TOQUE DIVINO
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 26/04/2013 12:09:01
por Alessandra França - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
La expresión "toque divino" habitualmente quiere decir que algo está perfecto y maravilloso, o también algo que no podría estar hecho por lo humano. Al reflexionar más detenidamente sobre el sentido de esa expresión, podemos ver que hay un "toque divino" en todo cuanto es bello, placentero y que llena el alma de satisfacción.
¿En qué momentos podemos experimentar ese "toque divino"?
¿De dónde viene realmente ese "toque divino"? Sabemos que todos nosotros podemos ser tocados divinamente y esto está accesible a cualquier persona, pero ¿cómo podemos realmente separar esa expresión habitual casi impensada de lo que viene a ser realmente un "Toque Divino"?
Algunos pueden decir que es cuando Dios nos inspira, esto sería un toque real, pero ¿cómo se produce esto? ¿Por qué, aparentemente, sólo algunos lo alcanzan? ¿Sería esto un privilegio de pocos? Si así fuese, esto no sería nada "divino".
¿Qué sucede realmente? Al comienzo de este texto he dicho que todos pueden recibir ese "toque", pero ¿qué hace que algunos consigan expresarlo tan bellamente?
No es una cuestión de merecimiento o recompensa, pues no sería justo para con todos aquellos que se esfuerzan mucho por alcanzar tal perfección. Siendo así, ¿qué es lo que verdaderamente posibilita el toque divino en la vida del ser humano?
Lo que se percibe es que se hace necesario un análisis más profundo de uno mismo, buscando la comprensión de los potenciales ocultos (dicho sea de paso: ¡potenciales divinos ocultos en todo ser humano! – "Sois dioses" Cristo, ¿recuerdas?)
Mientras el hombre no empiece esa jornada de encuentro consigo mismo, descubriendo sus potenciales y trabajando sus bloqueos e impedimentos, o sea, trabajando profunda y persistentemente la calidad y naturaleza de sus pensamientos, emociones y sentimientos, no habrá el campo propicio para que el “Toque Divino” pueda suceder.
Hay personas que se juzgan "elegidas" o "privilegiadas" por estar en una religión o en algún sentimiento religioso, pero el hecho es que todos deben hacer esa jornada individualmente, la religión no es condición ni garantía de absolutamente nada. La Fuerza Divina que nos anima a todos y que está disponible para todos, solo toca realmente a aquellos que buscan la armonía entre mente y sentimientos. Mientras haya desarmonía, esa fuerza continúa dentro de nosotros quieta, observando y ofreciéndosenos en diversas oportunidades en la vida.
¿Cómo un hombre puede tener fe en Dios si tiene miedo de todo, si todo el tiempo está eligiendo el papel de juzgador de la vida ajena, si no es capaz de contemplarse a sí mismo y actuar para mejorar la propia vida, si permanece echando la culpa a los acontecimientos y a otras personas por la falta de suerte o los sinsabores por los que pasa todo ser humano?
Cómo puede sentirse tocado si no logra asumir la responsabilidad por sus pensamientos, sentimientos y actos. ¿Te acuerdas de la frase "Ayúdate que el cielo te ayudará"? Muy apropiada para lo que quiero decir.
¿Por qué nos escondemos de lo que somos? ¿Por qué asfixiamos lo que sentimos, represando todo tipo de emoción y, cuando estallamos, su fuerza destructiva es lo que impera en la mayoría de los acontecimientos y relaciones? ¿Por qué tiene que ser de esa forma?
¿Por qué no proceder con sabiduría, aceptando lo que somos y lo que pensamos, trabajando para refinarnos y alinearnos armónicamente, preparándonos para el "Toque Divino"?
Cuando somos tocados todo se vuelve nuevo, cambiamos completamente la mirada hacia la vida, los seres, la naturaleza y aquellos que aún no han alcanzado ese entendimiento. Cuando somos tocados divinamente, los destellos de inspiración, que ocurrían rápidamente, pasan a ser una constante y podemos experimentar la paz, la paz del ser.
Ese Toque Divino es transformador y pacificador. Él nos alcanza con mucha facilidad, pues siempre ha estado, está y estará con nosotros, pero para sentir esa fuerza necesitamos un arduo trabajo individual que nadie puede promover por nosotros, pues recorrer ese camino es responsabilidad y elección sólo nuestra.