TRATAMIENTO A DISTANCIA – TU AMOR PUEDE AFECTAR
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 03/10/2011 12:23:01
por Alessandra França - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
El tratamiento a distancia ¿funciona? Y si funciona ¿cómo lo hace?
Esa también fue la pregunta de los científicos que llevan a cabo investigaciones en el campo de la conciencia y del pensamiento.
El primer punto es que en el mundo cuántico no hay espacio, o tiempo, hay únicamente energía.
Con el descubrimiento del Campo (espacio aparentemente vacío entre los electrones y el núcleo del átomo, pero que, en realidad es una fuente inagotable e inmensurable de energía), los científicos observaron que éste se hallaba presente no solo en el átomo, sino en todo el espacio existente en el universo. El Campo rellena el espacio en el cual todo lo que existe está manifestado. Imagina, por ejemplo, el espacio que hay entre los planetas, las estrellas, las galaxias, tú y yo, todo parece lleno de vacío, ¿no es cierto? Fue lo que pensaron también los científicos, por eso, en un primer momento, pasaron por alto su importancia, porque consideraban tratarse de la “nada”, del “vacío”, y se limitaron al estudio de la materia, enfocando totalmente sus pesquisas en el núcleo del átomo y sus propiedades.
Con todo, al depararse con el Campo, descubrieron una fuente inagotable de energía. Para hacernos una idea, “un único metro cúbico es suficiente para hacer hervir todos los océanos del mundo”, dijo Richard Feyman, Físico, intentando ilustrar la magnitud de energía del Campo.
El caso es que todo está presente en el Campo y que el Campo está presente en todo y en todas partes. Es como si el Campo fuese el escenario, el idealizador, el director, los personajes, el productor y el patrocinador de todo. Algo muy semejante a la explicación teológica de las características divinas de la Omnipresencia, Omnisciencia y Omnipotencia. No sería ningún absurdo reflexionar un poco acerca de las palabras de Pablo en los Hechos de los Apóstoles 17:28, cuando dice: “En Él vivimos, nos movemos y existimos”.
En las investigaciones sobre el Campo se ha verificado que todo es una unidad. En el Campo no existe tiempo, espacio, principio ni final, y todo está íntima y enteramente interrelacionado. Y además posee una característica importante, y es que vibra, y sus vibraciones determinan el “surgimiento” o manifestación de formas variadas de energía que podemos llamar materia en sus diversos estados diferentes de percepción. Y esas formas variadas de energía están en constante “comunicación” con el propio Campo, como por ejemplo, las ondas sonoras, las ondas de radio, los campos electromagnéticos, los rayos solares, los rayos X, etc., todo circula en el Campo.
Partiendo de este punto, la duda de los investigadores fue saber si era posible interactuar conscientemente con el Campo, de qué modo esto sería posible y cuál sería el alcance de esa posibilidad.
Empezaron a observar que el pensamiento afectaba al Campo y también era afectado por él, o sea, el pensamiento también circulaba en él, a semejanza de los rayos solares y las ondas sonoras, por ejemplo; y aparte de esto, observaron que su alcance podía considerarse ilimitado. Percibieron que el poder de influencia del pensamiento y el Campo no era únicamente subjetivo, sino real, porque podía ser objeto de medición.
Entonces empezaron a investigar acerca del poder de influencia del pensamiento sobre los objetos. Llevaron a cabo pruebas con niños, colgando llaves del techo y manteniéndolos apartados a tres metros exactamente, a fin de que no las tocasen. En cada llave se colocó un detector de tensión, que registraba cualquier modificación en las llaves. El orden era que los niños intentasen retorcer las llaves colgadas. Durante el experimento, algunas llaves se balanceaban y otras se rompieron, habiéndose asimismo registrado picos de voltaje, lo cual significaba que los niños estaban realmente afectando a las llaves.
Según los científicos, toda influencia mental produce efectos mensurables, sea cual fuere la distancia entre el objeto y quien influye sobre él, y sea cual fuere el punto en el tiempo en que se haya generado la intención, según relata Lynn McTaggart, autora del libro El Experimento de la Intención. Ella declara además: “El poder del pensamiento trasciende el tiempo y el espacio”.
Todos esos experimentos vienen contribuyendo con evidencias de que nuestro mundo es altamente maleable, susceptible a la constante influencia sutil (pensamientos, por ejemplo). Las cosas vivas transmiten y reciben constantemente energía mensurable. Y en esos nuevos modelos científicos de influencia y afectación, la conciencia está considerada como entidad capaz de franquear todos los límites físicos descritos hasta el momento.
La intención parece ser algo así como una antena, que produce en las antenas de otras cosas en el universo una resonancia en la misma frecuencia. Afirma Lynn.
Los experimentos con el pensamiento consciente han seguido llevándose a cabo, esta vez en el área de la curación. Se sirvieron de sanadores que hacían tratamientos con intención de cura a distancia. En ese experimento eligieron maestros de Chi Kong que llevaban a cabo esa modalidad de atención a sus pacientes.
Cuando dirigimos la intención consciente hacia una determinada persona o situación, se origina un gran pulso de energía. Para hacernos una idea, alguien que está durmiendo produce energía electroestática de 10 – 15 milivoltios; en una actividad con intención de cura, una persona produce picos de hasta 190 voltios, o sea 100 mil veces más altos que lo normal. Los investigadores han llegado a la siguiente conclusión: “La intención de cura crea ondas de luz, y éstas son de las más organizadas ondas de luz presentes en la naturaleza”.
Esto nos proporciona explicaciones más coherentes de cómo y por qué las oraciones y emisiones de energía encaminadas con intención de cura funcionan. El Campo se ve afectado por la intención y vibra manifestando el resultado en el objeto de la intención. Es como si fuese una onda provocada por una piedra arrojada a un lago. La piedra es la intención, las ondas son la vibración, y esas ondas alcanzan largas distancias, pero todo ocurre en el lago.
Es preciso reflexionar sobre la calidad de nuestros pensamientos, recordando que estamos afectando y podemos ser afectados. Si no lo consigues tú solo y buscas ayuda, aprende a ser receptivo, vacíate y experimenta el silencio, hasta que un sentimiento de paz invada tu corazón.
Hemos de ejercer el dominio por la observación y sintonizarnos con los más elevados sentimientos que podamos alcanzar. Recuerda: TU AMOR PUEDE AFECTAR.
“Una vez construido, el pensamiento irradia como la luz de una estrella, afectando a lo que esté en su camino”.
Lynn McTaggart