosas banales, o donde cualquiera pude triunfar y ganar dinero por el simple hecho de exponerse de forma maniqueísta, como ocurre en el mundo de la música, por ejemplo, muchas personas están corriendo a las consultas de los psicólogos, preocupadas por su forma de ser: introspectiva, observadora y reflexiva, deduciendo que por eso tienen algún problema.
La verdad es que ser introvertido no es sinónimo de ser antisocial, sino que es tan sólo alguien cuya personalidad necesita más la quietud que la agitación. Necesita menos estímulos externos que el extrovertido.
Tenemos en la historia personalidades introspectivas que fueron brillantes, desde grandes líderes como Gandhi, hasta personas que tuvieron sus trabajos reconocidos y valorados en todo el mundo, como Einstein en el pasado, o Steven Spielberg más recientemente.
La posibilidad de que los introvertidos sean grandes líderes está en su motivación de ser, más enfocada en el objetivo que en su ego, así como en el mundo de las artes y de las ciencias, donde el proceso creativo nace en la absorción de los estímulos del mundo y su transformación en arte a través de un proceso introspectivo.
En fin, si tú te percibes más feliz en ambientes con menos estímulos, donde estás menos en evidencia, no tienes por qué preocuparte, tú eres introvertido, y eso es sólo un rasgo de personalidad opuesto al de la extroversión, siendo ambos seres sociales, cada cual a su manera y ambos importantes en la construcción de la historia del mundo y con su forma particular de construir su propia historia.
¿Y tú? ¿Dónde te encuadras?
Se baja el telón.