¡Trabajo porque lo necesito!!!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 10/06/2009 15:05:38
por Maria Silvia Orlovas - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Cuántas veces ya escuché ese tipo de expresiones en sesión terapéutica. Y siento mucho decir que la mayoría de las personas se siente así: Trabajan porque lo necesitan, pero como si esto no bastase, además de la obligación de tener que trabajar para sustentarse, se sienten asimismo limitadas y sin valor.
Claro que muchas veces, de hecho, el momento es difícil. Por ejemplo, cuando las empresas tienen que enfrentarse a una crisis mundial que repercute en todas las áreas… Pero cuando nos sentimos valorados por lo que hacemos, cualquier fardo se hace más llevadero. Aunque la persona tenga que encarar un largo día de trabajo, si se siente recompensada, todo cambia de figura.
Sé que la mayoría de nosotros, a lo largo del camino profesional, ya se ha preguntado por qué siguió ese rumbo y no le han gustado las respuestas.
Puede que tú seas una de esas personas que ha elegido la profesión muy pronto porque era hora de empezar a trabajar, pero lo cierto es que tenías otros planes, que has aplazado, y ahora se hace difícil volver. Otros habrá que simplemente se hayan dejado llevar por una oportunidad y hoy ven que se han equivocado al elegir.
Cuestionar la vida forma parte de nuestro crecimiento como ser humano, pues, al fin y al cabo, hemos venido a esta vida para aprender.
Siendo así, no es un error entrar en esos cuestionamientos. Lo desagradable es dejar pasar el disgusto e ir empujando con la barriga las cosas negativas que sentimos, dejando para resolverlas en un momento más tarde, sin nunca hacerles frente. ¿Por qué proceder así? ¿Por qué tener miedo de contestar las preguntas que brotan del corazón?
Si la crisis del mundo externo pesa sobre nosotros ¿qué diríamos de la crisis interna?
¿Será que podemos o debemos dejar nuestras inquietudes a un lado porque no tenemos respuestas que nos agraden?
Muchas veces, un cambio naturalmente exigirá de nosotros una serie de sacrificios. Pero sentirnos bien con nuestros caminos vale cualquier precio. Incluso el de encarar que la mejor respuesta nos indica que, pese a no estar completamente felices haciendo lo que hacemos, esto es lo mejor que el momento nos puede ofrecer.
Muchos de nosotros pasamos más tiempo en el trabajo que con la familia o haciendo algo de nuestro gusto y por eso debemos encontrar un punto de equilibrio entre lo que hacemos y lo que nos gusta hacer. A veces, en algún momento, es preciso hacer concesiones. Hemos de encontrar alegría en algo aparentemente sin gracia.
Si, por casualidad, no nos llevamos bien con los compañeros, tenemos que preguntarnos por qué. Y estoy segura de que si la respuesta es que son todos unos pelmas o malintencionados, tenemos que averiguar nuestros valores porque, si es así, ¿qué es lo que estás vibrando para estar exactamente ahí donde estás? ¿Por qué tu vida profesional ha seguido este derrotero?
Pero no te culpes, amigo lector. Algunas situaciones son kármicas, y no necesariamente negativas. En algunos momentos de nuestras vidas, es preciso intercambiar energías, aprender con esas personas que hoy forman parte de tu mundo. Había, entonces, ahí donde te encuentras, un aprendizaje, una necesidad de perdón, de comprensión y de aceptación.
A lo largo de mi experiencia como terapeuta y sensitiva, he comprendido que hay muchos rescates importantes en la vida profesional de las personas y que nadie es exactamente del mal ni del bien. Las personas a nuestro alrededor no son culpables de nuestra desgracia, somos nosotros quienes debemos cambiar.
Así, amigo, ten el coraje de analizar tu camino y tus opciones y recuerda que hacer cursos y más cursos sin saber a donde te lleva todo eso, tampoco te sirve de mucho.
Es como llenar un coche de equipaje sin saber a dónde ir.
Si tu vida está difícil y el ambiente complicado, haz un ejercicio de perdón envolviendo a todos y ten el coraje de sumergirte en un auto-análisis profesional para descubrir si tus deseos pueden ser realizados en el mundo objetivo o si no son más que espejismos sin consistencia o una especie de sueño para aliviar una carga que no quieres sobrellevar. Y sea cual fuere la respuesta que encuentres, siempre recuerda que para todo hay una cura. Basta tener el coraje de enfrentarte a tus propios fantasmas…
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